En numerosas ocasiones, las grandes cosas se nos presentan en tríos. Tal parece que sea orden natural o una fuente de armonía. Así, las obras literarias se distribuyen en introducción, nudo y desenlace. Los autores tienden a describir usando tres adjetivos. En la religión, tenemos la Santísima Trinidad. ¿O no es solo en religión?
Sería de mala educación comenzar sin una presentación, y ese no es el saber hacer del Aristócrata. Les escribe y agradece su lectura Rafael Fariñas, creador del canal de Youtube Fariñas, así como del blog tocayo del canal. Ahora que ya nos conocemos, déjenme que les cuente mi opinión personal sobre Vacheron y les explique por qué me gusta tanto. Si esta no es su primera lectura relojera, probablemente se haya encontrado con el concepto de la «Santísima Trinidad». En nuestro mundo, salvando las distancias entre el término relojero y religioso, este trío se compone por tres marcas: Patek Philippe, Audemars Piguet y Vacheron Constantin. Las dos primeras, comúnmente llamadas Patek y AP, han traspasado en popularidad las fronteras de los aficionados a la relojería y son conocidos por gentes de todos los ámbitos. No nos engañemos, esto viene dado por la capacidad que han tenido estas marcas de poner sus relojes en las muñecas de las personas más influyentes de este planeta y así entrar en el imaginario popular. Este es un fenómeno del que Vacheron ha decidido mantenerse al margen. Aunque cierto actor rubio interesado en los clubes de lucha empiece a darle visibilidad a la marca fuera de nuestro ámbito, Vacheron no tiene la misma estrategia que las dos anteriores.
De hecho, desde la propia casa agradecen mantenerse al margen de lo mainstream, al menos mucho más que sus dos compañeras (de trinidad). La casa, fundada en 1755, es la manufactura relojera más antigua y, además, ha tenido una existencia continuada desde su fundación. Ese linaje pesa sobre los hombros de los que a día de hoy dirigen la marca. En VC apuestan por la calidad de la manufactura, el desarrollo de complicaciones y el minimalismo en el diseño. De hecho, estas máximas saltan a la vista cuando uno visita su colección itinerante de piezas históricas. Sus relojes tienen una sutileza y elegancia características que los hacen fácilmente reconocibles, pero solo al ojo entrenado. Es decir, es un reloj que solo conoce quien realmente conoce, una ventaja comparativa con otras marcas más populares, ya que todos sabemos que, tristemente, cada día es menos seguro disfrutar en público de nuestras piezas de alta relojería. Una ventaja de Vacheron, de manera resumida, es que muy poca gente distinguiría un Daniel Wellington de 150 € de un Patrimony de 25 000 €. Este hecho, en el auge del quiet luxury, es una gran ventaja comparativa para la casa.
Ahora bien, el catálogo de Vacheron es suficientemente amplio para abarcar modelos de todos los tipos. En él hay dos líneas que empiezan a traspasar fronteras y a ser altamente reconocibles: la Overseas y la 222. El Overseas es la apuesta deportiva con brazalete integrado de la casa, al más puro estilo de Gerald Genta. El 222 es una pieza clave en la historia de la marca, lanzado en el 222 aniversario de la misma. Un modelo con un crecimiento exponencial en popularidad, especialmente desde que se ha visto en la muñeca de Brad Pitt en distintas ocasiones y materiales. Personalmente, soy detractor del Overseas, creo que no representa lo que realmente es Vacheron. Ahora bien, probablemente se estén preguntando ¿entonces qué es realmente Vacheron?
Vacheron es para mí dos cosas: diseño minimalista y complicaciones. Es una de las pocas casas que tiene la capacidad de producir in-house todas las complicaciones clásicas (desde día y fecha hasta repetidor de minutos). Y es una de las casas que integra dichas complicaciones de manera más armónica. Recuerden, armonía, por ahí empezó todo esto. No hay más que ver el Patrimony Perpetual Calendar Ultra Thin. La manera perfecta de integrar un calendario perpetuo de la manera menos estridente posible. Minimiza las alteraciones al diseño necesarias para comunicar la información que proporciona la complicación más allá de horas y minutos. Puede que mi parte favorita sea el indicador de año bisiesto. Sea lo que sea el quiet luxury o la estética old money que tanto se comenta en medios, creo que si no se refieren a este reloj son términos erróneos.
Un reloj con un diseño más cargado, pero igualmente equilibrado, es el Cornes de Vache. Este cronógrafo de la línea Historiques atrae toda la atención hacia sus asas, las famosas asas «cuernos de vaca». Lo que no atrae la atención a primera vista pero es, para mí, la verdadera estrella de este cronógrafo es el calibre 1142. Es un calibre de cronógrafo manual, con solamente 5,57 milímetros de grosor, compuesto por 164 piezas, que ofrece una reserva de marcha de 48 horas, con la certificación Punzón de Ginebra. Y desde aquí, mis agradecimientos a los diseñadores de esta pieza por ofrecernos una ventana al pequeño universo mecánico que es este calibre.
Con estas dos piezas espero haber ilustrado por qué para mí Vacheron es «el hermano mayor» de la Santísima Trinidad de la relojería. La madurez, el patrimonio histórico demostrado en el lenguaje de diseño de cada pieza y el minimalismo como máxima son tres (una vez más, tres) ingredientes para un producto con pocos rivales. A sabiendas de que se pueden proponer argumentos similares para las otras dos casas, lo que pienso que diferencia a Vacheron es la comodidad viviendo al margen de la popularidad. Entiendo que agradecen que su clientela se interesa en comprar porque ya conocen la marca y su maestría. Y entiendo, además, que agradezcan tener que lidiar en menor medida con la gestión de la escasez que otras casas, como las anteriormente mencionadas. Esa es, pienso yo, la mejor posición como marca desde el punto de vista de los negocios. Algo que pasa con Vacheron, pero no con Patek, AP o Rolex. No hace falta que te quiera todo el mundo, es mejor que quien te quiera, te quiera por los motivos correctos.
Espero que, tras este artículo, conozcan más en profundidad la marca y les animo a acercarse y probar estos modelos, como suele decirse, «en el metal». A partir de ahí, cada uno será todo lo financieramente responsable que quiera ser. Con Vacheron, se vuelve difícil serlo.
Rafael Fariñas
5 comentarios
Excelente artículo. Vacheron representa sobriedad en un mundo cada vez más ostentoso y estridente. Para los clásicos, un verdadero oasis de elegancia y calidad a todos los detalles. Gran aportación y síntesis la de Rafael Fariñas; deseando leer más contribuciones suyas.
Buenas tardes,
Que gran frase: “ la comodidad viviendo al margen de la popularidad”.
A mí el modelo 1921, me trae loco.
Feliz semana a todos.
Eneko.
Muy interesante artículo. Se nota la dedicación en su redacción. Lo he disfrutado mucho.
Solo apuntar que cada uno tendrá su Santísima Trinidad. Yo también tengo la mía, y dos marca coinciden con su lista. Sin embargo, no lo hace AP. Y no lo hace porque AP ha montado mecanismos durante años que no eran suyos. JlC ha estado detrás de algunos de ellos. En su lugar pondría a FP, Lange o, incluso, a Breguet. Lo bueno de AP es que es de las poquísimas marcas que sigue en manos privadas.
Lo dicho, muchas gracias y enhorabuena por su artículo
Una maravilla. Si el cuernos de vaca fuera automático, mataría por él.
Un saludo.
Los relojes para hombre combinan funcionalidad y estilo. Desde diseños clásicos hasta modelos deportivos, cada pieza es una declaración de elegancia y personalidad, reflejando el gusto y la precisión de quien lo lleva.