UN AÑO MÁS

“Un año más, y van 17, nos despedimos hasta la entrada del nuevo año escolar. Unas pocas semanas por delante para disfrutar de lo que a cada uno haga más feliz”. Con estas líneas, cambiando el número de años, he empezado siempre el último artículo del año.

“Un año más, y van 17, nos despedimos hasta la entrada del nuevo año escolar. Unas pocas semanas por delante para disfrutar de lo que a cada uno haga más feliz”. Con estas líneas, cambiando el número de años, he empezado siempre el último artículo del año.

Sí, del año, porque al igual que el curso académico para mí este sigue empezando en septiembre y terminando en julio. Lo que pasa en medio es el disfrute que te permite olvidarte de las cosas malas del que termina y soñar con dejarlas atrás en el que empieza.

Uff, este año me encantaría también deciros que ha sido estupendo. Lo ha sido en lo personal, no así en lo profesional. En esto ha sido durillo, a decir verdad, muy duro. Pero, por suerte, nada que no tenga solución. Para esto está precisamente el verano. Para reponerte de los golpes del invierno, sanar heridas, planificar el próximo y evitar que aquello que te hizo daño te perturbe nuevamente.

¿Qué voy a hacer este verano? Nada especial, de entender por “nada especial” lo que verdaderamente me hace feliz. Mis niñas, bicicleta, negronis, correr, risas, gin-tonic, comer bien, otro gin-tonic, andar en moto, leer, poner la música fuerte… Lo que no voy a hacer: escribir, coger aviones, ir a sitios de moda o a chiringuitos abarrotados de gente, pasar calor, tumbarme en una playa, comer verde, ponerme unas crocks, beber coca-cola cero o despertar más allá de las ocho de la mañana. Esto último pudiera no encajar en este párrafo, pero me parece un placer amanecer conforme lo hace el día.

Tampoco nos encontraremos de Despeñaperros para abajo, para veranear siempre el norte. Un norte sin sombrillas, donde pasear por la orilla es posible, sin hoteles mastodónticos, sin ruidosos veraneantes, donde uno no va para ver y dejarse ver, sin las mismas caras que en invierno, sin nadie que quiera enseñarte su precioso jardín y con ese enorme placer de ser tú el único dueño de tu tiempo.

Carguemos las baterías. Todos, por unos motivos u otros, lo necesitamos. Hablemos con nuestros seres más cercanos de aquello que nos gustaría que el otro mejorara de cara al próximo año. Hablémoslo para cumplirlo. No entremos en septiembre arrastrando heridas del anterior. De hacerlo, estas solo se abrirán más y cerrarlas cada día será más complicado. Quizás fuese bueno hacer una lista, lo más escueta posible, con esas dos o tres cosas que de verdad sabemos toca mejorar para que la convivencia en casa sea la mejor. No pongamos muchas. De hacerlo ninguna se cumplirá.

Pero ¿quién soy para dar consejos? Bastantes cantamañanas, hoy llamados “coach” llenan ya LinkedIn y demás redes sociales contándonos las 3 normas de la felicidad, las 5 para hacerse rico, las 4 para adelgazar, las 6 para ser un gran padre…como para yo intentarlo. Lo único que me atrevería a recomendar a quien me quiera leer es que intente pasárselo bien, – ser feliz es arena de otro costal, que la vida es un suspiro, que no pierda tiempo con la gente que no sabe qué quiere en la vida, que regale su tiempo solo a quien se lo merezca, que las cosas hay que intentarlas pero poco sentido tiene morir en el intento, que mejor hoy que mañana, que no hay mejor meditación que dormir con la conciencia tranquila, que mejor arrepentirse de lo que uno hace que no de lo que deja de hacer, que, como en las relaciones, también los libros hay que cerrarlos si pasadas unas hojas no convencen y que mandar a la mierda a quien se lo gane baja el colesterol.

Nos volvemos a leer en septiembre. Felices vacaciones.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

15 comentarios

  1. Querido Aristócrata:

    Muchísimas gracias, un año más, por compartir este blog con todos los que lo disfrutamos. El agradecimiento es doble teniendo en cuenta lo que nos cuentas.

    Mis mejores deseos de descanso y disfrute para este verano. Ojalá este blog pueda seguir en pie muchísimo tiempo más, es un verdadero oasis entre tanta vulgaridad.

    J.

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    1. Buenas tardes,

      no puedo estar más de acuerdo con J.

      Mil gracias EA y a disfrutar del merecido descanso.

      Feliz verano a todos.

      Eneko.

      PD: Muy interesantes las reflexiones que nos planteas.

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  2. Feliz y merecido descanso a todos los que nos permiten disfrutar de El Aristócrata. El descanso, siempre merecido y que nada tiene que ver con la fortuna en aquello en lo que uno pone su empeño, nos permite dejar atrás la tirana cotidianidad. Les deseo que disfruten mucho del “nada hacer” y de largas conversaciones con el tipo del espejo, ese al que con poca frecuencia le dedicamos el tiempo que se merece.

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  3. Gracias por todo un año de artículos.
    Intentaré hacer lo mismo que EA despues de un año muy duro.
    Por supuesto iremos al Norte, no hay color, solo me preocupa, que cada vez mas gente se está dando cuenta.
    Buen Verano a todos.

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  4. Felices vacaciones a todos!!!
    Lo mejor de mi primera semana de vacaciones…nadar por el mar a las 7:30 am con el sol saliendo por encima de la montaña…agua cristalina y NADIE en la playa…un lujo en estos tiempos. Ánimo y a cargar las pilas, abrazos.

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  5. No puedo si no sumarme a lo que los lectores que me han precedido en los comentarios han dicho. Este blog es para mí, toda una fuente de inspiración, consejo y consulta. Lo sigo desde hace 8 años y ojalá pueda seguir contando con él muchos años más. Eternamente agradecido a EA y la comunidad que aquí ha creado de la que me siento uno más. ¡¡Gracias a todos y feliz verano!! Hasta la vuelta.

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  6. Año realmente duro también para mí. No exento de sufrimiento, disgustos, sinsabores y decepciones. Pero únicamente en el terreno profesional. En lo personal y en lo familiar, como suele ocurrir, todo lo contrario.
    Como consecuencia de todas estas vivencias, he ido ampliando mi concepto de la elegancia clásica, hacia aspectos como la honestidad, la lealtad, la valentía, la decencia… hasta el punto de que hoy considero (puedo estar equivocado), que la elegancia precisa de honestidad íntima para ser verdadera. Gracias EA por su despedida hasta la entrada del nuevo año escolar, un año más, un abrazo a todos y feliz verano.

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  7. Gracias sr Galiacho por su estupendo blog. Tan solo un punto en defensa de los crocs, unos grandes malentendidos.
    Los crocs son un calzado técnico igual que las botas de ski. No es un calzado elegante ni bonito. Protege el pie, flotan, posibilitan correr con ellos sin que se salgan, son en todo superior a las chanclas y a los escarpines. Embarcando y desembarcando el dinghy en una playa de piedras son inigualables. En la ducha del club o el ashram son necesarios ya que las chanclas exponen demasiado.

    Dicho esto, solo quien comparta embarcación o club conmigo me los verá puestos. Jamás los llevaré a un sitio público, ni un chiringuito.

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