RELOJES QUE TODO AMANTE DE LA AUTOMOCIÓN DEBERÍA TENER

La automoción ha estado siempre unida al mundo de la relojería. Coches y relojes han ido de la mano desde hace años. Si bien hoy rara es la casa relojera que no haya sacado un modelo para una marca concreta de coches o, incluso, para un piloto, hay relojes que rindieron, y siguen rindiendo, tributo a la automoción.
 
Sin entrar a analizar el significado de cada término, creo que son bastante explicativos de por sí, un reloj de carreras debería contar con cronógrafo, taquímetro, una esfera fácilmente legible y un brazalete de metal, de piel agujereada o de tela. Son muchas las marcas de relojes los que lo hicieron, más las que hoy lo hacen, pero no tantas las que pueden presumir de llevarlo haciendo años. Con la seguridad de dejarnos modelos en el tintero, deseando que nos los recordéis en el apartado de comentarios, he aquí cinco modelos que todo amante de la verdadera automoción debería soñar con tener:

1–             Rolex Cosmograph Daytona. Lo sé, ¿cómo nombro esta marca cuando no soy precisamente su mayor defensor? Defender el lujo como sinónimo de exclusividad hace muy difícil admitir dentro de este excepcional grupo a una marca que hace 1 millón de relojes al año. Una vez más, masificación es antónimo de exclusivo. No obstante, si de hacer justicia se trata, toca admitir que ninguna otra marca, ni modelo, ha sido más popular que el Rolex Daytona en lo referente al motor. Desde que Paul Newman lo hiciera, si cabe, más famoso, aun cuando no sea del gusto de muchos de nosotros conducir uno de nuestros deportivos modernos o de nuestros clásicos con un Daytona es algo a lo que bien merece la pena sucumbir. Si lo encuentra con el calibre Zenith no lo dude ¡cómprelo!

2-             Chopard Mille Miglia. Chopard no es una marca relojera, al menos no lo es según los estándares defendidos en esta página. Pero aun siendo más una marca de joyería que de relojería, toca también admitir aquí que el modelo Mille Miglia ha estado detrás de alguna de las carreras más emblemáticas del mundo. En 1988 cuando Chopard se convirtió en patrocinador y cronometrador oficial de la famosa 1000 Miglia, desde entonces cada año saca un nuevo modelo inspirado en la carreta, su nombre se unió ya para siempre al mundo de las cuatro ruedas. Cada primavera, en la prestigiosa carrera de resistencia, 400 coches históricos compiten a lo largo de una ruta fascinante que va de Brescia a Roma, ida y vuelta. Aunque sea solo como espectador, poder contemplar tanta belleza es todo un privilegio.

3-             Tag Heur Mónaco. Tag Heur ha estado presente en el mundo de las carreras en muchas facetas. En las muñecas de pilotos emblemáticos, como el mismísimo Ayrton Senna, con modelos para marcas como Porsche o como cronómetros oficiales de diversas competiciones. El modelo Mónaco vio la luz en 1969 aunque fue en 1971 cuando Steve McQueen lo inmortalizó en la película Le Mans. El que su línea estuviera alejada a lo que se estilaba entonces – una gran caja cuadrada de ángulos rectos, de color azul metálico, cristal de plexiglás abombado y, sobre todo, su corona situada a la izquierda, que en aquella época significaba que el reloj se remontaba de forma automática – hizo que todavía hoy tenga una gran aceptación entre los amantes de la verdadera automoción. El calibre 11 es el más mítico.
 

4-             Omega Speedmaster Racing. Aunque muchos de nosotros pudiéramos pensar que el Speedmaster nació para conquistar la luna, lo cierto es que cuando vio la luz en 1957 lo hace como instrumento asociado al mundo del motor siendo el primer cronógrafo de pulsera pensado para pilotos. Esto lo demuestra su diseño basado en los cronógrafos de los salpicaderos de los deportivos italianos. Hoy existen varios modelos, pero todos destacan por un bisel con escala taquimétrica y por la fácil lectura de su dial. Aunque su mayor valedor haya podido ser Michael Schumacher, muchos otros disfrutaron de él como Walter Röhrl. El calibre 321 el más especial.
 

5-             Richard Mille RM 006. Si hoy hay una marca que destaque sobre todas las demás por su alianza con el mundo de las carreras esa es Richard Mille. Mucho más joven que el resto de las marcas aquí nombradas, apenas 20 años de vida, la pasión de su fundador por los coches de carreras le animó desde aquel primer RM 001 Tourbillion a convertirse en el reloj de referencia. Y si en 2001 salía al mercado aquel 001 solo un año después Richard Mille se convierte en el precursor de la 1ª edición de Le Mans Classic, una retrospectiva de la carrera original. Si bien antes RM ya había sacado al mercado relojes técnicamente verdaderamente revolucionarios, fue con el RM 006 que desarrolló junto con Felipe Massa, el primer reloj tourbillon ultraligero, cuando se consagra como el Ferrari de la relojería deportiva.
 
La asociación entre relojería y automovilismo siempre ha sido muy fuerte pues raro es el amante de los coches que no sienta atracción por la relojería y viceversa. Quizás por ello, prácticamente todas las marcas hayan hecho alguna vez un guiño al otro campo. Si IWC se unió a Mercedes, Hublot, GP o Panerai lo hicieron a Ferrari, Jaeger LeCoultre a Aston Martin, Bremont a Jaguar etc. Se prefiera uno u otro, creo que todos estaremos de acuerdo que conducir un deportivo o un clásico con un reloj ad hoc al estilo y época del primero tiene un sabor especial.
 
El Aristócrata