Seguimos ampliando nuestra selección de temas en El Aristócrata, que sabemos son del interés para los caballeros que nos leen y que, además, nos habéis pedido en vuestros comentarios. El cuidado personal para los hombres ha sido desde siempre un asunto que apenas se ha tratado y aunque, hoy en día, nos preocupa, es cierto que no le dedicamos todo el tiempo que deberíamos. Arrancamos con uno que precisamente, por encima de todo, requiere tiempo para su disfrute: el afeitado tradicional.
El afeitado es una tarea, casi diaria para muchos, que no siempre nos puede parecer placentera al tratarse de una obligación si quieres lucir el rostro inmaculado y presto a ser acariciado. Se tiene constancia de que los hombres se han afeitado el vello de la cara desde hace siglos, utilizando todo tipo de artilugios cortantes. Los primitivos recurrían a conchas o huesos y tuvimos que esperar a los egipcios para ver los primeros utensilios de afeitado tales como cuchillas e incluso ungüentos para facilitar el deslizamiento de estas.
A finales del siglo XVII aparecieron las primeras navajas barberas en Inglaterra y su uso se extendió rápidamente por todo el mundo. Han sido y siguen siendo el principal método de afeitado tradicional que todavía hoy se sigue utilizando, gracias a la llegada de una nueva generación de barberos. Pero el hecho cierto es que no todo el mundo tenía la misma habilidad o pulso e incluso valor para acercarse una navaja a la cara y paseársela por el gaznate.
LA REVOLUCIÓN DEL SEÑOR GILLETE
El americano King Camp Gillete inventó a finales del siglo XIX una maquinilla de hojas desechables, protegidas por un peine metálico que evitaba los cortes, al menos algunos, y sobre todo permitía reponerlas fácilmente cuando se había usado sin necesidad del engorro de tenerlas que afilar de nuevo. Con la llegada de la I Guerra Mundial y la necesidad de suministrar al ejército un producto de uso sencillo, Gillete vendió millones de sus máquinas y cuchillas lo que le permitió hacerse multimillonario en muy poco tiempo.
En 1965, la marca Wilkinson empezó a vender las cuchillas de acero inoxidable, un paso muy importante, aunque la popularización del sistema la propuso un francés Marcel Bich cuando lanzó en 1975 la maquinilla desechable. Por cierto, su nombre comercial BIC es el mismo que el del famoso bolígrafo, ambos inventos suyos.
En paralelo al afeitado tradicional, debemos apuntar a que las primeras máquinas de afeitar eléctricas son de los años 30 del siglo pasado, pero eso es otra historia.
Lo cierto es que cuando parecía que en el siglo XXI el afeitado tradicional estaba condenado, amantes de lo clásico y del disfrute del cuidado personal han recuperado la visita a la barbería o el afeitado en casa como parte de su rutina de cuidado personal.
LA CLAVE ES EL TIEMPO
Desde pequeño disfruté detrás de mi abuelo o de mi padre, en su ritual de afeitado. Mi abuelo lo hacía con navaja que, por cierto, tengo la suerte de conservarla, y mi padre con máquina tradicional de hojas desechables. La liturgia de envolver la cara con una toalla empapada en agua caliente, batir en el cuenco de porcelana la crema hasta conseguir una espuma abundante y espesa y extenderla por la cara con una brocha de tejón, es un placer que sólo quien lo ha probado puede entender lo que significa.
Yo no soy excesivamente velludo, pero si tengo la piel sensible. Por cierto, que el pelo de la barba crece de media 0,3 mm al día (dato por si algún día vais a algún juego de la TV). Tras varios años de pruebas con diferentes sistemas me atreví hace casi dos décadas a probar el afeitado tradicional y todavía hoy lo disfruto como el primer día. Eso sí, la clave para no morir en el intento es hacerlo con tiempo. Hay que ser paciente, para seguir todos los pasos y lograr un afeitado perfecto. Desde luego, si eres de los que por las mañanas vas apurado, mejor déjalo para el fin de semana y te ahorrarás un montón de cortes, literalmente.
Si te animas a probarlo, te recomiendo que compres algún kit con todo lo necesario y vayas probando lo que te gusta. Ojo, que sea bueno o lo odiarás desde el primer día. En España hay cada vez más tiendas especializadas que venden producto de afeitado tradicional y si tienes la suerte de viajar a Londres, allí es el paraíso con marcas emblemáticas Edwards o Taylor of Old Bond Street.
En maquinillas ahora utilizo Mühle pero también he tenido Merkur y Edwin Jagger. También uso Mühle en las brochas, siempre de pelo de tejón y donde no guardo fidelidad es con las cremas, me encanta probar y cada vez que compro, busco aromas diferentes. La bato en un cuenco hasta lograr la textura que me gusta y aplico con generosidad en la cara. Habitualmente me afeito después de ducharme para ayudar a que ellos poros estén más abiertos y siempre aplico algún aceite previo para proteger la cara.
Es muy importante que, si nunca te has afeitado con máquina de cuchillas, busques algunos vídeos en internet con tutoriales. Es sencillo siguiendo las reglas básicas de ir despacio, siguiendo la orientación del pelo, con la máquina atacando la cara en el ángulo adecuado y mientras que, con una mano pasas la cuchilla con la otra estira la piel. Hay que elegir muy bien las cuchillas. Yo uso las japonesas Feather pero no son fáciles y como alternativa Astra o Derby. Y si finalmente se produce una herida de guerra, con una piedra de alumbre lo resolvemos en segundos.
Al terminar, agua bien fría para cerrar los poros y una buena crema hidratante. A mí, personalmente, no me gustan los aftershave tradicionales. Va por gustos, pero me parecen muy alcohólicos y me irritan más que aliviarme.
Os invito a descubrir este fascinante mundo y sobre todo a disfrutar con nuestro cuidado personal.
Javier Arias
9 comentarios
Interesante artículo Javier. Y no olvidemos Truefitt & Hill, doscientos años de tradición y la única tienda del mundo que no ha dejado de abrir ningún día – a excepción de los no laborables – desde que abrió sus puertas. Ni siquiera durante los momentos más duros de la II Guerra Mundial
Soy un amante de las barberías, de hecho, mi día perfecto siempre empieza visitándola. Me relaja y alegra mucho. Si tenéis ocasión no dejéis de visitar Mr Cobbs en Ciudad del Cabo. Es un placer para los sentidos. Gracias por la página
Buen artículo, muchas gracias, que comparto plenamente.
Desde mi limitada experiencia estoy muy satisfecho con los productos de la casa italiana Proraso, muy especialmente con la crema pre-afeitado. Los resultados son espectaculares.
Un saludo y buen día.
Buena la nota. Todas las mañanas recuerdo cuando compré mi hisopo en Truefitt & Hill en Londres. Fue una muy entretenida y grata experiencia. La tienda, su ambiente y la atención son para quedarse
Saludos y gracias por todo.
Comparto su opinión en este acertado artículo sobre el afeitado clásico. Hace años que comencé a engancharme, y desde luego personalmente es uno de los mejores placeres mañaneros para la piel de la cara, dejarla fresquita con un buen after shave o bálsamo, y oler divino.
Cuando te adentras en el mundo de las maquinillas, after¨s, brochas y jabones te enganchas, además de compartir experiencias dentro del A.C en foros diversos.
Cuidense caballeros.
Muchas gracias, muy interesante. Alguna tienda especializada en Madrid?
Yo compro en Simón Selección. Calle de la Virgen de los Peligros, 10, junto a Gran Vía.
Enhorabuena por el artículo Javier. Excelente. Yo me llevo afeitando con maquinillas desechables desde que me empecé a afeitar a los dieciocho años. Siempre he soñado con afeitarme con navaja pero nunca me he atrevido debido a que tengo una parálisis cerebral que me afecta a la mano izquierda y no puedo hacer uso de ella para casi nada. Aún así, me afeito con brocha de pelo de tejón (Por supuesto) y con mi propio ritual diurno d e acicalamiento. Un saludo a todos los lectores de este fabuloso blog “biblia” del buen vestir.
La barba, más que un accesorio facial, es un arte que requiere paciencia y cuidado. Desde recortes precisos hasta productos específicos, esculpe tu estilo con la atención que merece.