GOYARD, MARCA INDEPENDIENTE

En un mundo globalizado donde los grandes grupos de moda son ya propietarios de las marcas más legendarias resultan, si cabe, más admirables las casas que hoy se mantienen independientes.[...]

En un mundo globalizado donde los grandes grupos de moda son ya propietarios de las marcas más legendarias resultan, si cabe, más admirables las casas que hoy se mantienen independientes. Casas como Hermes, Patek Philippe o el motivo de este artículo, Goyard, resisten a la suculenta llamada de compra de estas y de no pocos fondos de inversión, y lo hacen defendiendo el valor del savoir-faire ganado a lo largo de su historia.

A diferencia de Loius Vuitton, marca que con el tiempo tristemente se ha posicionado ya solo como una marca de acceso al lujo, Goyard mantiene la misma esencia con la que imprimió sus iniciales a sus primeros baúles de viaje a mediados del S. XIX. Mientras LV claramente se ha situado como una marca de masas, donde vender cada año un poco más prevalece sobre mantener la reputación y exclusividad de la marca, Goyard prefiere conservar el mínimo stock en sus escasas tiendas, proteger su nombre y que este se relacione con algo hecho a mano y no pensado para todo el mundo. Solo ellos saben los cientos de millones que podrían estar facturando de vender sus productos a todo el mundo, y sin limitaciones de ningún tipo, vía internet; algo que hoy sigue prohibido por la propiedad.

Fundada en 1852, dos años antes que LV, mantiene en la misma dirección física que cuando abrieron sus primeras tiendas, como es el caso de la parisina o londinense. Fueron las tiendas de Burdeos, Montecarlo y Biarritz sus primeros emplazamientos fuera de la capital francesa. Edmond Goyard, E. Goyard, hijo del fundador François Goyard, convirtió esta todavía algo desconocida marca en España, en el templo de los baúles. Baúles-armarios en los que se transportaban la ropa en sus propias perchas. No obstante, antes Goyard había ganado su prestigio como manufactura colaboradora de Rheims & Auscher pero, sobre todo, como marca de complementos para perros, especialmente collares. Collares que con el tiempo no solo perros, sino también gatos e incluso monos llevaban como muestra de posición social de sus dueños. Aunque hoy impensable, estas mascotas tenían sus propias maletas donde albergaban sus pertenencias.

Pero la historia de Goyard no solo se limita a los artículos de viajes, también durante una época fueron los responsables de coser escudos de armas, como en 1891 cuando los cosieron para la familia real británica, la rusa e incluso fueron responsables de plasmar el escudo de Estados Unidos en los cosidos oficiales. Su tienda de París conserva los pedidos de Pablo Picasso, Sacha Guitry, el Maharadjah de Kapurthala, Jacques Cartier, los Agnellis, los Rockefellers, los Romanovs, los Grimaldis, Estée Lauder, Barbara Hutton, Mrs. Pompidou, el Príncipe Ali Khan, Coco Chanel, Jeanne Lanvin, Romy Schneider, Sarah Bernhardt, Edith Piaf, Arthur Rubinstein, Cristobal Balenciaga, Cole Porter, Jeanne Moreau, Lauren Bacall…

Una fecha mítica en la marca fue 1892, año en el que Edmond Goyard crea el famoso estampado monograma que todavía hoy se conserva. Una “Y” que recuerda la letra de su apellido y a la línea que dibujaban en los ríos sus antepasados conductores de troncos. Aunque luego lo hicieron otras casas francesas, Edmond fue el primero que firma en el estampado con su nombre, seguido de la dirección de su primera tienda. Si bien, Goyard junto al hotel Ritz y el joyero Louis Boucheron fundaron el Comité Vendome, primer Comité que reguló el sector del lujo francés, con los años la marca fue perdiendo parte de su esplendor, llegando después de la II Guerra Mundial llegó a cesar su producción, dejando su lugar a otras casas francesas de marroquinería. Pero en 1998, el francés Jean-Michel Signoles se hace con la marca recuperando muchas de las características que la hicieron famosa.

Para suerte de los amantes de la casa, Goyard sigue hoy siendo independiente y de alguna manera representado muchas de las características de la palabra lujo, entre ellas la de la exclusividad. Aunque hoy varias ciudades del mundo tienen boutiques de Goyard ni de lejos cuenta con las que obran en el haber de Louis Vuitton. De hecho, por ejemplo, en España no hay ninguna. La más cercana la encontramos en la localidad francesa de Biarritz. Tampoco vende por internet, ni ofrece productos para telefonía u otros productos de electrónica tipo Ipads y demás.

Curioso, y admirable, que ninguna de sus tiendas esté en el Golfo Pérsico donde con seguridad cumplirían con cualquier objetivo de ventas. Sus tiendas son tiendas, no grandes almacenes con infinidad de dependientes y clientes como si se tratara de otra tienda del grupo Inditex. El trato es exquisito y sus dependientes, la mayoría con muchos años en la casa, conocen a la perfección el producto y la historia de la casa. No venden carteras o bolsos, venden lujo y, de alguna manera, cierto misterio. Las unidades disponibles son limitadas y lo más frecuente es tener que mandar pedir el producto que te gusta a Paris. No invierten ni 1€ en marketing o publicidad. Ni publicidad en revistas, ni desfiles, ni grandes flagships, nada de entrevistas o diseñadores tras sus productos conocidos, acuerdos con influencers… nada de nada.

Mi relación con la marca viene de lejos, de mis escapadas de hace años a Biarritz, escapadas siempre incentivadas por la idea de disfrutar de mis dos tiendas preferidas: Goyard y Hermes. Dos marcas separadas por escasos metros en Biarritz. Sea una cartera, una bolsa de viaje, un maletín o un sencillo llavero, siempre hay una excusa para visitar esa coqueta calle. Y si en Goyard no encuentras lo que buscas, solo tienes que encargarlo en la propia tienda y esperar que a las pocas semanas te llegue a tu dirección postal.

Este verano pasando a visitar a las encargadas de la tienda, Jennifer, Helene y Lisa, que ya son amigas me dieron una sorpresa subiendo del almacén el maletín que aquí os presento. El Manoir MM. La sorpresa fue grande pues este tipo de piezas no son fáciles de adquirir en tienda pues raramente se encuentran allí y, de estarlo, más difícil todavía resulta que se muestran a los clientes. Lo más frecuente es que se fabriquen bajo pedido debiendo esperar tiempo indeterminado en conseguirlas.

El Manoir se fabrica solo en estampado negro con la “Y” en blanco y marrón. Aunque se puede pedir a la fábrica en múltiples colores, este estampado es el primero que utilizó la casa y por lo tanto posiblemente el más mítico. Y a pesar de ello, curiosamente todos los artículos fabricados en este color son algo más baratos que los mismos en otros tonos. Aunque de haber podido escogerlo en cualquier color hubiera elegido el negro original, lo cierto es que no había opción. Solo este estaba disponible. Igualmente, aunque este color puede venir rematado en sus esquinas en piel negra, el que había en tienda las tenía en marón; la única otra opción disponible. Pero también mi opción preferida pues la combinación del goyardine negro con la piel marrón clara es la más antigua de todas (hoy muchos artículos de la casa se pueden encontrar en negro y forrados por dentro con este marrón – algo que recuerda los orígenes de la casa). Dicho esto, hay colores como el rosa que aparecen muy de vez en cuando y que hacen las delicias de coleccionistas llegándose a revender por auténticas barbaridades.

El MM tiene unas dimensiones de 13 cm x 35 cm x 45 cm y un peso de 2.9 kg. El interior es de algodón amarillo, color muy querido en Goyard para los interiores, y todos los clavos en terminación oro (en el negro lo son en plata). El sistema de cerrado está compuesto por dos cierres laterales más uno central. Esta última con sistema de llave. El grosor del maletín es importante ya que dentro alberga cuatro departamentos, tres portalápices de piel y un compartimento par las tarjetas de visita. En la parte trasera hay cuatro tachuelas para protegerlo al apoyarlo en la mesa. De depositarlo en vertical unos apliques de metal impiden que se roce el maletín. La etiqueta interior indica el número de serie, la fecha de fabricación y las iniciales del artesano que lo trajo a la vida.

Su uso diario es más que discutible pues más allá de lo llamativo o no que pueda ser, lo cierto es que su elevado peso no anima a ello. 3 kilos, más el peso extra que podamos añadir a su interior desaniman a portarlo en el día a día. Claramente se diseñó en una época donde el dueño de este no era quien lo movía de un sitio a otro. Quizás en el corto viaje de la puerta de casa al coche y del coche a la escalera del avión privado pudiera tener un hueco, pero fuera de este ambiente o sin alguien que lo lleve no tiene mucho sentido. O, mejor dicho, hay opciones mucho más prácticas. Pero si de calidad se trata pocos maletines aguantarán el paso del tiempo como este maletín-baúl. Fabricado como si de un baúl se tratara, su armazón lo hace prácticamente indestructible y de ocurrirle algo fatídico bastaría con enviarlo a la casa a ser reparado. No serán pocos los que lo conserven en casa como un elemento decorativo. En definitiva, es una pieza pensada para sobrevivirnos y para ser disfrutada mucho tiempo después de que ya no estemos.

Aunque pienso que las cosas están hechas para ser disfrutadas y no para comprarlas pensando en venderlas. llegado el momento propicio, esta es una de esas piezas que no solo no pierden valor con el paso del tiempo, sino que se revalorizan. Y quizás por eso grabé mis iniciales, por no tener intención alguna en venderlo, no obstante, el verdadero motivo de hacerlo fue para evitar que pueda pasar por un maletín de segunda mano o falsificado. Si bien no soy nada dado a poner iniciales en camisas o en lugar visible alguno, en el Manoir lo hice porque solo si es original te graban en la casa los productos de Goyard. Cierto que puedes comprarlo y a los años o cuando quieras grabarlo, pero debes aparecer en el sistema como el dueño del producto. No puedes aparecer con un maletín comprado en una casa de segunda mano o por internet y pedir que te estampen tus iniciales.

Hay infinitas formas de personalizarlo: con franjas a colores, con círculos, diferentes tipos de letra e incluso cualquier diseño único que los artesanos de la casa se encargarán de grabarlo. Muchas de las opciones son de lo más atractivas, aunque yo preferí dejar el maletín lo más original y atemporal posible. Unas sencillas letras en la esquina inferior derecha trasera en color naranja – mi color – y blanco marfil fue todo.

PD Para mantener su independencia, como es norma en esta página, apuntar que no existe relación comercial alguna con la casa Goyard y que el maletín ha sido abonado en la totalidad de su PVP. Si lo he escrito es sencillamente por mi gusto por la marca y por mi admiración a una propiedad que pudiendo vender mucho más de lo que vende sigue entendiendo el lujo como algo exclusivo y que no debe masificarse.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

12 comentarios

  1. Aunque no me gusta ese estampado tan marcado, reconozco que me quedo con Goyard mucho antes que con Louis Vuitton. Es más, no puedo con LV. Me da una pereza enorme.

    Guille

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  2. Yo no creo que LV sea una mala marca, ni creo que sea peor que Goyard o cualquier otra. El problema es que ya nos hemos cansado todos de verla por todas las partes. Por cierto, me ha encantado el video de la semana. Pura historia parisina.

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  3. Buenas tardes,

    Precioso objeto de deseo, aunque por 3 Kg de peso, más lo poco que pesan hoy los ordenadores, ipad y cables, yo lo usaría sin piedad.

    Me ha encantado el video, ya quisiera vivir yo en una casa como esas maletas, pero lo que de verdad me ha encantado ha sido ver la cantidad de gente joven que trabaja en ese atelier, magnífica señal. Desgraciadamente no pasa lo mismo en las actuales fábricas españolas.

    Disfrútelo EA y muchas gracias por su blog.

    Eneko

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  4. Buenas noches:
    Yo tengo dos bolsos Saint Louise G M( tamaño grande),con mis iniciales solo,sin bandas.Las iniciales en ese tipo de bolso(no sè si pasará en el maletín explicado en el artìculo ,al estar la lona tensada) se desdibujan muy pronto,a los tres meses ya empiezan a eliminarse.La primera vez,pensè que era rarisimo lo que pasaba ,pero en Goyard me dijeron que al ser pintadas es una característica ese” desdibujado” de iniciales.Lo comento por si alguien se compra un bolso en el que la lona sea flexible,que tenga en cuenta ese detalle.
    Goyard ,como Vuitton con sus cajas, ha cambiado en unos años sus fundas para sus productos.Antes eran de tela marrón tabaco y ahora son en amarillo.

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  5. Buenas noches:
    Yo tengo dos bolsos Saint Louise G M( tamaño grande),con mis iniciales solo,sin bandas.Las iniciales en ese tipo de bolso(no sè si pasará en el maletín explicado en el artìculo ,al estar la lona tensada) se desdibujan muy pronto,a los tres meses ya empiezan a eliminarse.La primera vez,pensè que era rarisimo lo que pasaba ,pero en Goyard me dijeron que al ser pintadas es una característica ese” desdibujado” de iniciales.Lo comento por si alguien se compra un bolso en el que la lona sea flexible,que tenga en cuenta ese detalle.
    Goyard ,como Vuitton con sus cajas, ha cambiado en unos años sus fundas para sus productos.Antes eran de tela marrón tabaco y ahora son en amarillo.

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  6. Ay ¡¡ Señor López, como se retrata usted en cada uno de sus escritos y, mejor que nunca, en este sobre Goyar. Hace usted un breve preludio sobre la marca y la centenaria historia de esta prestigiosa casa, nos habla de sus famosísimos clientes que usaron y llevaron por todo el mundo sus maletas y baules prestigiando, de esta manera, el nombre de Goyard, a continuación nos informa haber adquirido un maletín de dicha marca pero que, a causa de su excesivo peso, no lo ha hecho con el fin de usarlo, si no para usarlo como” elemento decorativo “. En realidad, con esta compra, lo que usted pretende está clarísimo, si todos los compradores famosísimos, antes citados, fueron los que prestigiaron la marca, usted lo que pretende es que la marca le prestigie a usted. Pobre inocente¡¡

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  7. Estimado E. A,

    Ya lo siento pero casi prefiero el reverso que debe haber debajo de la mesa que el Goyard, sin desmerecerlo en absoluto. He estado en Biarritz muchas veces y visitado la tienda Hermes, pero en esta maravilla la desconocía. Por otro lado, me sorprende que su color favorito sea el naranja, ya que creo que no le he visto nunca de naranja. Mi MTB Giant es naranaja, como mi casco y mi Goretext Etxeondo, del cuál estoy seguro tendra unos cuantos, sobretodo coulot, y los cortavientos son una maravilla.
    PD: No haga caso al “Asilvestrado “ y siga ilustrándonos, por favor.

    Eneko

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  8. Soberbio maletín!. Lo único que no me gusta son las iniciales dispuestas de esa manera, las prefiero grabadas en el cierre central. Es una pena que este tipo de artículos estén en práctico desuso desde los 90. De un tiempo a esta parte, las mochilas empiezan a acaparar ese espacio, cada vez se ven menos – incluso – carteras. Y por terminar con un toque literario (o cinéfilo), este Goyard lo llevaría Patrick Bateman con la cabeza muy alta….

    Saludos.

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