Modales del buen fumador

Como en todo nuevo comienzo, todo nuevo proyecto, hay dos preguntas a las que debemos dar respuesta, por qué y cómo, y eso es lo que vamos a intentar explicaros en[...]

Como en todo nuevo comienzo, todo nuevo proyecto, hay dos preguntas a las que debemos dar respuesta, por qué y cómo, y eso es lo que vamos a intentar explicaros en estos primeros párrafos de esta nueva sección.

¿Por qué una sección sobre tabaco premium de tripa larga, es decir, puros? Pues porque pese a la continua persecución que sufren los fumadores de cigarros premium, incluidos en el mismo saco que los fumadores de cajetillas de cigarrillos (¿incluimos a quién se toma una copa de buen vino, whisky, coñac, ron brandy… en el mismo saco que quien se toma 10 cubatas de ínfima calidad?), la cultura del tabaco sigue vive y cada vez más en boga. Cada vez más perfiles se acercan al mundo de los tabacos premium con mente abierta y despierta, dispuestos a descubrir la experiencia de degustar un buen puro. El puro tiene un punto espiritual, un punto de hedonismo y disfrute personal que lo hacen único y especial, y desde este espacio vamos a intentar ponerlo en valor y en su lugar.

¿Cómo va a funcionar la sección? Pues como vosotros queráis, gran parte de los temas que toquemos y desarrollemos saldrán de vuestras dudas y opiniones. Todos los meses hablaremos de orígenes, fabricantes, marcas, procesos, cigarros… Cada artículo contará con un puro recomendado para disfrutar mientras leemos, del cual os incluiremos una breve ficha técnica y recomendación de maridajes.

Hechas las presentaciones y como corolario de nuestras intenciones en esta nueva etapa de El Aristócrata, queremos comenzar por un punto cada vez más olvidado y que es la base de todo caballero, los modales. Partamos de una base, el buen fumador es aquel que disfruta de su pasión, siempre con respeto hacia quienes lo rodean, sin miedos ni complejos. No hay unos mandamientos sobre qué, cómo, cuándo… fumar, pero sí que podríamos decir que existen unas pequeñas normas básicas a aplicar que nos distinguirán como caballeros.

Vamos a presentaros un breve decálogo de cómo debemos comportarnos como fumadores para respetar y ser respetados.

  • Pedir permiso. Tras llegar a una terraza o al comenzar una sobremesa, preguntar a los más cercanos si tienen algún inconveniente en que fumemos. Si la respuesta es sí, por respeto buscaremos otro lugar. Tema distinto es si estábamos nosotros tranquilamente fumando y los nuevos clientes se molestan, la decisión ya queda en cada uno. La educación no debe convertirse en servilismo.
  • Ofrecer un puro. Qué mejor que disfrutar de nuestra pasión acompañados. Así que, si eres de llevar más de un cigarro en la purera (cosa que deberías), ofrece un tabaco a quién nos acompañe.

  • Estar atentos hacia dónde y quién si dirige nuestro humo. Uno aprecia el humo de su propio tabaco, pero difícilmente los más cercanos tengan la misma percepción. Parece una tontería, pero tendemos a no fijarnos en este aspecto.

  • No ‘opines’ sobre lo que fuman los demás. Salvo que estés con íntimos amigos, es pretencioso y prepotente ponerte a opinar sobre la calidad del tabaco que se está fumando quién está sentado a nuestro lado o en la mesa contigua. Cada uno tiene su propio gusto, conocimiento y capacidad adquisitiva.
  • No ‘dar fuego’. Y lo mismo diríamos de cortar un puro ajeno. Salvo que nos pida expresamente un amigo poco ducho en las artes del fumar que les hagamos corte y encendido (siempre en mano), ni por asomo haremos ademán de ello. El corte y encendido es algo totalmente personal, a parte de un ritual que forma parte de la experiencia.

  • No cortar nuestro tabaco con los dientes. Es sucio, poco elegante y suele acabar en catástrofe. Si no tienes útiles de corte, con la propia uña se puede quitar la perilla con cuidado, pero con los dientes jamás.

  • No apagar el puro, a los tabacos hay que honrarlos y ‘dejarlos morir’ en el cenicero.
  • No guardar un cigarro a medias en nuestra purera o humidor, dejará un olor horrible de por vida, que cogerán los futuros tabacos que introduzcamos en ella/él.

  • Avisar a nuestra cava si un tabaco sale mal. No se molestarán, todo lo contrario, agradecerán la información para revisar si es un fallo suyo o del fabricante.

  • No coger puros del humidor de un amigo sin su permiso y visto bueno. ¿Meterías la mano en la cartera de tu compañero y cogerías dinero sin su ok? Viene a ser lo mismo, ya que puede estar guardando esa vitola para una ocasión especial, añejando ese cigarro, recuperando un tabaco…

Y como ‘bonus’, os recomendamos siempre PROBAR, PROBAR Y PROBAR. Prueba nuevos orígenes, nuevos tabacos, nuevas fortalezas, nuevas vitolas.

David A. Blasco

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COMENTARIOS

11 comentarios

  1. Gracias David por añadir si cabe más valor a esta página que tantos seguimos como casi religión. Es verdaderamente un lujo, nunca mejor dicho, tener firmas como la suya y una publicación que como esta sigue defendiendo la verdadera exclusividad. Quizás por ello sea que sigue viva mientras revistas de esta temática e infinitos blogs han quedado por el camino. Y firmas como la suya David son las que todavía lo hacen más grande. ¡Me encanta esta nueva página!. Deseando leer algo de relojes y de restaurantes a descubrir. ¡Viva la vida!

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    1. Gracias querido Moncho.

      La sección seguirá mientras vosotros queráis, aquí estamos por amor a lo que creó José María.

      Ruego hagáis cuantas preguntas y sugerencias tengáis, es mucho más divertido y enriquecedor un debate que un monólogo.

      Un saludo y gracias.

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  2. Buenos días, muchas gracias por esta nueva sección y mis felicitaciones por el contenido de este post de apertura.
    Me gustaría añadir, con ánimo de aportar, que un buen cigarro es un regalo estupendo para amigos o compañeros, más aún si después el disfrute es compartido con una buena charla o sobremesa.
    En cuanto a los tabúes, también podemos indicar que jamás debe humedecerse el puro en licor y menos aún introducir un palillo en el cigarro; indicación seguramente innecesaria porque me atrevería a afirmar que ningún lector de este blog realiza actos tan “horribles”, dicho esto entendiendo que, en su casa, cada uno hace lo que le da la gana.
    Felicidades de nuevo por la sección y por el blog en general, así como por el libro. Un saludo y muchas gracias.

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    1. Así es José María, el ‘maridaje’ se hace en la boca y no en el tabaco. Si quieres tomar tu tabaco con un ron, whisky, brandy… que sea en una copa aparte y dando sorbos tras las caladas, mojar el tabaco en licor es matar sus sabores y humedecer el tabaco, lo que perjudicará el tiro y la experiencia. Existen tabacos añejados en barricas de espirituosos, pero eso es un proceso buscado y controlado por el master blend y nunca están en contacto con el contenido (licor) sino exclusivamente con el continente (barricas), dando excelentes cigarros como son el Davidoff Winston Churchill The Late Hour (6 meses añejados en barricas de whisky), los Vegafina Rum Barrel (en barricas de ron), el Perdomo 20th Anniversary Epicure Maduro (6 meses de añejamiento en barricas de bourbon)…

      Sobre el palillo, al perforar un cigarro estás creando un canal que cambiará el tiro y concentrará en él nicotina y aceites, haciendo que el tabaco acabe modificando por completo los sabores y siendo desagradable. Hay ocasiones en las que no queda otro remedio, que es cuando el tabaco no tira por una mala construcción y se pretende ‘abrir’ el tiro, pero se generará los problemas ya comentados; podrás fumar el cigarro, pero no será la mejor experiencia.

      Como bien dices, cada cual hace en casa lo que le viene en gana, por ello no incluimos este tipo de ‘filias’ en el artículo. Cada uno disfruta su tabaco como quiere, pero que al menos uno sepa como afecta a su cigarro.

      Hay otra filia de este tipo con la que un servidor no puede, que es fumar sin camiseta… razones de estética, higiene, seguridad…

      Gracias por compartir tus ideas, en mi opinión tan acertadas.

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  3. Estimado Aristócrata:

    Una curiosidad: ¿estaba usted hoy caminando por la zona de la calle Estafeta? Me pareció reconocerle aunque preferí no equivocarme. De ser así, preciosa combinación de chaqueta.

    Saludos
    CD

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