Alguien dijo que solo tres cosas se necesitan para ser feliz: un libro, una chimenea y una bata.
Iván Aleksandrovich escribía que Oblómov “llevaba puesta una bata persa, una auténtica bata oriental sin la menor influencia europea, sin borlas, terciopelo, ni cinturón, y tan amplia que hubiera podido envolverse en ella dos veces. Las mangas de la bata, de perfecto corte asiático, se ensanchaban a partir de las muñecas hasta llegar a los hombros. Aunque, con el uso, la bata había perdido parte de su aspecto primitivo y en algunos lados tenía lustre, seguía conservando su brillante colorido oriental y la tela continuaba siendo tan sólida como cuando fue adquirida. Aquella bata poseía para Oblómov una serie de cualidades, a cuál más valiosa. Era suave y se adaptaba por completo al cuerpo, sometiéndose a cualquier movimiento del mismo como una dócil esclava”.
Hoy el uso de la bata ha disminuido, en parte por el cambio de costumbres al llegar a casa, en parte por la presencia de calefacción en la mayoría de ellas. Si antaño era frecuente hacer uso de ella mientras se leía el periódico, se disfrutaba un libro o se escribía, hoy rara vez se utiliza. No obstante, ninguno de estos usos fue el originario de esta prenda.
Los más observadores se habrán fijado en la gran similitud que tienen las conocidas como chaquetas de fumar (smoking jackets) con dicha bata. Esta similitud radica en que originariamente se utilizaba para vestirse sobre la ropa de calle mientras se fumaba. Esto evitaba que el olor del tabaco impregnara dicha ropa y viajara con ella por las diferentes estancias de la casa. Aquellas primeras chaquetas estaban confeccionadas en su mayoría en terciopelo, sin embargo, con la aparición de la calefacción dejaron paso a tejidos menos abrigados y más livianos.
La lana y el algodón son actualmente las fibras preferidas para confeccionar desde las batas más cuidadas hasta los batines más sencillos. Ambos mantienen hoy el diseño original, diseño caracterizado por puño francés, solapas redondeadas rematadas en seda para que por ellas resbale la ceniza, un cinturón para anudarse y un bolsillo de pecho para albergar un socorrido pañuelo.
Dependiendo del tipo de terminación, se pueden apreciar borlas o flecos en los extremos del cinturón. Las batas hoy ya no se visten tanto con el fin de evitar los malos olores a la ropa sino como una capa más de abrigo. Como Oblómov descubrió, su gran ligereza permite adaptarse al cuerpo sin suponer incordio alguno.
Las antes populares tres cuartos han dejado paso a batas que terminan por debajo de la rodilla. No hay una medida más correcta que otra y sólo habrá que asegurarse que cubre el largo de las mangas de camisa a modo de abrigo.
Si el algodón y la lana siguen siendo los compuestos más habituales, la seda y la cachemira gozan de mayor aceptación entre los paladares más exquisitos. Las solapas ya no tienen por qué ser ni de seda ni de un color diferente al del resto de la bata. No obstante, si se prefiriera dicha terminación es importante cerciorarse que los puños estén confeccionados en el mismo tejido y color que las solapas.
Aunque al evocar la clásica bata visualicemos una de color sólido oscuro y con ribetes en solapas, puños y bolsillos y en algún tono en bonito contraste, las batas más actuales cuentan con estampados animados de lo más interesantes: cachemiras, flores, grecas etc. Igualmente, los colores son más actuales y vivos; nuevos estampados y colores que dan como resultado una bata más cercana a una prenda de vestir que a una a punto de colgarse en el galán de noche antes de ir a la cama.
Dos casas centenarias inglesas, Turnbull & Asser pero, sobre todo, New & Lingwood cuentan con una enorme y estilosa variedad de batas y batines, tanto en tejidos, estampados y motivos. No son baratas, pero merecen la pena ya que por el hecho de estar descansando en casa no hay por qué dejar de hacerlo elegantemente.
El Aristócrata
5 comentarios
Maravilloso artículo y preciosas fotos.
¿Alguien sabe si en España se pueden encontrar batas parecidas a estas?
Gracias por tomarse el tiempo y recopilar estas maravillas.
Un saludo
Guille
He utilizado casi desde siempre una bata para estar en casa evidentemente en otoño e invierno y la verdad que es una prenda que aporta elegancia (para estar en casa) y sobre todo comodidad y abrigo.
No es una bata de excesiva calidad pero su función la cumple perfectamente y durara muchos años mas si.
Saludos
¡Cuánta elegancia!
Yo he optado por otro modelo de bata, eso sí un poco menos clásico pero muy gugusito, la batamanta. Todo un clásico del sofá, en lana merino, con estampados de corazones, para acompañar a mi mejor mitad en nuestras largas noches de series de Netflix.
En Madrid había tres tiendas que tenían batas interesantes; Azul, Best, y Denis.actualmente creo que solo queda Denis.