La princesa Leonor juró ayer la Constitución. Ante tan marcado día las miradas estaban puestas, descartado el uniforme militar, en quién sería el modisto que la vestiría. Y para la sorpresa de prácticamente todos lo hizo con un traje ni de diseñador conocido ni de modisto alguno. Lo hizo con un traje confeccionado 100% a medida y a mano. Y también 100% español.
Más allá de que fuera Agustín, y su pareja Lucía, hoy capitaneando los pasos de la histórica sastrería Serna, los responsables de su conjunto, lo verdaderamente interesante es la apuesta de la Casa Real por un sastre y no por el diseñador del momento para tan importante ocasión. Si claramente habrá un antes y un después de este traje cruzado en la vida y futuro de la sastrería Serna, lo verdaderamente interesante con dicha apuesta es el enorme respaldo que recibe nuestra sastrería nacional.
No solo aquí, también en infinidad de medios internacionales se ha hablado, y más se hablará, de este conjunto. Y eso no solo es bueno para Agustín y Lucía, lo es para toda la sastrería nacional. Porque no fue a vestirse a maestros de la costura con guiños a sastrería, ni a pseudo-sastres que se limitan a pasar unas medidas a una hoja o, llegado el momento, a coger un largo del pantalón. Acudió a la sastrería más purista. Al auténtico bespoke nacional.
Es alentador saber que si el actual Rey siempre ha vestido de sastre también lo haga la futura Reina. Obviamente, el ser mujer limita mucho la participación de un sastre en su armario. Pero que su primer traje importante haya salido de una sastrería española es el mayor espaldarazo que el oficio de sastre pudiera tener.
Muy probablemente hasta ayer pocas personas sabían que el sastre de su padre o de su hermano estaba perfectamente capacitado para hacer también conjuntos a medida de mujer. Y de aprovechar el ruido mediático de este traje cruzado muchos sastres verán como a partir de ahora también mujeres preguntan por sus servicios.
El traje de la princesa Leonor es, al menos desde mi punto de vista, un conjunto cruzado de preciosa factura. Los que vestimos de sastre nos habremos fijado en esa caída tan elegante de mangas o en el entalle que resalta su figura y la hace hasta parecer más alta. Hay, igualmente, detalles que hubieran sido difíciles de encontrar de haber optado por otro tipo de vestido. Los ojales a mano, los botones de corozo, el que esté entretelado a mano, las pinzas en el costado que terminan en el pecho buscando precisamente ese entallamiento, esos hombros tan sartoriales, esa caída tan singular que solo la medida sabe conseguir etc. Aseguraría que está forrado entero, también los pantalones, pues no se transparenta en ningún momento.
Creo que todos los sastres españoles deberían estar de enhorabuena. Seguramente nunca antes su oficio había ocupado tantas páginas de sociedad y había estado en boca de más gente. Ni siquiera a pesar de que el actual Rey desde su infancia haya vestido a medida. Y esto es algo de agradecer a Casa Real pero también al trabajo de Lucia, quien ha dado a conocer en primera persona las enormes posibilidades que la sastrería tiene también en la mujer.
Antes de despedirme hasta el domingo, quiero felicitar a Sastrería Serna por el gran favor que ha hecho a la sastrería nacional, a la nacional y a la de verdad. Y no lo hago tanto por lo más o menos bonito de este traje, sino por el esfuerzo, tiempo y dinero que han invertido para que una futura Reina haya terminado vistiendo una creación a medida.
Y me explico. Me acuerdo que hace unos diez o doce años, en uno de los primeros eventos que organicé de El Club de El Aristócrata, con motivo de la ponencia de Luca Rubinacci, nos sentábamos a cenar Luca, D. José María Reillo y yo. En aquella cena recuerdo que tras inspeccionar Luca una chaqueta de Reillo alabó su trabajo sobremanera. Sin embargo, ya con unos vinos dijo: “de nada sirve ser el mejor de puertas a dentro de tu sastrería si no se sabe de puertas afuera”. ¡Qué gran faena pero también qué gran verdad!
Precisamente por esto es por lo que es de justicia reconocer el enorme esfuerzo realizado por sastres como Joaquín, Agustín y cuando estaba en activo el mismísimo D. José María Reillo para dar a conocer su trabajo fuera de los muros de su sastrería. Nadie regala nada. Y hoy menos que nunca. Toca luchar, arriesgar, invertir, romper las normas, reinventarse…y eso es lo que han hecho estos sastres.
Pagar a alguien que te lleve las redes sociales, dedicar horas a fotografiar tu trabajo, hacer que salga en los principales medios del sector, asistir en persona a cuantos eventos, tanto nacionales como internacionales, sea necesario, hacer ropa pintona no con el objetivo de vestir a un cliente sino para que se fijen en ti, cerrar a las ocho de la tarde tu sastrería y en vez de irte a casa con la familia acudir al evento social de turno donde encontrarte con alguien que puede hablar de tu trabajo…
Porque me consta que si en la Casa Real acudió a la sastrería Serna para vestir a la princesa Leonor en tan importante día no fue porque allí hicieran los trajes militares del Rey Felipe. Fue porque Lucía Serrano había dado a conocer al mundo a través de ingentes fotos y videos las posibilidades que la sastrería a medida podía brindar también a la mujer.
Por lo que si hoy Joaquín Fernández es el sastre que más trabajo tiene de España y Agustín García el que ha vestido a la futura Reina no es en ninguno de los dos casos porque sean los mejores sastres de España. Es porque han sido los dos que más han apostado y arriesgado por abrirse un hueco en un sector demasiado cerrado.
El Aristócrata
9 comentarios
Me ha alegrado muchísimo también enterarme de la noticia!
Pues enhorabuena por ese trabajo magnífico que han realizado Agustín y Lucía, que son el ejemplo de muchas virtudes que a día de hoy se están perdiendo, trabajo preciso y excelente, negocio honrado, buen hacer y dedicación incluso con el afán de compartir técnicas con los demas, humildad y paciencia.
Todo llega a los que trabajan duro y no suelen pedir demasiado.
Enhorabuena para ellos y más allá, efectivamente para la proyección de la sastrería española hacia fuera !
Buenos días,
Como estaba esperando este reportaje, cuando lo leí me dio una gran alegría.
A mí personalmente, no me gusta como le queda la cruz del traje, el botón que abrocha me parece un poco alto, tampoco me ha gustado que no lleve una camisa debajo de la chaqueta, sinceramente no lo entiendo.
El chaqué del Rey perfecto, aunque el pantalón me parece un poco largo.
Lo que si me ha encantado es la capa de Leticia, ¿alguien sabe de donde es?.
Por cierto EA, esperaba que atizases un poco a Sanchez por la basura de chaqué que llevaba, independientemente de las formas y saber estar.
Feliz semana a todos.
Eneko
Enhorabuena a Lucia y Agustín de Sastrería Serna por ese excelente trabajo.
Me parece una gran iniciativa de Casa Real confiar en la buena artesanía española, apoyarla con encargos y darle visibilidad dentro y fuera de nuestras fronteras.
LML
El conjunto tenía mucha clase. Derrochaba elegancia. Desgraciadamente no se puede decir lo mismo de el de la hermana. Enhorabuena a los sastres, no solo por su trabajo sino por haber conseguido llamar la atención de la Corona de España.
Artículo excelente, al que no hay nada mas que añadir, solamente sumarse a la admiración del talento de estos profesionales del saber vestir.
Enhorabuena a la sastrería Serna , me alegro mucho de corazón
Grandes profesionales a la altura de los mejores del mundo.
Por fin se han dado cuenta.
E•N•H•O•R•A•B•U•E•N•A
En mi opinión el conjunto está bien pensado pero mal ejecutado.
Hay unas arrugas bastante raras en los costados, debajo del pecho y, sobre todo, las mangas afean mucho el conjunto. Por delante quedan demasiado tensas y se nota que por detrás están arrugadas en todo momento. Incluso en las imágenes vistas de frente se aprecia que la parte de atrás se arruga. No es una cuestión de una pose en concreto.
Me alegro que la Princesa decidiera vestir a medida y especialmente de que la sastrería elegida fuera Serna. Porque es mi sastrería de referencia y porque Agustín y Lucía están trabajando duro y con sentido.