Las
últimas tendencias parecen que están consiguiendo que olvidemos cómo debe quedar
el pantalón de traje. Cada vez más los pantalones de traje tallan más parecidos
a los de sport e incluso su hechura está más cerca a la de un moderno pantalón vaquero
que al de uno formal.
En
Italia, desde hace ya años un sector importante del mundo más relacionado con
la moda viene apostando por un traje de chaqueta cuyas medidas y proporciones
distan mucho de lo que se ha considerado históricamente como las medidas adecuadas
para el conjunto de corbata. Poco parece importar si la chaqueta hace arrugas
en las mangas o si el tener una boca de pantalón especialmente estrecha hace
que la caída de este de la rodilla al tobillo sea un mar de arrugas. Mientras
el ancho de la mangas sea estrecho y la boca del pantalón no exceda de 19cm, e
incluso menos, todo parece valer.
Son
bastantes las personas que gozan de un armario tan amplio que de vez en cuando
les gusta innovar con un nuevo corte o un nuevo diseño de traje. Sin embargo,
la excepción no se debería convertir en la generalidad.
Aunque
pocos sastres lo reconozcan, la mayoría de ellos presta gran atención a la
chaqueta haciéndola, al menos los de pata negra, enteramente en su taller pero,
sin embargo, externalizan los pantalones en una pantalonera. Esto pone en
evidencia que para ellos la gran importancia recae en la chaqueta siendo el
pantalón una prenda más fácil de coser y preparar.
Por
ello, rara es la vez en la que a pesar de acudir al mismo sastre con el que
llevas haciéndote ropa mucho tiempo no ocurre que te pruebas un nuevo pantalón
y no te lo tienen que ajustar en varios puntos. Desgraciadamente el sastre
prefiere que ese pantalón que no ha hecho él no venga muy ajustado a las
medidas exactas del cliente y que sea él ya en el probador quien le ajuste el
pantalón. Al fin y al cabo la realidad es que en la mayoría de los casos quien
ha cosido el pantalón no ha visto a quien lo va a vestir y no queda más remedio
que ajustarlo en el probador. Al final todo esto termina traduciéndose en un
traje cuya terminación no guarda la relación deseada entre su cuidada y
artesanal parte superior y una inferior con mucha más máquina, menos artesanía
y una hechura no tan conseguida. Basta con fijarnos solo en el conjunto de la
parte superior y luego hacerlo en el conjunto en su totalidad para poder decir
que rara vez la foto de todo el conjunto supera a solo la de la parte superior.
¿A cuántos nos prueban el pantalón hilvanado como sí nos hacen con la chaqueta?
La realidad nuevamente es que la fase de hilvanado del pantalón se omite para
evitar sobrecargar los gastos de la pantalonera.
Y
precisamente porque todos estaremos de acuerdo en que el pantalón también es
importante quiero compartir con vosotros la foto que ilustra este artículo y con
ella estudiar cómo debería quedar el pantalón de traje.
Si
empezamos por la parte superior del pantalón podemos ver como lo primero que se
aprecia es que este descansa en la cintura y no en la cadera. Y es que en la
cadera es donde abrochan los vaqueros pero no donde lo deberían hacer los
pantalones de traje. Una de las razones ya comentada en otros artículos es que
abrochando en la cintura la foto final de cuerpo entero queda mucho más
proporcionada. Además, de vestir el pantalón en la cadera lo más probable que
ocuriese es que una vez abotonada la chaqueta se viera mucha camisa por debajo
de la chaqueta así como una parte importante de la corbata por su extremo
inferior. Aunque esto pueda ser moderno, actual, trendy, fashion o cualquier adjetivo que se nos ocurra, lo que
podemos estar seguros es que si algo no es, es elegante.
Otro
detalle que se aprecia en la parte superior del pantalón es que queda
totalmente limpia y no se dobla la cinturilla. Normalmente, cuando un pantalón
abotona de manera algo forzada la cintura del mismo termina doblándose y
arrugándose. Otro detalle que podemos apreciar en la foto es que dicha cintura
no cuenta con pasadores para el cinturón; algo obligatorio cuando se lleva
tirantes. Igualmente, en su parte trasera sube visiblemente, algo que más allá
del efecto óptico, y del beneficio estético que se traduce a lo largo de todo
el pantalón, aporta, sobretodo, gran comodidad.
Mientras
bajamos por el pantalón podemos observar como los bolsillos no se abren, algo
que ocurre cuando el pantalón queda estrecho. De la misma manera, vemos como
tanto en el trasero como en la parte frontal no se forma arruga alguna, algo
francamente difícil de conseguir. En su parte delantera el sastre ha conseguido
hasta disimular para donde carga el propietario del pantalón y en la parte
trasera no hace ninguna pequeña bolsa ni tampoco parece que la costura central
del mismo moleste a su portador.
Una
mención especial merece la pinza y la raya de este pantalón. La pinza de este
pantalón se denomina coloquialmente como inglesa ya que al contrario de la
italiana se abre para el interior y no para el exterior. Esto da una mayor
holgura y libertad de movimientos pero como gran inconveniente hay que
mencionar que de no ejecutarse perfectamente esta puede terminar abriéndose aparentando
el pantalón ser demasiado ancho de caja. Sin embargo, en esta foto podemos
apreciar que se ha realizado espléndidamente y que tanto la pinza derecha como
la izquierda se abren solo lo justo y además se abren ambas exactamente en el
mismo lugar pareciendo una un reflejo exacto de la otra.
La
raya del pantalón merece no menos elogios. Su caída es impecable bajando de
manera totalmente recta y sin experimentar curvación alguna. Si tuviéramos la oportunidad de doblar el
pantalón por la raya observaríamos que esta cae exactamente en el centro de la
parte frontal del pantalón así como en el centro de la parte trasera. Bastaría
con medir los centímetros de tela que hay a un lado y otro de la raya para dar
por buena esta apreciación. Estoy convencido de que muchos de los lectores de
este blog que visten de sastre han comprobado en sus propias carnes como para
hacer que la raya baje en línea recta desde la pinza y muera justo en la mitad
del frontal del sus zapatos su sastre ha tenido que modificar la raya original
rompiendo la simetría de la que hablábamos antes. Fijémonos en las rayas
trasera de la foto y veremos como esa perfección que se apreciaba en las rayas
frontales también se da en las traseras.
Una
de las cosas más complicadas a la hora de hacer un pantalón a medida es
“salvar” la transición del muslo a la pantorrilla. Es precisamente en este
punto donde más arrugas se producen y donde más difícil resulta evitarlas, más
si cabe si se tiene un muslo fornido o un gemelo de importantes dimensiones. Y eso por no hablar
de no pocos señores que tienen un gemelo ancho y prominente y unas rodillas
entradas.
Si
nos fijamos en la foto de perfil y en la trasera nos resulta imposible adivinar
arruga alguna o problema en esta transición. Esto que parece algo normal los
que vistan de sastre estarán conmigo de que no es nada fácil de conseguir ya
que si bien se puede aflojar más tela en la altura de la rodilla esto termina
penalizando la estética del conjunto del pantalón.
Por
último vemos que el pantalón ni queda largo ni queda corto. ¡Queda
sencillamente como tiene que quedar!. Al contrario de lo que parece hoy
estilarse, este pantalón ni cuenta con una boca excesivamente estrecha ni queda
tan corto como para poderse ver los calcetines.
Por el contrario toca levemente el zapato pero sin descansar de manera
visible en él. Igualmente, podemos observar que para que esto ocurra tanto en
la parte frontal del zapato como en la trasera se ha cortado el bajo en diagonal
siendo medio centímetro más corto por delante que por detrás. Quizás una chispa
algo más largo tampoco estaría mal pero es difícil decirlo sin conocer la
estatura de la persona fotografiada.
Y es
precisamente esta perfección de líneas y hechura a la que los profesionales de
la tijera deberían aspirar y nosotros exigir porque los pantalones también
importan. Y si nuestro sastre nos habla de nuestras piernas curvas o de
nuestros fuertes gemelos recordémosle aquello que apuntaba muy acertadamente Henry
Poole: “no hay cuerpo malo sino sastre inexperimentado”
El Aristócrata
14 comentarios
Interesantísimo artículo EA, y magníficos los pantalones de la fotografía (me la guardo).
Una única cuestión. Comprendo que lo dicho en el artículo sería lo más correcto, pero no si la foto mostrada sería el ejemplo "más al límite" posible, es decir, si se podrían hacer unos buenos pantalones ajustándolos en ciertas zonas más que los que has mostrado, como que tengan menos caja (no sé si esa es la expresión correcta) o la boca de los pantalones más estrecha (aunque la expuesta me parece más que correcta), y que aún así, siguiesen entrando en los estándares de lo correcto desde el punto de vista de la hechura, que no se arrugasen o se viesen los defectos que has nombrado que suelen verse últimamente en las tendencias actuales en cuanto a pantalones.
Si pregunto ésto es porque, aunque visto muy clásico, por mi juventud procuro siempre que mis prendas tengan un fit actual, y el de la foto, aunque lo veo elegantísimo y claramente muy bien hecho, no sé si lo vería del todo bien estéticamente hablando, llevándolo yo, soy muy delgado y alto, y tengo la cadera muy arriba, por lo que a veces los pantalones de cintura alta, que son los que utilizo, no siempre me parece que me favorezcan.
Un saludo.
las pinzas no valen para nada
Pablo, yo creo que gran parte del debate radica en que se intenta asimilar el pantalón de sport con el de traje. Y desde mi punto de vista esto es un error ya que sus finalidades y usos son muy diferentes. Creo que tan poco estético es que un pantalón tipo vaquero tenga el tallaje y las medidas de uno de traje como viceversa.
Yo tengo pantalones de traje más estrechos que los q aparecen en la foto pero los tengo en los pantalones de los trajes de más de fin de semana. En los más formales, por el contrario, intento que se parezcan lo más posible a los de la foto. Pantalones estos que si te fijas bien no son para nada anchos y cuya boca de pantalón diría yo que debe ser de no más de 20-21cm; algo por otro lado bastante razonable.
Un saludo
EA
Entiendo EA, y comparto la idea de utilizar esos pantalones para traje, y a la vez me doy cuenta que me he explicado mal. Debería haber dicho que yo no visto de traje, sino que utilizo chaqueta y pantalones sport o de vestir, es decir, pantalones que utilizo igualmente con tirantes, cintura limpia etcetc, pero no son de traje. Así que se asemejarán a esos pantalones de traje más informal que utilizas para el fin de semana.
Gracias por la respuesta, y un saludo.
Buenas tardes.Interesantisimo art. como todos los que ud. nos narra en este magnifico blog.Lo único que no entiendo es su aseveracion a que un pantalon que se cofecciona para vestir con tirantes y no con cinturón,tenga que tener obligatoriamente los pasadores para el mismo.
Un abrazo
Javier Martinez
Estimado Javier,
La caja del pantalón de tirantes y la del pantalón de cinturón difieren en gran medida. Un pantalón cortado para tirantes dificilmente podría acoplar en él un cinturón. Por ello carece de sentido poner pasadores para el cinturón en un pantalón de tirantes.
EA
Aristócrata, debes recordar el origen del traje: un mero conjunto sport. El traje era la alternativa para usar en la campiña, los fines de semana, etc. Nunca tuvo la elegancia de la levita ni el chaqué y menos del frac, pero los reemplazó. Después de casi sesenta años que los jeans se afincaron en la cultura popular era obvio que los pantalones del traje se encaminaran en esa dirección, la cual abrazo. No a todos los físicos les sienta bien llevar pantalones de traje ajustados, pero es un aliciente para que la gente gruesa se ejercite ja, ja.
Realmente perfecto. Veamos qué opina de la siguiente opinión. Personalmente le sacaría un poquito en la pierna izquierda (quizás menos de medio centímetro)dejando la derecha igual.
Saludos,
Jesús María.
Extraordinario artículo de opinión. Llevo siguiendo los avatares de esta página desde hace algunos meses y sus textos, querido aristócrata, son un soplo de aire fresco en este maremágnum caótico que es el mundo de la moda en general. Un mundo que no es sino la continuación de una cultura en la que se ha instalado como línea de pensamiento dominante la de que todo vale y todo es respetable. Usted y yo, querido aristócrata, sabemos que no es así. No todo vale. Lo bien hecho y ejecutado, vale infinitamente más que lo mal hecho.
Un saludo y seguiremos atentos a sus imprescindibles artículos.
Javier.-
Muy chulos los gemelos de tornillos/tuercas, mejor que los de las calaveras, jejeje.
Lo único que me da un poco de temor es que se desenrosquen y pueda perderse uno de ellos. Imagino tendrá algún cierre de seguridad. Un saludo para todos.
Buenos días a todos.
Me ha sorprendido leer que el pantalón de traje debe ir en la cadera. Hasta ahora siempre he leído que debía ir en la cintura, dejando precisamente la cadera para los pantalones de sport. Precisamente tengo su libro, y dice exactamente eso. Podría resolverme esta duda?
También comentar el ancho del bajo, que no parece ser más de 21 cm. Antes, esta abertura, se consideraba el límite al que se podía estrechar un pantalón de vestir. Es curioso comprobar como ha ido variando este aspecto. Para mi gusto, con más de 21 cm. no se percibe el zapato en todo su esplendor.
Saludos a todos
Karlos,
Karlos,
Perdone por el error y muchas gracias por comentármelo. Efectivamente los pantalón de vestir se deben vestir en la cintura y no en la cadera. No sé porqué he intercambiado ambas palabras.
Un saludo
EA
Saludos. El `pantalon de vestir no lleva bolsa en la parte trasera?.
Yo no lo aprecio. ¿Arriba a la izquierda?