Hace un par de meses hablábamos de varias prendas que el frío pone a nuestra disposición al vestir de traje. Esta semana le toca el turno al sport.
El frío ofrece un enorme abanico de prendas para disfrutar de él. Un jersey de cuello vuelto o un cárdigan. Un fino cárdigan de punto añade al traje la elegancia del tres piezas pero con el traje cruzado el jersey de cuello vuelto permite vestir sin corbata incorporando estilo desenfado. Los jerséis tipo chaquetas de lana de punto cruzadas además de ofrecer algo más de calor son de lo más cómodas y visten más que los jerséis estándar.
El abrigo conocido como parka destaca por su protección contra el frio, su ligereza, sus amplios bolsillos y su capucha. De contar esta última con plumas de pelo natural será una buena alternativa al acolchado. La comodidad de este último y su relleno natural son responsables del agradable calor que proporciona.
En zapatos nada como unos botines en piel boxcaff o cordovan. Si se prefiere sin caña, un modelo full-brogue de piel vuelta con su suela de goma –entera o partida – resulta una buena alternativa. Los amantes de la alta zapatería estarán familiarizados con la bota Balmoral; bota concebida en sus origines como zapato de chaqué y hoy de plena actualidad con los más variados conjuntos.
La chaqueta de Tweed puede sustituir al traje en los momentos relajados. Dependiendo de las prendas que la franqueen se consigue una mayor o menor formalidad en el conjunto. Pantalón de franela gris y zapato marrón oscuro para la imagen más seria, unos chinos y unos mocasines para la más sport. El tejido conocido como Tweed Harris es resistente al agua y abriga tanto como para poder incluso prescindir de abrigo.
El traje cruzado de franela es el más elegante bajo el intenso frío. En estampado diplomático o con algún cuadro no muy llamativo se consigue un traje que soporta muy bien no solo el frío sino también el paso de las modas. Si bien su tejido es algo más informal que la lana merino estándar, hoy se viste también en ciudad.
El sombrero, la gorra inglesa o el gorro de lana son todas opciones bienvenidas con las que proteger la cabeza. La ventaja del sombrero y la gorra es que además de proteger del frío lo hacen de la lluvia. Desde los serios Homburg hasta los informales Trilby, el sombrero se convierte en invierno en un complemento capaz de cambiar por completo el mensaje de cualquier atuendo.
Las templadas temperaturas de últimos inviernos permiten no tener que protegerse las manos con rústicos y gruesos guantes. Por ello, los guantes de piel sin mayor protección interna que su propia piel son un complemento que además de cumplir perfectamente su función apenas ocupan espacio y son fáciles de guardar en el abrigo. Los de color marrón claro combinan con prácticamente todas las tonalidades de abrigos y aportan un toque de estilo interesante.
Acabado el día toca disfrutar del merecido descanso. Para ello nada como una bata y unas slippers. Las batas de seda son extremadamente cómodas por su textura y ligereza. Aquellos que no vean justificable pagar su alto precio podrán optar por las de lana, siempre más económicas y de diseños más variados. El rey de las zapatillas de estar por casa es el modelo slipper Albert. Perfecto para las casas de campo con suelos fríos y duros.
El Aristócrata
2 comentarios
Me gusta su estilo. Me resulta curioso que este no haya cambiado prácticamente nada desde los comienzos del blog. Veo que eso que dice en "Quienes somos" sobre su concepto de moda lo lleva hasta las últimas consecuencias. Por cierto, muy curiosos los bolsillos y la chaqueta de la foto del día. El resto de las fotos del artículo también muy bonitas.
Laura
José MAría, acabo de terminar el libro y mañana vuelvo a empezar a leerlo otra vez. Un auténtico disfrute. Un libro que ojalá mis hijo cuando crezca lo ponga en práctica.
Enhorabuena!
Ángel Pardo