Hay prendas cuya vestimenta debería estar recogida en el Código Penal. Y una de ellas es la chancla que ha hecho furor este verano: la Birkenstock. Y no uno u otro modelo. En todas sus variantes.
Antes de empezar con el primer artículo de este nuevo año académico espero que hayáis conseguido descansar, desconectar y, no menos importante, recargar baterías. Ojalá, además, que la serenidad y la calma con la que se comienza el nuevo curso se alargue lo máximo posible.
Cuando intentaba pensar en un calzado más feo que las Birkenstock no me fue sencillo. Solo me vino a la cabeza las cangrejeras conocidas como Crocks. No obstante, esta especie de zueco al parecer tienen cierto sentido en determinados sectores. De hecho, se diseñaron para los profesionales del campo sanitario y hospitalario. Aunque ver a alguien limpiar una cocina industrial con este zapato o a un cirujano con ellos en un quirófano sigue golpeando la vista, pudiera, efectivamente, llegar a entenderse.
Sin embargo, lo que se hace totalmente incomprensible es haber descubierto en esa búsqueda del zapato más feo, que, al parecer, hay quienes incluso visten dichas Crocks por la calle. Tranquiliza saber que sus seguidores no se caracterizan precisamente por su buen gusto. Y no solo en lo que a zapatos se refiere.
Precisamente porque las Crocks, de momento, solo las visten personajes de dudoso pasado e incierto futuro, no merece la pena pararse a hablar de ellas. En cambio, sí lo merecen las Birkenstock porque en contra de lo que yo, al menos, nunca hubiera podido imaginar, este verano estas sandalias han sido de lo más populares. No solo en los pies de unos cuantos, como pudiera ser el caso de las Crocks, sino en el de todo tipo de personas y perfiles.
Hay sandalias interesantes, pero, seamos sinceros, ninguna sandalia de hombre es mínimamente elegante. Y no lo son sencillamente porque ningún pie de hombre lo es. O no tanto como para dejarlo destapado y enseñarlo por la calle. Artículo independiente se necesitaría sobre la escasa visita del hombre al esteticista a realizarse la obligada pedicura. Si a esto añadimos que la Birkenstock deja el pie prácticamente visible en su totalidad, el resultado no puede ser más sofocante.
Entonces, ¿cómo es posible el éxito que ha alcanzado? Incluso planeando su salida a bolsa por, dicen, 8.000 millones de euros. Las respuestas, éxito de la película Barbie aparte, se antojan sencillas. Por un lado, la falta de sensibilidad estética de las generaciones actuales y, por otro, la falta de personalidad a la hora de escoger nuestra ropa. Como manadas seguimos a el camino que otros eligen y preferimos imitar a mantenernos fieles a ropa y complementos que ya no se ven por la calle.
Esperemos que la famosa frase de Oscar Wilde: “la moda es una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses” sea hoy más cierta que nunca y que el verano de 2024 vea la defunción del último atentado conocido contra el buen gusto.
El Aristócrata
12 comentarios
Feliz retorno a todos, me encantan estos artículos tipo Pérez Reverte cabreado con los guiris, jjaja. El amigo Rivas hizo uno parecido.
Ni idea de estas chanclas, pero he de decir que las Crocks son una buena opción para los enanos en las calas de piedras. Los escarpines con las suelas tan finas los matan.
Por último, mejor ir al podólogo que al esteticista y más si es Chino. ;-).
Feliz arranque a todos y a tope que la economía está flojita, así que nos toca dar lo mejor de nosotros mismo.
Feliz semana y ánimo.
Enrko
Efectivamente este verano las chancletas esas estaban por todas partes. Y no puedo estar más de acuerdo. Horrorosas.
Bienvenidos a todos.
Amén.
Para mas INRI, los precios de estas sandalias van de los 50€ para el modelo básico de puro plástico, hasta los 260€ del modelo inverosímil cuyas tiras de piel y plantilla de corcho vienen forradas ¡con borreguillo!. ¿Qué sentido tienen estas últimas? supongo que el mismo que llevar un gorro de lana en pleno verano, que los hay.
Gracias por el artículo, volvemos con fuerza.
Feliz curso a todos.
Este año nuestro anfitrión retorna en plan Coronel Kurtz…
La temporada promete…
Saludos.
Cierto, “el horror”. Buen apunte
El gusto, la elegancia, el estilo…todo se ha ido perdiendo en pos de una comodidad mal entendida.
Recomiendo revisar las prescripciones sobre elegancia de Marc Giró ante el atentado estético que es el verano.
Además de la indumentaria, para mí lo más hiriente son las cuatro cancioncitas repetidas hasta la náusea.
Mucha fuerza
Alternativa?
Cualquiera que cubra los pies
Estoy de acuerdo con el artículo , con un apunte . Es tan espantoso este tipo de calzado como llamar a un niño “enano” . De hecho creía que las personas que llaman a sus hijos enanos , monstruos , pitufos , etc eran precisamente los que usan este tipo de calzados .
En fin .., 😂
Un hombre, en ciudad, jamás debería enseñar los pies desnudos. Lo que en la mujer es bello, en el hombre es un horror.
Con respecto a las Crocs puedo decir algo que leí en alguna parte.
A la hora de rodar la película Idiocracia (una “distopia” donde los idiotas gobiernan el mundo), pensaban en qué tipo de calzado horrible y que gustara a dirigentes idiotas podrían poner a los actores principales. Eligieron las Crocs,
Como dice el dicho: Si non è vero, è ve. tronado