A las once de la mañana, los miembros del Club Privado El Aristócrata se reunían en el exterior de la tienda de Loewe sita en la esquina entre Serrano y Goya. De allí partimos hacia Getafe, sitio que puede, a priori, no tener relación alguna con los anteriores eventos ni con el Club, pero allí se encuentra la fábrica de la marca española y adjunto a ella, el museo que contiene gran parte de la historia de la casa.
La mítica casa se caracteriza por sus artículos de la piel los cuales destacan por la excelencia alcanzada en ciertas fases del proceso de confección como la unión de madera con el cuero, algo que se consigue de manera que es imperceptible.
Conocer la historia y evolución de la forma de trabajar de la marca española mediante su museo y fábrica, y descubrir cómo ha cambiado a lo largo del tiempo es algo que, al estar ambos espacios unidos se torna verdaderamente agradable para el visitante, ya que en un momento uno puede pasar de haber visto una maleta de finales del siglo XIX a las modernas instalaciones en las que se manufacturan las nuevas piezas. Privilegio si cabe mayor si tenemos en cuenta que este museo no está abierto al público y el Club fue invitado por parte de su Dirección a conocerlo.
La existencia de un “Museo Loewe” se debe a que, como se nos explicó, no hubo hasta hace poco un afán de preservación de la historia de la marca, y es mucho lo que se ha perdido. La labor de ese museo es, precisamente, recuperar la historia de la firma, definiéndolo como un centro de documentación.
A través de la visita al museo nos guio la señora Flor Fernández, encargada del mismo y conocedora de la historia de todas las piezas que allí se encontraban. La Sra. Flor nos llevó a través del museo, relatándonos la historia de la marca mediante las piezas que allí se conservan. Pudimos ver las piezas metálicas utilizadas para marcar el logo, pertenecientes a distintas épocas, maletas, abrigos…todo aquello que Loewe ha fabricado a lo largo de su historia está representado en este espacio.
Igualmente, nos deleitamos con productos diversos de distintas épocas todos ellos expuestos en un mismo espacio.
Esto nos permitió apreciar la evolución de un mismo producto a lo largo de los años, ya fueran gabardinas dispuestas por orden cronológico, el mítico bolso amazona así como las diversas reinterpretaciones del mismo hechas por los directores creativos que han pasado por Loewe o los grandes cambios que han sufrido las maletas desde 1910.
Tras visitar el epítome de la historia de la casa, nos condujeron a través de la fábrica pudiendo así conocer el proceso de fabricación, paso por paso, de las conocidas piezas de la que ha sido y es la marca más conocida española en el universo del lujo mundial. Pudimos apreciar cómo, a pesar de la industrialización, los procesos más cruciales de la manufactura los realizan artesanos experimentados, algunos de los cuales tienen ya más de 40 años de experiencia en su campo.
Dentro de la fábrica pudimos también ver el almacén de materias primas, unas pieles que se han sometido a un cuidadoso proceso de selección: únicamente el cinco por ciento es aceptado. Allí se almacenan todo tipo de pieles, de cocodrilo a vacuno y en los más variados colores que uno pudiera imaginarse.
Ya fuera de la fábrica y de vuelta en Madrid, disfrutamos de una copa de champán mientras el personal de tienda nos presentaba sus últimos productos, y ver por nosotros mismos el galardonado escaparatismo, y la cuidada presentación de las tiendas en las que tanto hincapié hizo el Sr. Enrique Loewe en la anterior reunión del Club.
Tras la visita a la tienda nos trasladamos al otro establecimiento que Loewe tiene en la misma calle, con el fin de ver los productos destinados al hombre, más abundantes en la misma. Allí pudimos apreciar de la mano del Responsable de Marketing de Loewe los zapatos de la casa, sus corbatas y otros productos orientados exclusivamente al cliente masculino así como su sección de sastrería donde hasta los muestrarios de las diferentes casas están forrados en piel.
Por todo esto y sobre todo por el enorme interés que desde Loewe se puso en hacernos las diferentes visitas a los diferentes espacios de la casa lo más agradables posibles queremos desde el Club Privado de El Aristócrata dar las gracias al personal encargado de la fábrica y las tiendas por su exquisita atención y magnífico trato.
Javier Valencia
Arqueólogo
3 comentarios
Querido José María, como siempre, acertado, perfecto y una muestra más de tu buen hacer.
Un abrazo,
Ignacio Arrabal.
¡Ojalá sepan mantener ese sello de calidad y de distinción tan español! No va a serles fácil.
Me gusta este blog.
Arturo Lobete.
Panadero.