Antonio García Enrile es un viejo conocido de esta página. Es uno de los pocos artesanos de la piel de la vieja usanza. Aunque cada vez está más especializado en la realización de zapatos a mano, lo cierto es que es capaz de arreglar una silla de montar, confeccionar una maleta de piel, hacer gemelos, carteras, cinturones y un largo etcétera. Y todo ello con un toco estético de lo más fino y, por supuesto, todo siempre hecho a mano.
Algunos recordaréis las opera pumps que me hizo para el esmoquin, unas opera pumps con una terminación artesanal que al menos yo no he vuelto a ver. Sin embargo, la realización de estas slippers difiera bastante de aquellas básicamente por la finalidad de unas y otras. Mientras aquellas iban a salir a la calle y necesitaban de una sujeción extra, estas buscan aportar la mayor flexibilidad y finalmente la máxima comodidad para que al entrar en casa terminada la jornada laboral te apetezca ponértelas y no quitártelas hasta marchar a la cama.
El uso de las conocidas como “slippers indoor” se remonta al siglo XIX, época en la que la aristocracia inglesa las vestía en sus casas de campo una vez marchadas las visitas. Si bien esta era su función principal, también se usaban durante muchas horas del día; incluso acompañado. Hoy, sin embargo, estas se visten más con pijama que en aquellos fríos suelos de piedra. No obstante, yo soy bastante amante de estas zapatillas y las visto tanto con ropa de casa como de vestir; aunque nunca fuera de casa. Además de ser muy cómodas evita meter en casa toda la suciedad acumulada durante horas en la calle; esta costumbre está vigente en países como Japón desde hace muchísimas años.
En aquella época era también común el uso de la chaqueta de fumador en dependencias privadas tanto de casas como de clubs privados. Probablemente aquella combinación tuviera algo que ver en su uso años después con el esmoquin. Esas slippers se hacían de terciopelo forradas en raso y las diferentes casas aristocráticas bordaban el escudo familiar en hilo de oro; detalle este último que todavía hoy se imita con hilo dorado.
Buscando tanto la estética como la practicidad de nuestras slippers se escogió para estas una piel fina de cabra, una piel extremadamente suave y ligera que además consigue una perfecta transpiración. Para el interior Antonio eligió un cuero vacuno suave de 0.7 micras, que además de aportar una buena sensación al tacto también conseguía gran flexibilidad y ligereza. Se remataron con el bordado que ya Antonio realizó en las opera pumps del esmoquin. Si en aquellas se hizo sobre la suela, esta vez se cosió sobre un lateral de las slippers.
Si algo fue fácil fue escoger el color. Naranja fue mi primera Harley Davidson, moto que todavía conservo, naranja son la etiqueta de mis jeans moteros preferidos, los Jacob Cohen, naranja fueron mis primeros complementos Goyard, naranja son mis camisetas de maratón y así un largo etcétera. La piel es blanda, suave y muy fina de grosor aunque muy resistente por contar en su parte vuelta con la flor, al contrario que sucede con los serrajes. Concretamente se trata de un ante de pequeño tamaño (cabretillas) con un acabado de pelo fino suave.
Después decidimos el tamaño y la tipología de letra que íbamos a bordar, además del lugar donde las colocaríamos. Hubo que hacer varias pruebas de bordado, pues las máquinas no están preparadas para bordar sobre este material. Igualmente, definimos el color del vivo, que en este caso se decidió en color chocolate.
Una vez preparados todos los materiales blandos, se ensamblaron, cosiendo el vivo vuelto en forma de tubería con una doble costura. Recordemos que las slippers indoor son construidas básicamente igual que un zapato, con la salvedad que no lleva ni tope ni contrafuertes (partes rígidas de la puntera y el talón). Para unir la cara exterior con el forro se utiliza únicamente almidón con el fin de mantener una buena transpiración y flexibilidad.
Para la planta de montado, Antonio utilizó cuello natural 100% curtido vegetal de 1.8 micras. Este se forró de piel en la parte vista y se le introdujo una planta de goma EVA para ganar confort. Luego se monta con tenazas y a mano, igual que cualquier zapato, y una vez ha secado en la horma se coloca el cambrillón de madera y la suela que hemos preparado del mismo cuello de 1.8 que la planta de montado y que ya incluye el tacón.
En este caso la suela y el tacón se pre-cortan, para el tacón se utiliza un material muy ligero (microporoso) que tras darle la forma se forra del mismo ante que la zapatilla, y se le coloca una tapa fina de goma Vibram. Una vez se ha colocado la suela se aplica una pátina de color roble y un pulido con ceras.
Las plantas de montado se cortan al igual que las suelas de cuello de becerro natural de curtición 100% vegetal. A la planta de montado como podemos observar en esta foto, se le hace una plantilla de goma eva y se forra con cuero vacuno, haciendo una costura en todo el perimetro que evite que se mueva. Una vez preparadas las plantas, el zapato se monta como cualquier otro calzado, con tenazas y puntillas, estirando al máximo el forro y montando el corte sobre este con almidón. La diferencia con un zapato de calle, es que en este caso no llevará tope ni contrafuerte, con el fin de hacer un calzado lo más ligero y flexible que se pueda. Luego se colocan los cambrillones de madera para estabilizar el tercio del talón y enfranque.
Se hace una suela a la medida de la caja del zapato, a la que le aplicamos una pátina para darle este aspecto. Posteriormente se forran los tacones (que también se prepararon con un microporoso ligero con el mismo ante y se monta todo el conjunto. A diferencia de las opera pumps donde se realizó un cosido blake en la suela, en las indoor la suela se une al zapato con pegamento para perder rigidez y ganar en comodidad.
Sacada la horma, el resultado son unas slippers de enorme comodidad y un peso de apenas 320gr. Si bien el producto es tentador este solo tiene un problema. Antonio y las prisas no se llevan bien. Yo tuve que esperar cerca de ocho meses para recibir estas slippers (cinco para un cinturón) y si no me equivoco son ya once meses de espera los que llevo para empezar a disfrutar de un par de zapatos MTM. Dicen que en el amor y en lo material lo que se hace esperar se disfruta luego mucho más. Yo solo añadiría siempre y cuando esa espera haya merecido la pena. Y con Antonio, al menos hasta el día de hoy, el producto recibido bien compensa la larga y excitante espera.
El Aristócrata
10 comentarios
Gran trabajo el de Antonio Enrile,cada trabajo suyo esta hecho con gran dedicacion y esmero, la calidad es la calidad. Un saludo.
Buenas tardes:
No hay ninguna foto, donde se vean las slippers completas.
Muchas gracias.
Me consta que JM. Se encuentra de viaje y ha tenido que apañarse con las fotos que le envié por Wasap,..no muy buenas.
En este enlace podeis verla, aunque espero que Jm. nos muestre alguna en uso.
https://www.instagram.com/p/BV8J4S3lOKv/
Un saludo
Enrile
Sinceramente aunque el trabajo sea impecable la paciencia y yo no se llevan bien y para mi esperar casi un año por un producto me parece una barbaridad.
La vida no ea tan larga y a mi la espera tan larga por una cosa tan simple como unos zapatos como que no.
Anónimo,
créame que le comprendo perfectamente, y que la experiencia de JM.en las esperas no han sido siempre las mismas.
También le diré que JM. No suele pedir ni unos simples zapatos ni un simple cinturón, suelen ser retos.
Un saludo
Enrile
Qué gran trabajo, Antonio.
me han encantado ¿me podria facilitar una direccion paraacercarme a encargarme unas ?
muchas gracias
ECA
Muchas gracias,
En nuestra web http://www.enrile.es aparece nuestro contacto. Por favor escribamos o llámenos, le atendatenderemos encantados.
Un saludo
Enrile
Antonio Enrile me hizo unos gemelos personalizados.Lo recomiendo
( Un maestro zapatero que sabe trabajar y tratar a sus clientes)
Enrile es un artesano andaluz de categoría. Un sevillano fino que nos trata a los aficionados a la moda clásica masculina de una manera exquisita, dando su lado a cada uno para establecer una relación estupenda con el cliente. Cada encargo es una gozada, y si tarda algo, no importa porque es una alegría pasarse por su taller y disfrutar de las maravillas de los encargos tan interesantes que suele tener entre manos.
Dicho esto, las slippers me parecen preciosas y una maravilla más que nos muestra este blog tan importante de "El Aristócrata". Enhorabuena a ambos.