Aunque en España en pleno mes de agosto se siga vistiendo de azul marino, esto carece de sentido. Dejando cuestiones estéticas de lado, los colores oscuros funcionan mal con el calor. Y precisamente ni calor ni sol faltan en nuestra querida España.
En cualquier manual de buen vestir, desde “Dressing the Man” a “Cary Grant, a celebration of style”, se nombra como norma básica del buen vestir el uso de los colores según temporada y condiciones climatológicas. Independientemente de que esto se obvie de manera generalizada en nuestro país, no depende ni de estatus social ni profesional, es más una cuestión de cuna, maneras y buen gusto, los colores claros deberían ser los protagonistas en estos meses de tanto calor.
Si bien en verano hasta la chaqueta del tejido más liviano llega a molestar, de querer seguir vistiendo con un mínimo de decoro, toca decantarse, además de por tonos claros, también por tejidos ligeros y materiales frescos. Las lanas frías son la mejor opción. Y dentro de ellas, el lino, tanto en su modalidad 100% como combinado con otros tejidos como seda o lana, algo que evitará que se arrugue, es la opción a considerar.
Si en el conjunto de César apostábamos por un pantalón de lino y una chaqueta con mezcla, en esta ocasión la chaqueta es 100% de lino y el pantalón con mezcla. También César nos confeccionó una preciosa chaqueta de esmoquin de seda blanca. Ya fuera por lo bien que quedó o por lo que destaca este tono blanco mate en verano, volvimos a escoger dicho color para esta chaqueta de calle a combinar con pantalón azul – de este último hablaremos en un próximo capítulo. En este caso la chaqueta sería de lino. De no optar por el traje completo de lino blanco, combinar una chaqueta de este color y tejido en un dos piezas no resulta particularmente sencillo y la línea entre lo elegante y llamativo puede ser muy fina.
Como alguno recordará, en una de las primeras reuniones del Club de El Aristócrata rendimos un homenaje al lino de la mano de uno de sus principales valedores: Luca Avitabile. En aquella charla se hablaron de bastantes cosas, aunque una de las más interesantes fue la historia del lino y sus inicios como tejido de invierno. Tampoco como tejido de ciudad sino de campo. Aquellos primeros linos eran mucho más pesados y, de alguna forma, más toscos que los linos de hoy de verano. Esto explica que nuestro lino tenga un peso de 360 gramos; peso muy elevado si lo comparamos con los linos más actuales.
La casa que está detrás de él es Dugdale Bros & Co y el muestrario, Lisburn. Apropiado nombre para este lino pues Lisburn es el sitio donde se cree nació 1.000 años a. C. el lino irlandés. En el S XIX el Parlamento Irlandés fomentó, y hasta llegó a obligar, a los granjeros a cultivar y trabajar la planta del lino. Esta planta tenía cualidades medicinales, servía para la producción de aceite, para la composición de todo tipo de tejidos, como comida y un largo etcétera. De hecho “Linum sitatissimum” significa “la semilla más útil”.
Curiosidades e historia al margen, lo cierto es que el lino utilizado en nuestra chaqueta es algo rudo, pero de disfrutar de diferentes tejidos en el armario, y tejidos fuera de lo habitual, este lino de 360 gramos es, si me lo permitís, un auténtico espectáculo. Nada que ver con la clase y finura de la seda del esmoquin de César, pero con una enorme personalidad y nada frecuente de verlo hoy en día. Una particularidad del lino, también de este a pesar de su peso, es su transpirabilidad. De ahí que si bien se pueda vestir perfectamente en otoño también resulte bienvenido al aire libre este verano en sitios no especialmente calurosos – estoy pensando en mi querido Biarritz.
Sobre la confección, las fotos hablan por ellas mismas. De Joaquín poco más se puede contar que no se haya hecho ya. Admirable todo él pues muchas horas, esfuerzo y buen hacer han conseguido que un aprendiz de sastre del Corte Inglés de Castellana tenga hoy la sastrería que más trabaja de España, además de una de las más bonitas y, claramente, la más moderna. Sea su trato cercano, su llanura o su disponibilidad a hacer a cada uno de los clientes lo que ellos quieran, lo cierto es que acercarte a su sastrería garantiza pasar un buen rato.
Para mi Joaquín es la muestra más clara del buen sastre-emprendedor. Al margen de todos esos “sastres” de tiendas que venden “trajes a medida” y que hoy crecen debajo de las piedras, Joaquín ha sabido crecer manteniendo la esencia de la verdadera sastrería. Se cambió de El Corte Inglés a una conocida camisería de Félix Boix arriesgando la seguridad que le daba un gran nombre como el CI. Cuando vio que no podía seguir creciendo volvió a arriesgar y buscó a unos socios con los que montar la sastrería de Hermanos Pinzón, Con visión estratégica abrir una tienda en el hotel Wellington, desde no son pocos los huéspedes que terminan también visitando, además de la tienda, también su sastrería.
Nunca ha dejado de apostar por las redes sociales, su verdadero éxito, cuando nadie del sector lo hacía. Invertía, conforme a sus posibilidades, en buenas fotografías, en una community manager, en renovar constantemente su página web, en terminada su jornada laboral asistir a eventos sociales donde pudieran estar sus clientes de hoy y mañana y reservaba una parte de sus muy limitados por entonces ingresos a recibir en sus sastrería a clientes y amigos alrededor de una copa de vino. Su cara B: que por el enorme trabajo que tiene muy probablemente hasta la próxima primavera no pueda sacar el artículo con el conjunto terminado.
Pero todo lo bueno se hace esperar.
El Aristócrata
18 comentarios
Me encanta esa espalda limpia, sin costura central. Respecto al color, mucha vida social hay que tener para poder vestir una prenda como esta. O mucha personalidad
O mucho gusto 🤣
Sí lleva costura. Si no la llevase sería un saco de harina
Fíjese bien que no lleva costura antes de dar un benedicto erróneo.
Gran artículo querido EA.
Juan
Nos lo podría aclarar el Aristócrata
Buenas.
Yo juraría también que carece de costura central en la espalda. Ampliando la foto no se aprecia ninguna de costura y los patrones naturales de la tela no tienen discontinuidades. Se ve sobre todo en la parte superior. En la parte inferior parece que se ve como una costura, pero creo que es simplemente una doblez de la tela.
Por cierto, muy buena pinta esa chaqueta. Con ganas de ver el resultado final.
Un saludo.
Óscar
No tanta, hombre… En una ciudad como Sevilla es una pieza obligada. En la Feria de Sevilla es de las prendas más habituales.
Buena tardes,
Completamente de acuerdo con E.F, pero creo que en este caso son las dos. Muy valiente también y ya cuando comenta lo del traje completo en blanco, el que se ha quedado blanco he sido yo. Lástima no tener ni una pista del pantalón. También veo complicado que camisas escoger para esa chaqueta, ya que de no llevar forro, que me imagino no llevará, se transparenta muchísimo, al meno en las fotos.
Feliz semana y verano a todos.
Eneko.
De acuerdo con EF. en que hay que tener mucha vida social para vestir una chaqueta blanca, que fue icónica en la Maberlla de los años glamurosos. Y también de acuerdo con Eneko en la dificultad de elegir una camisa si decide no forrar la chaqueta. Respecto a la personalidad para llevar esa chaqueta, no creo que sea una chaqueta especialmente llamativa. Llamativo o esperpéntico es llevar, como he visto a dos caballeros en la calle Serrano, pantalones con pinzas en la parte trasera del pantalón, eso sí perfectamente confeccionados y planchados.
Se me hace extraño ver el temor que inspira el color de esa chaqueta en algunos comentarios. Siendo sevillano es tan, tan, tan habitual tener esa chaqueta para multitud de actos sociales (el primero de ellos la propia Feria de Sevilla) que me sorprende que en otras localidades se considere ‘atrevido’.
En la parte inferior se aprecia perfectamente la costura. Todas las chaquetas llevan costura central en la espalda. Y el motivo es poder dar forma a esa zona. No un capricho de querer o no querer. Miren en su armario, por favor
Benedicto eran varios papas. No soy juez y sólo doy opiniones. Si fuera juez daría veredictos
Yo conozco varios sastres entre ellos el mío, que es de los buenos, que hacen la espalda de una sola pieza sin costura central. Pero que se puede hacer la espalda de una sola pieza es de primero de conocimientos de sastreria.
Hay algún sastre en la sala? Por favor, manifiestese
Efectivamente, se necesita más tejido y tiene el inconveniente que si la chaqueta requiere ajustes en el futuro éstos son más complicados al no poder utilizar dicha costura central para entallar o hacer más holgada la chaqueta.
Me encanta el lino, y no concibo la temporada de primavera verano sin prendas de ese tejido. Hasta sus arrugas tienen encanto. Muy acertada la elección. Salud para disfrutarla.
Estimados:
Para salir de dudas he preguntado a Joaquín, sastre de la chaqueta, y me dice lo siguiente:
“La chaqueta no lleva costura central. Para eso hay que trabajar muy bien la espalda con la plancha. Es fundamental conocer muy bien el cuerpo del cliente. En este caso he reentrado la espalda de tal manera que se adapte perfectamente. No se necesita más tela para hacer una chaqueta sin costura en la espalda. Se necesita la misma tela pero hay que estar muy seguro del trabajo de corte porque si hubiera que hacer algún arreglo de cuello habría que arreglarlo por las puntas de escote. He sacado el patrón, he puesto la tela y con el patrón he dado la forma de la espalda. Esta espalda ha llevado media hora reentrarla. Una vez cortada la espalda se vuelve a reentrar y conociendo el cuerpo del cliente le he dado otro reentrado. En la prueba se ha probado muy a conciencia la chaqueta, se ha encajado y he vuelto a reentrar la espalda en los puntos que hacía falta. En definitiva, no lleva costura en la espalda, algo que no es nada del otro mundo. Basta con ver las Tebas. Lo único que en esta chaqueta, al contrario que con aquellas, la prenda no queda suelta. Y ahí radica la dificultad. Que quede encajada lo mejor posible en el cuerpo del cliente”.
Me desdigo, pues, de lo opinado anteriormente. He revisado muchas fotografías y tanto el rey Carlos III de GB y su padre, Felipe VI y el suyo siempre llevan costura en la espalda. Todos los días, con la máxima humildad se aprende algo nuevo. Gracias José María