BESPOKE CXI: SEGUNDA PRUEBA, AGUSTÍN GARCÍA MONTERO, LA CHAQUETA DE MOTO ARTESANAL

Si en este link encontramos la loca idea con la que todo empezó y en este otro la locura con forma ya de chaqueta, ahora toca empezar a visualizar la que será la primera chaqueta de moto del mundo 100% Bespoke. 

Chaquetas con inspiración motera seguro que existen. Lo que yo ya no conozco es una chaqueta diseñada y confeccionada para hacer kilómetros, y protegido, en moto. Y, por supuesto, a medida y a mano. Una chaqueta que nos salvaguarde en caso de caída, del viento, la lluvia y con todos los guiños que un aficionado a la motocicleta pudiera necesitar en sus recorridos, tanto de ciudad como de carretera. 

Entrados en materia, nos explica Agustín que una de las cosas que complica la confección de esta chaqueta es la obligatoriedad de utilizar tela de cordura como entretela. Para los que todavía no disfrutan de la libertad de montar en moto, comentar que la cordura es una tela antidesgarros que resulta difícil de romperse. Además, es un tejido impermeable, repelente al agua, combate muy bien el viento y, muy importante, es resistente a la abrasión. Si la tela está hecha de nylon, su interior está impregnado de telfón y el exterior recubierto de poliuretano. Su peso: 203 gramos el metro.

La resistencia de la cordura se mide en “dtex”, llegando a encontrar telas de 1.500 dtex. Cuanto más alto sea este indicador más gorda y rígida será la tela y, obviamente, más resistirá en caso de una arrastrada importante. La nuestra tiene un 560 dtex que según el proveedor es más que suficiente para uso tanto urbano como interurbano. Para viajes largos, aunque se podría utilizar, seguro que encontramos prendas técnicas más acordes con el paso de kilómetros. 

Comenta Agustín que “la rigidez de la cordura obliga a dar la forma en el taller y para eso la plancha es fundamental. Me sorprendió como poniendo sobre ella 240 grados de calor la tela no se inmutaba ni cedía, algo que demuestra que efectivamente resiste a la abrasión. Las partes más difíciles de conseguir doblar fueron la de los hombros y la espalda”. Si esto requirió de bastantes horas, no menos se necesitaron para casar todos los cuadros. 

“Al meter las pinzas en el delantero por la zona de los ojales y no haber pinza tienes que doblar el tejido y el cuadro para según se acerca hacia el hombro irlo torciéndose hacia abajo moldeando el tejido para que casen los cuadros”. Coser a mano el tejido de cordura también ha sido complicado por su grosor. “Nos quedaron los dedos rotos”. La cordura irá puesta en toda la chaqueta, también en las mangas. En esta prueba todavía los costados no están protegidos pues toca todavía definir las medidas finales de la chaqueta. 

Aunque no se aprecia en la foto al estar cogido con hilvanes, todos los bolsillos son de tipo fuelle para poder meter en ellos llaves, cartera etc. y en los grandes una guía de carreteras. Los bolsillos grandes cuentan con un fondo de 3,5 cm y los del pecho de 2.5cm. En el cuello hoy solo se aprecia la tela de cordura, pero cuando esté terminado esta tela hará las veces de entretela y se cubrirá con la tela a cuadros del resto de la chaqueta. Un cierre de piel y con ojal se añadirá para cerrarse (aunque el velcro sería más práctico, restaría encanto a la chaqueta). 

Las mangas están pensadas, al contrario que las de las chaquetas de cordura o de piel normales, para coserse como si de una chaqueta de calle se tratara, es decir, con su tradicional chorizo. “Otra cosa diferente de esta chaqueta es que las entretelas se coserán independientemente entre sí, es decir la capa de cordura se coserá a cordura y la de tejido al tejido. Excepto en la sisa, las tres capas no irán cosidas a la vez. Serán como tres capas independientes; básicamente como si se hubiera hecho una chaqueta sobre otra chaqueta”. En la capa de la cordura las mangas irán cosidas como mangas napolitanas, aunque la manga de Tweed que se verá será una manga normal. 

Al levantar tanto las hombreras la chaqueta en la parte superior del pecho se aprecia un vacío que habrá que rellenarlo con algo de guata para así quede limpio. Un detalle que Agustín empezó a hacer algún tiempo atrás es el pliegue que vemos en la espalda. Aunque a priori pudiera parecer el típico de las chaquetas de campo, este lleva en su parte interior un forro entre los dos pliegues obligando a dicho pliegue a volver y cerrarse siempre (hace las veces de muelle). 

Toca tener en cuenta que, si bien no se persigue que la chaqueta quede entallada o justa como lo haría una de calle, tampoco puede quedar muy suelta pues el viento a elevadas velocidades produciría ruidos y haría el paseo bastante incómodo. “Es curioso porque el corte de la chaqueta que estamos haciendo es muy parecido al del Ejercito de Tierra”. Este lleva siete botones y nos tocará decidir en la siguiente prueba cuántos le ponemos nosotros finalmente. Un forro con claros guiños a la época dorada de la motocicleta completa una chaqueta a la que se ha dedicado tanto un tiempo como un cariño especial. 

Dos aberturas, aunque más cortas, de 16 cm, para impedir que vuele demasiado la parte de la espalda, aportan comodidad una vez sentado en la moto. Las tapas de las carteras no llevan forro sino el propio tejido. “Toda la chaqueta lleva un doble picado, uno el que va al canto para evitar que el tejido no se vuelva y que no se nota. El otro va a 1cm con un hilo más grueso que sí se aprecia”. Las costuras de la cordura se coserán con un hilo de kevlar evitando en caso de arrastrarse el que se queme, algo que ocurriría con el de algodón normal.

Sin llegar a pesar lo de una chaqueta de similares características, pero de cuero, su peso final será considerable. Habrá que ver si con semejante estructura y peso puede hacer las veces de una chaqueta normal un, por ejemplo, viernes casual. Quizás la opción de poder sacar la protección trasera cuando no sea necesaria, como se puede hacer en muchas chaquetas técnicas, pudiera ser una solución. 

Se saque esta o no lo que demuestra la sastrería es que llega a lugares donde la confección no puede o, sencillamente, no quiere por falta de público. Podríamos ir en moto con las otrora famosas Belstaff o similares, aunque una opción totalmente personalizada y con un tejido con estampado y color alejados de los tan aburridos colores moteros parece más divertido. 

Aquí os dejo unas píldoras de videos de pocos segundos donde podréis conocer algo más del trabajo del taller de la Sastrería Serna. ¡Disfrutadlas! .

El Aristócrata