l pasado mes de abril en nuestra ruta primera ruta “El Aristócrata” visitábamos en Almansa la fábrica de zapatos Lorens. La marca, fundada en 1969, no solo produce zapatos bajo su propio sello, sino que lo hace también para otras muchas, algunas conocidas por todos nosotros.
Almansa es probablemente el lugar de España que más fábricas de zapatos aglutina de toda España. Allí, no solo encontramos Lorens, pero también otras como Magnanni, Berwick, Sendra o Cordwainer. De hecho, Almansa junto a Elda y Elche, localizaciones estas dos últimas donde se sitúa gran parte de la industria auxiliar, suela, plantillas, forros etc., forman la zona zapatera por excelencia de España. Otros lugares como Mallorca cuentan también con varias casas allí establecidas pero su producción es menor.
Como dejan entrever los nombres de las casas zapateras que en Almansa se encuentran, el mercado internacional es su principal cliente. El que ni en el mercado nacional valoremos los productos “Made in Spain” obliga a buscar nombres que disimulen su procedencia para así aumentar su cuota de mercado tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Lorens, por ejemplo, está detrás de zapatos y slippers de marcas italianas y norteamericanas que se limitan a luego etiquetarlos bajo su nombre.
Cierto que el diseño y la calidad de terminación llega a Almansa ya definido por estas pero la producción íntegra del zapato se realiza en la fábrica de Albacete. También, para ser justos, los zapatos que se entregan a alguna de estas casas extranjeras son bastante mejores en calidad, detalles y terminación que otros similares pero etiquetados con la propia marca. Los propios zapateros artesanales y de bespoke al sacar su línea RTW utilizan las fábricas de Almansa para, con todas sus indicaciones, traerlos a la vida.
Un zapato MTO no es un zapato a medida, ni tan siquiera un MTM. Un MTO se trata de un zapato ya existente donde el cliente tiene poco margen de personalización. Un color de piel, unos cordones concretos, un tipo de suela y no mucho más entre las opciones a escoger. Si en el MTM se monta un zapato sobre una horma existente, pero pudiéndose crear un diseño de zapato único, en el MTO se escoge entre modelos expuestos personalizándose en mayor o menor medida.
El nuestro, aún tratándose de un MTO, se permitió ciertas licencias que van un paso más allá del MTO “raso”. En primer lugar, ambos pies fueron dibujados en cuartillas para teniendo en cuenta el largo y ancho buscar una horma que aunara correctas medidas y cierto estilo. Al final una fábrica de zapatos que produce para tantas casas cuenta con una enorme variedad de hormas entre las que escoger, lo cual es una suerte para el cliente de este servicio. La elección de la piel fue la que más tiempo llevó pues la variedad entre la que escoger es enorme.
Finalmente, nos arriesgamos y escogimos la de aligátor. Digo nos arriesgamos, porque los zapatos de esta piel de no estar confeccionados, normalmente, artesanalmente suelen quedar algo toscos. Obviamente, los mejores zapateros del mundo consiguen auténticas preciosidades, pero al confeccionarse industrialmente el peligro estaba allí. Peligro, que visto el resultado final queda solo en recuerdo.
No obstante, quizás el detalle que más diferencie este MTO de cualquier otro es el hecho de que con tus medidas tomadas y la horma decidida se te realice un zapato de prueba antes de pasar a la elaboración del definitivo. Este, obviamente, se cose con pieles y materiales de menor calidad, pero siendo un zapato de calce idéntico al que finalmente se te entregará. Esto fue muy bienvenido porque tras probarlo y caminar con él media talla menor parecía mejor opción. Si bien media talla más en un zapato de cordones no importa tanto al poderse ajustar, en un mocasín es la diferencia entre que se salga al caminar o no.
Es lógico pensar que si su precio dista mucho, por abajo, de las marcas zapateras más reputadas, también lo haga, en cierta medida, el nivel de terminación. Me refiero, concretamente, al interior del zapato y a su suela. Decía Norman Vilalta cuando le entrevistamos que un zapato debe ser bonito se mire por donde se mire. Es decir, también en su interior y en la suela. Aunque la piel es preciosa y el corte que se ha hecho de esta para ambos pies admirable –casi un espejo el uno del otro -, el interior no está a su altura al ser correcto, pero igual al del resto de gama de modelos.
Igualmente, se podía esperar algo más de la suela. El cosido Goodyear es una pena que quede al descubierto. Aunque marcas tan reconocidas como Crockett & Jones también lo hacen en varios de sus modelos, hoy las mejores ocultan dicha costura en busca de una mayor pureza de líneas. También, la propia suela podría ser más estética; una pena porque el zapato que vimos en nuestra visita a la fábrica y sobre el que se basa el nuestro tenía la típica suela de violín propia de la mejor zapatería artesanal. Igualmente, contaba con puntera de acero; un toque que no ayuda en los arcos de los aeropuertos pero que sí aporta belleza a la suela. Dicho esto, la línea final del zapato y su resultado es muy estético y para nada tosco.
En definitiva, se trata de una opción francamente interesante para quien busque un gran zapato sin salir de nuestras fronteras y no quiera pagar un súper precio por una marca internacional. Si bien, por terminación, no está a la altura de los mejores zapatos industriales, detalles como la suela o la plantilla lo impiden, sí lo está de marcas cuyo precio fácilmente duplica al de la casa almanseña. Además, si se va a elegir un modelo especial, el contar con un zapato de prueba que asegure no equivocarnos representa una enorme ventaja que ninguna otra marca de su rango ofrece.
El Aristócrata
5 comentarios
Estimado EA,
En la plantilla se ve perfectamente un teléfono móvil. Creo que sería mejor borrarlo.
Gracias por el artículo. Preciosos ambos zapatos.
Una pena que efectivamente no se hayan cuidado esos pequeños detalles porque el zapato tiene un pintón.
Yo tb lo pienso. Un zapato de 7 podría serlo de 9 con otra suela y otro interior.
Coincidiendo con los comentarios anteriores, creo que el zapato es precioso. La horma está muy bien conseguida. Enhorabuena!
Aquí en Jerez hay un zapatero que hace a mano unos zapatos increíbles. ABRAHAM ZAMBRANA, muy recomendable.
Cuando quieras envío fotos de algunos que me he hecho
Saludos