Esta página nació hace años con el objetivo de mostrar aquellos productos que me parecían exquisitos y que aportaban claramente un valor añadido sobre los fabricados en masa por la industria del lujo. Por ello, aquí no se ha hablado de Rolex sino de Patek Philippe, no lo hemos hecho de Louis Vuitton pero sí de Goyard, tampoco de Hackett aunque sí de Jaime Gallo y no de BMW sino de Bentley.
A pesar de que algunos lo hubieran preferido, esta página no ha sido un altavoz de solo los productos y artesanos españoles. Por aquí han pasado las más diferentes nacionalidades. Tampoco ha buscado dar a conocer el trabajo solo de los profesionales más contrastados. Por todo aquel cuyo trabajo ha conseguido algo exquisito y excepcional he intentado interesarme. Esto no quita que, como ya he dicho en alguna ocasión, el vivir en Madrid y contar con muy pocos momentos libres haya hecho que sean los artesanos aquí residentes los que más eco hayan tenido en esta página.
Y por supuesto, he tenido siempre gran interés en dar a conocer el hacer de los más jóvenes. Al final van a ser ellos los que mañana nos vistan y nos calcen, además, de ser los que más necesitan de este tipo de medios para darse a conocer. Además, casi siempre, son ellos, y no los profesionales más consolidados, los que luchan y empujan para dar a conocer sus respectivos oficios.
Dicho esto, lo que nunca hemos hecho es traer a esta página a pseudo profesionales que bajo el título de “zapatero”, “camisero” o, como el caso que nos ocupa, “sastre” se limitan a tomar unas medidas o a probar un traje en el que su participación ha sido mínima. De hecho, si recopilamos todos los artículos del apartado “bespoke” veremos que todos los profesionales que aquí aparecen son artesanos de “los de verdad”. Hayan sido zapatos, camisas, abrigos o trajes, hemos siempre intentado dejar claro la gran diferencia que hay entre los que ahí aparecen y los que hoy ofrecen un servicio a medida que es toda una falsedad.
Como es lógico a unos podrá gustar más el trabajo de Calvo de Mora que el de Reillo, o viceversa, pero ambos son sastres. Podrá gustarnos más el trabajo de Vilalta que el de Vass, pero ambos son zapateros. Se preferirán las camisas de Langa a las de Burgos, pero nadie puede negarles el título de camiseros… La independencia de la que siempre ha gozado esta página nos lo ha permitido durante casi diez años. Y ojalá sigamos así muchos años más.
No tengo nada en contra, todo lo contrario, de las tiendas que venden trajes RTW o MTM y lo dicen claramente. Sin embargo, diferentes son las pseudo sastrerías que engañan al cliente vendiéndoles trajes adaptados sobre patrones estándares y cosidos a máquina y los venden como si fueran de medida artesanal. ¡Eso es mentir!.
Lectores, no se engañen: si les venden un traje a medida por 1.200€ ese traje no es, de ninguna manera, bespoke. Hoy esto es, sencillamente, de todo punto imposible. No tiene porqué ser peor pero no es bespoke.
Luego tocaría entrar en la definición de sastre, punto este no menos problemático. Hay sastres, sobre todo los mayores italianos, que nunca admitirían llamar como tal a personas que no saben coser. En cambio, en Inglaterra sí lo admiten al haber muchas sastrerías donde los diferentes oficios están perfectamente separados y cada uno se limita a hacer su tarea, tareas todas ellas coordinadas por el maestro sastre; normalmente el cortador de la casa que no tiene porqué saber coser.
En España, también tenemos casos de grandes sastrerías donde la cabeza principal no sabe coser. Sin ir más lejos, Jaime Gallo no sabía coser y, sin embargo, su sastrería ha sido hasta el día de su desaparición la sastrería de referencia de España. Por sus filas han pasado muchos de los mejores sastres de los que hoy España puede presumir. Entonces, ¿cómo no llamar sastre a Jaime Gallo?. Pues de atenernos al sentido más purista del término sastre no podríamos.
Y siguiendo la línea editorial de esta página, esta semana me encantaría entreteneros con la elaboración de un traje artesanal de Agustín García Montero quien, independientemente de que su trabajo os guste más o menos, es sastre, y sastre de los de verdad. A Agustín muchos le conoceréis por ser clientes suyos o por los múltiples artículos que sobre él y su trabajo ha escrito Salvador Godoy de www.sinabrochar.com, blog de todo punto obligatorio para los amantes del estilo y buen gusto.
Agustín nació hace 36 años en Madrid de madre peletera y de quien todo parece indicar ha heredado sus manos. Con escaso año y medio su madre fallece y la vida le lleva a él y a su hermana por un periplo de lugares donde conoce Madrid, Zaragoza, Huesca y Barcelona, ciudad esta última donde su padre trabajaba en Telefónica y de donde conserva sus mejores recuerdos. Sin embargo, fueron muchos loa años que vivió con sus abuelos, con los maternos unos meses después de morir su madre, y con los paternos hasta que se va con su padre a Barcelona y más tarde también en Extremadura. Sin lugar a duda unos años nada fáciles para un chico que se veía en medio de un mundo en el que no había podido escoger.
Después de 2 EGB es cuando se va por fin con su padre a Barcelona, ciudad y gente de la que guarda un grato recuerdo. No obstante, solo dos años después, en 4 EGB, tiene que marcharse a Guadalajara y de ahí a Leganés para terminar en Vallecas. Es aquí y con quince años donde decide que le gustaría ser biólogo marino. Sin embargo, y para bien de sus clientes actuales, conoce a su buen amigo Javi; un chico que es hijo de un oficial de la sastrería de Cecilio Serna. Javi, como Agustín le sigue llamando, llevaba los trajes una vez terminados a las casas de los clientes.
Javi, decide dejar el trabajo y ponerse a estudiar y mientras se lo comunicaba a Cecilio le presenta a Agustín como su mejor remplazo posible. Al parecer la pinta de Agustín, melenas por pelo y guitarra por manos, le causa cierta “sorpresa” a Cecilio. No obstante, tras marcharse Agustín, Cecilio pregunta al resto del personal de la sastrería por su opinión y estos se limitan a decir que no parece mal chico y que se merecía una oportunidad. Al día siguiente Agustín empieza a ir puerta por puerta entregando trajes.
En los tiempos muertos, Agustín se quedaba en el taller viendo como trabajaban. Eran tiempo donde absolutamente toda la prenda se hacía in-house. Allí conoció a su maestro y al equipo del que ha aprendido todo. Aunque no todo fue un camino de rosas en la relación, Agustín guarda un gran respeto y agradecimiento a Cecilio, sastre que en los años 50 aprendía el oficio de otro conocido compañero de la época, Arana, cuya sastrería estaba, como era normal entonces, en la calle Mayor.
Arana fue muy popular por hacer los uniformes a Franco y los trajes a sus ministros. Jubilado Arana, Cecilio se queda con la sastrería mientras Arana, ya como externo, supervisa su trabajo. Algo debió ocurrir cuando Cecilio decide dejar aquella sastrería y abrir la suya propia en la Calle Miguel Ángel. Es curioso, pero tras escuchar la vida profesional de Agustín vemos muchas similitudes entre las de Cecilio y la suya. Cuenta la leyenda que tras la marcha de Cecilio, Arana llama a los clientes para decirles que él ya no estaba con él.
El taller de Cecilio, sastre que al parecer tampoco sabía coser, contaba con una gran mano de obra permitiéndose en los buenos momentos hacer todo tipo de trajes, abrigos, uniformes y las más variadas filigranas. El taller en aquella época era Rufino (oficial), Antonio (pantalonero y arreglos) e Isabel (pantalonera). He tenido la suerte de ver concretamente una de sus chaquetas en la persona de Mariano Langa y puedo dar fe de los más increíbles detalles.
La vida va pasando y Agustín compaginaba el reparto de los trajes por la mañana con el turno nocturno del bachillerato. Aquellas melenas fueron poco a poco domándose y Cecilio y su pantalonera Isabel le proponen aprender el oficio. Solo había pasado un año cuando Cecilio le manda y le costea un curso sobre tejidos en La Confianza. Concretamente en este curso se aprendía a saber qué líquidos hay que echar a un tejido para ir descartando materiales y saber cuál es la verdadera materia prima. Según sea la perdida de gramaje se va sabiendo su composición exacta. Mientras hacía el curso empezaba a pasar hilos, picar entretelas etc.
Mientras aprendía las tareas más básicas, Rufino, oficial, le decía que se limitara a observarle y que aunque pudiera pensar que no entendía nada llegaría un momento donde todo le cuadraría y se despertaría un día con todo claro. Y eso fue precisamente lo que pasó. “Al principio haces las cosas mecánicas pero llega un momento que todo lo entiendes y parece que todo casa y entonces puedes empezar a hacer las cosas a tu manera”. Poco después la entonces pantalonera le propone un trato: ella le ayuda a hace las magas y Agustín, a ella, los pantalones. Este trato se mantuvo inalterado casi dos años.
Antes era bastante común cobrar por horas y no por prenda. Esto hacía que la picaresca española alargara las horas necesarias para terminar cada pantalón. Rufino, quien cobraba por chaqueta terminada, no podía enseñarle pues la tarea se le ralentizaba y es Antonio quien le enseña el trabajo de la chaqueta ya que tenía algo de conocimiento de cómo se hacía al estar yendo a aprender al taller de Olmedo. Agustín termina ocupando el puesto de Antonio años después de irse Rufino y un año antes de que Antonio se marchara.
Ciertos encontronazos entre los miembros del taller hicieron que Miguel Ángel Framis, quien estuvo en la sastrería donde también estuvieron los zapatos John Lobb, ofreciera a Isabel, Victoria y Rufino ir con él. Agustín también tiene la oportunidad de seguir sus pasos pero considera que sería una injusticia hacerlo después de la confianza y la oportunidad que Cecilio le brindaba.
El trabajo tiene que reorganizarse rápidamente y Antonio asciende de pantalonero a oficial. Para ello, Cecilio envía a Antonio a aprender al taller de Olmedo la confección de la chaqueta aunque el periodo de capacitación no fue lo suficientemente largo como la bajada del nivel de las prendas puso de manifestó.
Mientras tanto Agustín hace plancha, machaca prendas (aplastamiento bajos, cantos, cierre de sisas etc), mangas, hilvanaba delanteros, cosía bolsillos y seguía realizando los pantalones. Comenta Agustín que sus pantalones eran tan buenos que antes de irse Rufino se los hacían entre otros a Yusti y a Jaime Gallo. Recordemos que externalizar es algo últimamente demasiado frecuente. Por ejemplo, Rafael Caballero, sastre de Carabanchel, hace el 70% de los trajes que se externalizan. En esta nueva etapa del taller Cecilio le enseña a cortar y le costea, junto a los otros dos cursos, también el de corte y costura de La Confianza. Recuerda de aquel corte de Cecilio lo intuitivo y sencillo que era comparado con el de La Confianza.
Entra una oficiala nueva, Mari Carmen, quien le enseña a hacer los cantos, los vivos, el hilvanado de mangas. Al parecer la idea de Cecilio era que su hijo Jorge y Agustín se quedaran con la sastrería cuando él se jubilara. Pero el destino y el querer desarrollarse y dedicarse al 100% a su profesión de psicoterapeuta cambio lo cambió todo. Jorge decide separar su futuro profesional del de su padre. Cecilio envía a Agustín con Olmedo para aprender cómo se hacía en condiciones una chaqueta. Al poco tiempo Antonio se marcha con Cornejo y se centra en la ropa de cine. Por su lado, Agustín se queda con 29 años llevando el taller obligado a trabajar en dos mesas al mismo tiempo. Para mantener esta nueva estructura de manera eficiente Agustín deja de atender a los clientes si Cecilio estaba en la sastrería. Sin embargo, cuando él se queda con la sastrería el sistema deja de funcionar, parándose el taller, al tener que añadir a su trabajo en taller el atender al cliente.
Cecilio se jubila y acuerdan que siga pasando por la sastrería dos horas al día. Aquellas dos horas iniciales terminan convirtiéndose en jornada completa y el desgaste propio de la convivencia y el cambio de roles empieza a enturbiar la relación. Pelota para delante deciden abandonar la vieja sastrería de Miguel Ángel y establecerse en la actual de General de Pardiñas. Los clientes siguen viendo a Cecilio como el máximo responsable de la sastrería aún cuando es Agustín quien desde hace tiempo es el único responsable.
Agustín si bien deja el nombre de “Serna” como el de la sastrería introduce detalles como cambios en la etiqueta donde ya aparece su nombre. Las diferencias se agudizan al intentar Agustín dar al cliente el traje que este quería y no el que Cecilio pensaba había que hacer. Además, la hechura de Cecilio era muy diferente a la que él quería hacer. No estaba del todo cómodo con la entretela de pegar que se utilizaba para tapar ciertas imperfecciones ni con el grueso plastrón. De hecho este último lo cambia por uno más es más blando y el forro por uno más fino. “Ahora ya no se usa boatina alguna sino un melton en color beis, los delanteros se hacen a mano para que sean más blandos llegando a prescindir de él si el cliente lo quiere todavía más blando“.
Otra diferencia entre su forma de trabajar y la de Cecilio es que este hacía una pinza para dar bastante pecho y Agustín solo lo hace si el cliente está gordo o tiene mucho pecho. “Ahora los bolsillos interiores se cuidan mucho, no ponemos la entretela que Cecilio ponía para dar cuerpo a la bocamanga. Yo prefiero lino forte que es una entretela de lino mucho más estética”
La ley antitabaco les termina de enfrentar y terminan por separar sus vidas. Es entonces cuando Agustín se enfrenta al gran reto de su vida: sacar adelante una sastrería sin prácticamente clientes propios y siendo un desconocido para el gran público. Cabe recordar que antes de la crisis se hacían en la sastrería unos 500 trajes. El primer año de la crisis baja a 200, un año después a 120 y el primer año de Agustín, ya sin Cecilio, a 75 trajes. Hoy, en cambio, el número espera esté entre 210 y 220. Sigue trabajando los uniformes y hace cosas tan especiales como el forro diseñado por Lucía que aquí os mostramos, una edición limitada de tres piezas (no es perdáis el video de la semana donde sale el proceso del mismo).
Nos cuenta, por ejemplo, que de los 45 trajes que tenía en marcha en Abril solo 7 eran de clientes de Cecilio. “Y esto nos ha sido gracias, además de haber perfeccionado mucho la técnica, a haber llegado a la gente joven; concretamente el 90% de sus clientes son gente joven”. Jóvenes a los que a través del uso de las redes sociales y de sus múltiples apariciones en blog ha conseguido fidelizar y a los que les cobra el más que competitivo precio por traje de 1.900€ IVA incluido.
Y es precisamente en el uso de las redes sociales donde su actual pareja Lucia ha jugado un papel clave. Ella fue quien demostró a Agustín la importancia de profesionalizar el oficio dando hora a todos los clientes para así poder avanzar el trabajo del taller. Lucía fue también una chica a la que el campo del diseño llamó a su puerta y terminada la escuela de diseño se empeñó en entrar en un mundo de hombres.
Tras ser rechazada en todas las sastrerías a las que llamó, Agustín le abrió su puerta para nunca volverla a cerrar. Ahora echa la vista atrás y recuerda una frase que le dijo un conocido sastre y que la ha animado a nunca rendirse. “Tú chica mejor vete al Corte Inglés a vender perfumes”. Lucia empieza a ir a la sastrería sábados y domingos y empieza a pasar hilos. Ya en 2014, empieza a trabajar a tiempo completo ayudando a Agustín también con las redes sociales y Cecilio empieza a enseñarla a cortar, aunque no siempre el tiempo necesario.
En sus primeros meses ya totalmente independizado, Agustín empieza a cambiar la manera de trabajar de la sastrería, concretamente se empieza a prestar una gran atención a los acabados por dentro y a los materiales utilizados. Se usan, por ejemplo, seda en los ojales, algo antes impensable. Ahora ya es solo él quien toma medidas y el nuevo equipo en el taller trabaja ilusionado por un futuro que empieza a resultar esperanzador. Las apariciones en la red se multiplican y las citas empiezan a solaparse. Viajes al Pitti, relaciones con sastres y multiplicadores de mensajes internacionales, visitas a su taller de blogueros internacionales, incremento de seguidores en Instagram, Twiter y Facebook. Una auténtica campaña de marketing liderada por Lucia que convierten a la nueva sastrería Serna en ya un gran conocido para todos.
Hoy el taller lo forman además de una chica en prácticas, Lucia, aprendiz y diseñadora, Charo, antigua oficiala de Olmedo y Daniela, oficiala de Jesús López quien a su vez estuvo con Cecilio compartiendo sastrería durante unos años. Para dar a basto deciden externalizar pantalones y chalecos. Nos comenta Agustín que a pesar de conservar un tipo de corte más clásico para los clientes de la época de Cecilio este no ha parado de evolucionar hacia algo mucho más actual. “Los clientes jóvenes están muy influenciados por los blogs y te piden cosas que ven en ellos. Dicho esto, la mayoría sigue pidiendo tejidos y colores muy similares”.
Agustín apunta que Serna hoy por hoy es la única sastrería que hace las tebas 100% a mano. “Sin pinza de pecho ni pespunte a máquina y con el forrado a mano”. “En las conocidas tebas de una camisería de Barcelona pone en la etiqueta que están hechas a mano y te aseguro que están hechas a máquina”.
Como siempre hacemos en este tipo de artículos le preguntamos por su estilo. “El estilo de nuestra chaqueta podría ser, si hablamos de la estructura, un intermedio entre el británico y el italiano. Me gusta sentir las entretelas en el pecho, pero que no sean unas armaduras, mas bien blandas. Como es el pecho de la chaqueta que te estamos haciendo. Que lleva la entretela, una placa de plastrón, relativamente ligero (hay distintas durezas de plastrones), y una pequeña capa de boatina, para que acolche un poco la zona. Esto es lo que me gusta a mi, pero si el cliente lo quiere de otra manera nos adaptamos a él que es el que manda. Con respecto a la forma de la chaqueta, me gusta mas bien entallada, pero no en exceso, digamos que no me gusta un entalle tipo Hackett. Y preferiblemente con base”.
“Que el pecho de la chaqueta esté pegado al pecho del cliente. Ya sabes que aquí en España hay dos clases, la de la chaqueta pegada al cuerpo, y la del pecho saliente. Yo apuesto por la primera. Esta forma da menos juego a la hora de entallar la chaqueta por efecto óptico, pero es con lo que hay que jugar. Las mangas me gustan llenas, con volumen, que en la parte delantera de la sisa, se vea un giro natural de la manga. Antes hacíamos las mangas mas bien anchas, pero poco a poco, y de forma ligera las he ido estrechando. Digamos que dependiendo del tejido, para conseguir el volumen dejo entre 9 y 10 cm de flojo”.
“La corona de la manga me gusta con un chorizo redondeado. Se que esto es una cosa antigua, pero me gusta ese toque clásico que le da a la chaqueta. De hombrera, no uso hombreras gruesas, considero que es una cosa que se suele utilizar para solventar un problema de descargue de hombro. Prefiero ajustar bien el hombro y utilizar una hombrera que de las seis o siete capas que lleva, quito 4 o 5, para dejarla muy fina y de la anchura que tienen de fábrica, que serán 14 cm, yo las recorto a unos 7cm, para que solo sea una pequeña película”.
“Las caídas, me gustan abiertas, y que la curva de la solapa sea una continuación de la caída. De tal forma que si abres la solapa, y la pones en la mesa, se vea como si fuera parte de un círculo o algo así. El cran que hacemos es el clásico cran español, con un ángulo de unos 100º mas o menos, pero me gusta que la parte del cuello sea ligeramente mas pequeña que la parte de la solapa, esto hace un efecto de alargar la figura, al igual que hacer un cran mas bien alto”.
“El otro día me preguntaste, que cual es el mejor sastre español para mi, y creo que te di nombre y no concreté. Te hablé de Reillo, Calvo,…, Hace unos días estuvimos en Santa Eulalia, y he de decir que no había visto nunca su trabajo en mis manos. Pues bien si tengo que decir tres, sería Pepe Alonso, no hay nada que decir, su nombre basta. Marc Munill (Santa Eulalia), quizás la mejor sastrería casi sin ninguna duda de todo el país. Pero si me tuviera que poner en manos de algún sastre, sería Joaquín. Yo soy de los que piensa que la afinidad y complicidad con un sastre es fundamental y aunque puede que ni el ni yo seamos los mejores, la experiencia sería la mejor sin duda”.
Nos sigue comentando que su gran decepción ha sido la sastrería inglesa. “Sin embargo me encanta Edward Sexton, sus chaquetas son alucinantes pero tan armadas que no traspasarías un cuchillo. La italiana es mucho diseño y estética y un increíble marketing. Pero de calidad nada que envidiarles”. “Eduardo De Simone consigue una espalda muy profunda. En Nápoles meten un corte en la pinza de pecho, y lo va vaciando. Aquí solo se hace en las personas gordas para recoger un poco y que no se dispare el delantero. En Milán, sin embargo, no lo hacen. Al final es difícil hablar de una sastrería italiana”.
Respecto a la sastrería española piensa que si bien claramente no es la mejor por el corte, sí es la mejor en acabados. “En España me gusta: Calvo, en ocasiones, Jaime Gallo el de hace 15 años (era una autentica pasada. Sus chaqués eran impresionaste, Cortaba igual el forro que el tejido, luego lo cortaba a la altura del talle, hacía el vaciado de la espalda y dejaba una parte del centro de la espalda como volando y estéticamente era increíble. Sus mangas eran también muy chulas. Reillo también me gusta mucho”. “Aunque mi trio de ases es Alonso, Munill y Joaquín”. Vuelve sobre su concepto de sastrería a apuntar nuevamente que este “está un punto intermedio entre la italiana y la inglesa. La línea del cran de Cecilio me encantaba. No tan pronunciada como los sastres mayores. A mí me gustan los hombros con hombrera aunque la desarmo y las acorto”.
Y para terminar el artículo y la entrevista le preguntamos por sus sastres extranjeros no dudando en concluir con un “yo quiero ser Cifonelli”. “Sinceramente no sé lo que me gusta de él, pero ves sus chaquetas y son únicas. Tienen ese algo imposible de describir. Para mi es el número uno indiscutible. Sus acabados son los mejores que he visto en mi vida. Lo único que no me gusta de él es la caída recta y la mínima abertura al final de la chaqueta”.
El Aristócrata
46 comentarios
Magnífica historia de un magnífico sastre y magistralmente contada. He leído el "post" como si fuese una novela. Esta vez se ha superado usted ampliamente. Mi enhorabuena.
Gran entrevista!!. Mi padre y yo conocimos a Agustin, su humildad y buen hacer es de libro. Felicitaciones!!
Impresionante artículo. De los que hacen afición.
Enhorabuena por tan magnifico trabajo.
Tiene usted el mejor blog del mundo. Ningún otro pone tanto esfuerzo y detalle en contar sus historias. Se nota la pasión q pone en todos sus escritos. Y se aprecia sobre todo q lo hace desde el corazón y no como forma de ganarse la vida. Créame que se nota y mucho.
Deseando ver ese traje terminado.
Albert
Si todo lo q aquí sale es cierto ya sabemos que hay dos sastres, Agustin y Joaquín, a los q podremos seguir acudiendo a vestir a medida los más jóvenes. Sé q dos no son muchos pero al menos ya tenemos donde elegir.
Y a mi sastre Luis Herrera de la sastreria Lhbespoke en Sevilla, un autentico crack y artesano. Yo antes iba a Milan, algo entiendo,miren su nivel de artesania y sus prendas.Un fiel seguidor de la pagina.
Para los q discutían en el artículo de qué era un sastre aquí tienen la respuesta.
Esto es un sastre!.
Gracias por tan increíble artículo.
Por cierto, preciosas fotos. De las mejores.
Andrés
Además son ellos y no los profesionales más consolidados, casi siempre, los que luchan y empujan para dar a conocer sus respectivos oficios.
Grandes palabras E.A, los demás siguen anclados en los años 70.
Joan.
sastrerías donde la cabeza principal no sabe coser. Sin ir más lejos, Jaime Gallo no sabía coser y, sin embargo, su sastrería ha sido hasta el día de su desaparición la sastrería de referencia de España. Por sus filas han pasado muchos de los mejores sastres de los que hoy España puede presumir. Entonces, ¿cómo no llamar sastre a Jaime Gallo?. Pues de atenernos al sentido más purista del término sastre no podríamos.
Efectivamente E.A.
Joan
Bueno decir que soy cliente de uno de los grandes sastres de España, de Sevilla, y la casualidad que suele escribir aqui y no se le nombra.
Respecto a los comentarios del articulo anterior:
No me parece oportuno que se vitupere a Emilio Aragón. Puede ser el nuevo Ferrán Adría del vestir? el tiempo lo dirá y aunque yo creo que no, le respeto. Pero de lo que estoy seguro es ke los jóvenes tienen claro lo que significa atentar contra la real academia, en tiempos de posguerra lo tenían claro…
Al que pedía un poco de cordura, le digo que se ponga la cuerda al cuello!!!
Me gustaria aclarar esto por el EA no lo sabe:
(Lectores, no se engañen: si les venden un traje a medida por 1.200€ ese traje no es, de ninguna manera, bespoke. Hoy esto es, sencillamente, de todo punto imposible. No tiene porqué ser peor pero no es bespoke.)
La verdad es que no puedo estar mas de acuerdo, pero la etiqueta bespoke se puede utilizar tambien para medida industrial, asi pues solo nos queda llamarlo aqui en España medida artesana y medida industrial. Adjunto pagina donde se explica.
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-06-09-2008/abc/TvyRadio/londres-los-sastres-de-savile-row-pierden-la-etiqueta_804149292950.html. Un saludo.
Luis Herrera
Los zapatos de la foto del día, son de la firma Bally?
Creo que no he escrito nunca aquí pero se están tocando temas delicados para los sastres y creo que se deben aclarar algunas cosas.
Estoy de acuerdo en que la industria ha mejorado tanto que podría llegar a llamarse medida industrial, pero últimamente escucho el término sastrería industrial cosa que desde mi punto de vista es una incongruencia, llamemos a las cosas por su nombre, se debería llamar confección industrial o medida industrial pero NUNCA sastrería industrial ya que sastrería es sinónimo de artesano. Sastrería es un taller donde se cortan y se cosen a mano todo tipo de prendas y en las que hay sastres y oficiales.
Al igual que en una peluquería hay peluqueros y el pelo se corta allí mismo.
Madrid está lleno de tiendas que pone sastrería en su escaparate y ni hay sastres ni nada por el estilo.
Los sastres queremos reivindicar nuestro oficio contra el intrusismo laboral y gracias a este blog podemos llegar a más gente.
El oficio de sastre cuesta muchos muchos años de aprendizaje como para que cualquiera que se haya hecho un curso de ayudante de cortador o menos aún que le hayan dado un cursillo de toma de medidas se autodenominen sastres.
Llamemos a las cosas por su nombre, el castellano tiene un vocabulario muy amplio como para utilizar las mismas palabras para todo.
Muchas gracias.
Y hay muchos que se denominan sastres se llenan la boca y sin cortadores,dígame?
Joan.
La persona que no sabe cortar y coser, no es sastre. Creo que está suficientemente claro, no lie.
Bueno no puedo estar mas de acuerdo con Cesar familia de sastres de gran prestigio.Hay que cuidar el oficio, no tengo nada en contra de la confeccion industrial, es mas hay algunas que hacen un buen trabajo. Pero decirle sastre a cualquiera, por ahi no paso, esto es un oficio señor, muy dificil y para aprenderlo hacen falta muchisimos años, pasion, ganas, sacrificio y destreza. Me parece una falta de respeto total hacia los sastres y el oficio. Bueno por falta de mano de obra el sastre de hoy en dia tiene que ser completo.
En Alemania no dejan poner en la puerta Maestro Sastre sino se demuestra que es sastre y lleva 15 años minimo y no por ello se tiene que sentir ofendido un vendedor que haga confeccion industrial. EA defiende la medida artesanal y a los sastres, por eso escribo aqui. Un saludo y gran reportaje.
Magnífico artículo, aunque hay algo en lo que no estoy de acuerdo:
"A Agustín muchos le conoceréis por ser clientes suyos o por los múltiples artículos que sobre él y su trabajo ha escrito Salvador Godoy de http://www.sinabrochar.com, blog de todo punto obligatorio para los amantes del estilo y buen gusto".
No creo que esa página precisamente sea un paradigma de estilo y buen gusto, aunque se intitule "Comunidad de moda clásica masculina, sastrería y artesanía", cuando su autor por ejemplo nos presenta un chaqué azul de cuadros grandes. En mi opinión, eso ni es estilo, ni buen gusto, ni moda clásica masculina.
http://www.sinabrochar.com/guia-de-estilo-con-tomblack-el-chaque-cap-4/
Estimado JDA,
Yo sí pienso q ese blog es de lo mejorcito q hay. Creo q es importante enjuiciar por una trayectoria y no sólo por un artículo puntual. Y Salvador ha tenido una trayectoria muy consecuente. O al menos esa es mi opinión.
Mil gracias a todos por opinar.
EA
Buenos días,
Excelente artículo como de costumbre. Muy completo y detallado, un documento que refleja bien la complejidad y el tiempo necesario para aprender este oficio.
Es esperanzador ver como sigue habiendo maestros sastres jóvenes de primera línea como decía otro usuario más arriba. Sin duda un oficio que no debe perderse y debe defenderse y divulgarse de forma inteligente.
Respecto al último comentario acerca de la terminología y la Sastrería Industrial, no entiendo muy bien la relación de esta problemática con el artículo que nos ocupa, pero ya que se ha planteado creo que merece la pena opinar acerca de él.
Si bien la problemática planteada por el Sr. Calvo de Mora tendría su lógica si ponemos el foco en el intrusismo que hay en este oficio, ésta carece de todo sentido en cuanto a la semántica y terminología usada. En mi opinión es algo naïf el planteamiento expuesto.
Una cosa es defender un oficio artesanal, darle visibilidad y asegurar su existencia para las futuras generaciones. Ahí estaremos todos de acuerdo. Otra cosa bien distinta es darle la espalda a la realidad, al mercado, a la industria, al mundo en general, y querer abanderar una lucha sin sentido y contra de la realidad del sector.
No nos engañemos, en el siglo 20 no existía una industria del Bespoke, o Sastrería Industrial que representase el 98% de los trajes a medida que se venden por ejemplo en nuestro País y que le hiciesen la competencia directa a la sastrería artesanal o Handmade Bespoke. 98% por desgracia y mal hacer del propio gremio! Responsables en gran parte sin duda de esta desproporción!
Dicho esto, es tan absurdo como decirle a IKEA que su trabajo no es un trabajo de Carpintería Industrial, que se busquen otro nombre, que lo que hacen ellos no es Carpintería, que la Carpintería solo pertenece a aquellos que cortan la madera a mano con sierra y barnizan a mano.
Ojo , la figura del sastre artesanal siempre hay que defenderla, y diferenciarla, porque se trata como hablamos de un oficio que requiere años de duro aprendizaje.
Pero pretender un sector , el del vestir masculino, que ha evolucionado como es lógico, se invente un término para llamar a los comercios donde un vendedor realiza toma de medidas, venta de tejido, patronaje, y gestiona la confección de un traje a medida…Veamos, como planteamiento es muy romántico e idealista, me encantaría incluso compartirlo, pero está totalmente desubicado y es muy endeble.
Además es incluso hipócrita, porque el propio termino SASTRE como decía otro usuario en su comentario, ha evolucionado hasta dar Uds. mismos los Sastres de hoy en día como válido el término de Sastre para definir a cortadores que no tienen ninguna noción de costura. A mediados del siglo pasado eso hubiese sido impensable.
En este caso sí aceptan ustedes el uso anómalo del termino sastre debido a la evolución del sector? Porque les beneficia en este caso amoldarse a la situación actual de la sastrería porque les afecta directamente? Don Jaime Gallo si aceptábamos que llamase a su negocio Sastrería y a él mismo Sastre? Curioso si más no!
Hay que proteger el oficio y a la persona que lo ejerce, el sastre, al igual que al ebanista. Ojalá hubiese un ebanista en cada IKEA! El oficio no estaría agonizando…
Pero si no se entiende esta defensa de forma inteligente, es una batalla perdida de antemano contra el progreso y la evolución natural del mercado. En este caso poco tiene que hacer David contra Goliat. Al contrario, el enroque y cierre de filas sin tener apertura de mentes para jugar con las herramientas que te da el mercado a cada momento, es sinónimo de extinción en cualquier oficio. Quien no se adapta desaparece.
Dicho esto, hay que seguir apostando por páginas como esta donde se realza, se da visibilidad y proyección a las figuras de sastre como la de Agustín García Montero. Pero sin confundir el tocino con la velocidad.
Saludos
Agradecer a Jose María la mención y todo el apoyo y confianza que siempre me ha brindado. Y darle la enhorabuena tanto a él como a Agustín por este estupendo artículo. Conozco a Agustin, su trabajo y la evolución de su sastrería, y puedo garantizar que es todo un ejemplo en cuanto a capacidad de superación, y representante de la nueva sastrería española.
Decirle al usuario JDA que el estilo y buen gusto va mucho más allá de la forma de confección de las prendas que uno porta. Yo trato de mostrar a través de mi Blog y Comunidad las diferentes opciones que existen dentro de esta industria, tanto artesanales como industriales porque considero interesante a ambas, dirigidas a públicos distintos y totalmente diferenciadas. Y creo que siempre que se haga desde la transparencia se puede hablar de todas las vertientes de este sector. Sólo así aprenderemos a valorar los beneficios y desventajas de cada una de ellas.
No obstante, mi trabajo no lo realizo con el ánimo de gustar a todo el mundo, es, como toda bitácora online una visión personal y propia de nuestro entorno y temática. Por lo tanto entiendo que haya quien no la comparta conmigo.
Saludos
Salvador Godoy.
Entonces a una fábrica que hace trajes de manera industrial la llamaremos sastrería? A las fábricas de Zara las llamaremos sastrerías? A los que trabajan en las fábricas les llamaremos sastres? Y todo esto porque los tiempos cambian. Yo respeto totalmente la medida industrial y a quien lo vende pero lógicamente no estoy de acuerdo en que se llame sastrería a una tienda que vende trajes ni sastre al que los vende con lo cual mi opinión es que si no es una sastrería no puede vender sastrería.
Es sólo mi opinión otros tendrán otras pero vamos no voy a entrar en más debates por aquí y menos con anónimos. Un saludo.
Estoy esperando su respuesta, sastres que denominan ustedes y son cortadores?
Joan.
Pues si Salvador Godoy Ladrero no tiene buen gusto, apaga y vámonos.
Y su blog sobre moda clásica masculina es magnífico.
Muchas gracias tanto a José María como a Salvador por sus respuestas. Aunque sigo diciendo que no me gusta nada el chaqué azul de cuadros, prometo consultar con asiduidad la página "Sin abrochar", aunque después de ocho años como lector siga prefiriendo la de El Aristócrata.
Saludos cordiales.
Lo cierto es que, afortunadamente, la sastrería en España está empezando a cambiar. Y ello gracias a sastres jóvenes que están actualizando todo el negocio y a blogs como éste, Sin Abrochar, el reciente Classic Details…que no sólo se ocupan de dar a conocer a los artesanos del sector, sino de enseñarnos cómo ésto está cambiando y que si uno quiere ir bien vestido no debe acercarse a establecimientos donde a un esmoquin le bordan un tigre en la espalda.
Un poco de cultura sartorial, que falta hace en este bendito país.
Saludos.
Héctor Javier.
Entonces todas las boutique de señoras son modisterias, todas las zapaterias son zapateros artesanos, todas las camiserias son camiseros artesanos, un poco de cultura por favor señores. En este pais hace falta ir mas al sastre.
Sr. Calvo de Mora, se trata de un debate sano y donde el objetivo es que todos podamos aprender algo de los demás interlocutores. Ese es el secreto para crecer y aprender! Intentar entender la otra parte.
Ud. me responde y me habla de Zara? De operarios y técnicos de fabrica?
Acaso teme hablar de Brioni? De Kiton? De Lanvin? De Zegna? De Corneliani o Canali?
Puede. O quizás no quiere hablar de estas firmas de Sastrería Industrial, porque en el fondo son Verdulerias camufladas y Sastrería es solo una táctica de despiste.
Si a mi comentario usa como respuesta Zara… queda clara su postura o voluntad de "comprender".
De todas formas un gusto compartir opiniones con Ud.
Saludos,
P.D. No me considero nadie cuya identidad sea tan relevante como para que aporte algo a alguién el conocerla.
Solo como un simple comentario:
Las primeras boutiques las abrieron en la década de 1920 las casas de alta costura, y las zapaterías son zapaterías como el comentario anterior bien ha dicho.
Un saludo cordial
Las zapaterias vende zapatos, pero un zapatero los hace, es muy diferente y como bien dices las boutiques aparecieron en 1920 pero el servicio principal que daban era de modisteria a medida, y eran modistas de lujo, nada que ver con lo que se denomina boutique hoy en dia, que hay gente hasta que esta llamando a tiendas de chinos que estan abriendo mejor puestas, "boutique de chinos".
Interesante artículo e interesante debate al que ha dado lugar.
Según la RAE, la tercera acepción de cortador es la siguiente:
3. m. y f. En las sastrerías, zapaterías, talleres de costura y otros semejantes, encargado de cortar los trajes o las piezas de cada objeto que en ellos se fabrican.
Y la primera acepción de sastre, esta otra:
1. m. y f. Persona que tiene por oficio cortar y coser vestidos, principalmente de hombre.
Así que en puridad, Jaime Gallo no era sastre.
Podríamos incluso añadir un término a la discusión, cuya palabra en castellano desconozco pero que en inglés llaman "fitter", es decir, la persona que una sastrería prueba las prendas y asesora en las sucesivas pruebas.
Creo que incluso en este blog hay cierta confusión de términos. Parece inferirse que si una prenda no está cosida a mano en su mayor parte ésta no es una pieza de sastrería. Y esto no es cierto, pues si se ha realizado un patrón personalizado al cliente, aunque los ojales estén cosidos a máquina, sigue siendo un traje a medida, aunque menos artesanal.
Y de la misma forma, un traje de Kiton o de Brioni, por muy a mano que esté hecho, si no obedece a un patrón personalizado, aunque ellos se autoproclamen los mayores exponentes de la "Alta Sartoria", a mí me cuesta considerar sus piezas como piezas de sastrería. Aunque una cosa no implique la otra, me cuesta mucho deslindar el concepto de sastrería del concepto de "a medida".
Un saludo,
Parece que este tema podría tratarlo EA en otro atículo.
Buenas tardes,
Coincido con lo aportado por Nestor Valiño.
Cuando me refería a Kiton, Brioni etc… no precise que me refería a sus prendas a Medida, no RTW. Ahí es donde yo las asociaba a firmas de sastrería industrial, con posibles acabados artesanos a mano.
Sobre el tema de la confusión en los terminos que usamos a diario, si creo que de una vez por toda sería necesario acuñar o empezar a usar de forma general algun termino para definir a los vendedores de sastrería industrial, ya que no existe en España y en este caso si es intrusismo y error llamarles Sastres, ya que no lo son.
El termino "fitter" sería una opción buscando un termino en nuestra lengua. A mi me gusta la expresión "tecnico en medida o medida industrial".
Saludos
Este tema que se esta hablando es muy complicado de explicar. Antiguamente habia sastres que no sabian coser,pero sabian aconsejar al cliente sobre tejidos, hechuras,sabian cortar y otros incluso no sabian cortar, pero tenian buenos oficiales que les cosian las chaquetas,buenas pantaloneras de sastreria artesana que no es igual que industrial,buenos planchistas de sastreria, que no son planchistas como los de una tintorerias, buenas chalequeras de sastreria,hasta algunos tenian señoras normalmente solo para hacer los ojales,en fin que el trabajo que salia por la puerta era del primer nivel. Hoy el sastre tiene que saber hacerlo todo.
Bueno lo que los sastres nos queremos referir es que ahora cualquiera es sastre, aunque no sepas cortar, ni coser hay muchos que todo lo hacen industrial, practicamente viene de un patron de un tallaje industrial con las modificaciones pertinentes, y todo, todo se hace en fabrica.
Pero señores esto no tiene que ver nada de nada con sastreria artesana. Tan solo hay que probar y ver por uno mismo las diferencias. A todo esto decir que este debate no viene a cuento en este reportaje, ya que trata de este joven sastre, que esta luchando por dar a conocer la sastreria española dentro y fuera de España, deseando ver la prenda que le esta haciendo Agustin. Un saludo
Enhorabuena a Satreria 91 por su vídeo hoy en el ABC, por haber sido elegidos por Vodafone y, sobre todo, por dar a conocer nuestra sastreria fuera de nuestras fronteras.
Está claro q hoy el uso de las redes para dar a conocer hasta un oficio tan tradicional como este es fundamental.
Salir en el New York Times y q Paul Smith venga a Madrid a conocerte está en manos de muy pocos.
Lo dicho, enhorabuena!!
http://www.observatorio-empresas.vodafone.es/articulos/como-la-capa-espanola-vuela-por-instagram-para-conquistar-el-mundo/
Albert
Sastrería91 es un buen ejemplo de buen marketing y nada mas. Paul García no es sastre, lo era su suegro. Y entre el y su pareja (hija del sastre), han realizado este producto.
Por otra parte, los puristas que se mofan de un posible Ferran Adriá en sastrería o de un smoking con deportivas decirles que según quien lo vista. Ahora en Madrid gusta el traje con pantalón pitillo, corto y sin calcetines……… yo personalmente encuentro muy ridículo este tipo de estilo y un ejemplo excelente el smoking con deportivas.
Cada uno opina lo que piensa, pero por favor EA, corta los insultos y menosprecios personales.
Saludos.
C.c.
Mira q eres pesao con lo del esmoquin y las zapatillas.
No te das cuenta q este articulo no va de eso? Recomiendo q nadie entre en discusión con este señor. Solo busca crear polémica.
JG
Sastreria 91 , Paul no es ni sastre,ni cortador, ni oficial de costura. A ver si nos enteramos ya, y deja de atribuirse la palabra sastre.
Pues sin ser sastre ha hecho más por la profesión q todos ellos juntos.
Yo me preguntaría cómo de mal lo han podido hacer los sastres para q él, sin serlo, sea el más conocido fuera de España.
Albert
No es eso, el problema es que los clientes no entienden de sastreria, hay muchos que sin ser sastres saben vender como nadie, a mi como español me alegra que toda empresa triunfe.
Creo que aquí no se trata de quien es más conocido fuera de España. Fuera de España lo más conocido es Zara. Éste señor (Oteiza) está creando una marca, su marca, y hace todo para que a él le vaya bien. El no lo hace para ayudar al sector, sino para su propio beneficio, lógicamente. Un poco de sensatez. En el famoso Pitti, el vende su producto , que para eso es el Pitti, una feria de expositores donde la gente va a comprar para la temporada siguiente. No nos confundamos con el postureo
No es que los sastres lo hayan hecho mal, es que Sastrería91 tiene una fuerte campaña de marketing y hoy día el mundo funciona así.
Paul lo hace muy bien, sabe venderse muy muy bien. Pero no es sastre.
Aparentemente sastrería Serna hace una chaqueta más estructurada, con más aplomo y con chorizos en las coronas, lo que le da un aspecto bastante más clásico que las que hace Langa, que a primera vista parecen más desestructuradas. ¿Es cierta mi apreciación o estoy equivocado?
Pablo
Me parece interesante esta discusión, y efectivamente merecería un post especial de reflexiones sobre el futuro de la sastrería.
Me gustaría empezar mi reflexión especificando que he acudido a varias de las sastrerías mencionadas en esta discusión, industrial y artesanal en particular al 91 y en sastrería Serna.
Creo que hay que desenfadar un poco el tema porque nadie se está haciendo pasar por lo que no es, sobre todo Paul y Cat del 91, que nunca he oído decir que se pretendían sastres, todo lo contrario. Si hacen trabajo de diseño de nuevas prendas, si Paul traza y corta chaquetas a veces (ha hecho la mía) pero nunca me ha dicho que iba a realizar la prenda el y su taller. Siempre me ha indicado que su oferta de prendas a medida artesanal la encargaba a un oficial. Su oferta de sastrería industrial siempre me ha indicado que trabajaba con un taller de Portugal. Todo perfectamente claro, sin engaño y con mucho respeto hacia la profesión y la posición de los sastres artesanales. Nunca se ha visto como uno de ellos ni lo ha pretendido ser.
Con respecto a la prensa, si hay personas que no son sastres artesanales que la prensa llama sastres de forma errónea porque trabajan en sastrerías industriales, pues no pueden ser responsables de que hayan periodistas supuestamente de moda que no hacen correctamente su trabajo o prefieren usar la palabra más sencilla para que el público no educado entienda de que se trata.
Por esas razones creo que la idea de AES es excelente, así permite regular un poco el mercado de la sastrería en general, protegiendo a la sastrería artesanal por un lado, dándole el protagonismo que tiene que tener, y al cliente si, gracias a las iniciativas de esta asociación, puede ver lo que exactamente le ofrece una sastrería industrial a nivel de patrón (personalizado o preexistente) y de fabricación (el grado de intervenciones manuales en el proceso, la entretela y otros detalles, el número de pruebas…). Así se daría cuenta de lo que compra.
Creo que todos, sastres, sastrerías industriales etc. deberían poder apreciar la iniciativa que concierne la "sastrería" y no los sastres como personas. Esto permitirá también promover las capacidades de la sastrería hacia fuera. No creo que se haya faltado el respeto a nadie y sobre todo no a los sastres artesanales dado el número de ellos que cuenta ya la asociación.
Con respecto a las prendas de Sastrería Serna, a mi Agustin me ha realizado un traje veraniego con muy poca estructura ni hombrera, eso si con chorizos pero no me da ninguna sensación de ir demasiado armado. Un acierto total.
Mistral
Buenas tardes,
Encuentro el comentario de Mistral muy acertado y lo comparto en su totalidad.
Al usuario que ha comentado posteriormente le diría que si centrase todas las preocupaciones que tiene hacia el buen hacer y trabajo de los demás lo invirtiese en sus proyectos y trabajo propio, no sufriría estas crisis existenciales que refleja con demasiada claridad.
Y de paso le haría un favor al sector en general.
Donde no hay…
Saludos
Buenos días,
Creo que aquí quien tiene crisis de identidad son los "tenderos". Y precisamente no le está haciendo ningún favor al sector de la artesanía, que es de lo que se habla en este blog. No embarulle.
Saludos
Entre medida industrial y medida artesana hay un mundo.Todos los que defienden la industrial no saben lo que es un traje a medida de verdad y el unico alivio que les queda para no sentirse mal o engañado consigo mismo es decir que es igual e incluso mejor. La vulgaridad y la mediocridad corren a dia de hoy a pasos agigantados.