5 CHAQUETAS IMPRESCINDIBLES

Con el traje inmerso en una lucha de supervivencia, de querer prescindir de la corbata toca dejarlo de lado y apostar por combinaciones de chaqueta y pantalón. Hay muchas chaquetas entre las que escoger, sobre todo si se va a vestir de sport, pero no tantas para los conjuntos más serios. Por ello, si solo pudiéramos tener cinco chaquetas para vestir en el trabajo estas deberían ser las siguientes:

A pesar de que las marcas de low-cost nos intenten convencer de su apuesta por la sostenibilidad, no hay nada más sostenible que la ropa duradera o, dicho de otra manera, la ropa de calidad y de diseños atemporales; algo imposible de encontrar en la ropa low-cost. Por ello, antes que tener infinitos tipos de chaqueta mejor escoger cinco para siempre y de calidad.

1. Chaqueta azul marino de cachemira. Como no podía ser de otra manera, la primera chaqueta a incorporar al armario es una chaqueta de solo una fila en tono azul marino y de corte más o menos clásico. Bastará saber que hemos acertado si pudiéramos vestirla tanto con un pantalón gris de franela como con un pantalón informal.

Una buena tela cachemira 100% es una opción imbatible por su tacto y abrigo. Sin embargo, si la cachemira se nos escapa de precio o, sencillamente, no nos gusta, la lana merina es una alternativa perfecta y más polivalente. Quedan elegantes acompañadas por botones alejados de los de corozo. Esto, además de darle un toque especial, diferencia esta chaqueta de su homóloga de traje.

2. Chaqueta desestructurada de viaje. Seguramente hace unos años esta chaqueta no estaría en esta escueta lista. Pero hoy, formando los viajes parte de nuestro día a día se antoja muy necesaria. Viajar con nosotros sin ser incordio alguno pudiendo vestirnos rápidamente sin necesidad de tener que pasar por el hotel antes de una reunión es la mayor ventaja de este modelo.

Antes de fijarnos en esas chaquetas con elastina o con poliéster que prometen no arrugarse, mejor probar con una 100% de lana merino, sin entretelas, apenas hombreras y solo con la construcción interna necesaria. Se trata de dar con una chaqueta parecida a nuestra Teba, pero de diseño de chaqueta. Estas se pueden arrugar, meter en los compartimentos superiores de trenes y aviones que con una pequeña sacudida estarán listas para ponérnoslas.  

3. Chaqueta de Tweed con algún tono en marrón. El invierno y la vestimenta casual agradecen chaquetas de tejidos más gruesos. A pesar de que al escuchar el término Tweed la mayoría evoquemos un tejido áspero y algo tosco, también hay Tweeds, como el popular herringbone, que tienen su sitio en un ambiente más serio. De hecho, un herringbone en tono gris medio permite infinidad de combinaciones.

Dicho esto, si se busca una chaqueta de Tweed que tenga por delante unos buenos años asegurados los tonos marrones son apuesta segura. No se trata, de que la chaqueta sea marrón, sino que dicho color esté presente combinando acertadamente con otros. Al contrario que la chaqueta de viaje, este tejido, precisamente por su aspereza, mejor con forro entero.

4. Chaqueta verde oscura. Si el verde oliva es una acertada posibilidad para el verano, la verde oscura es perfecta para cualquier día de oficina de invierno. Pruébese con un pantalón gris marengo y unos buenos derbys marrón y el resultado quedará muy por encima de el de los traje sin corbata.

Aunque el uso de esta chaqueta pueda ser formal, siempre que nuestro físico lo permita pruébese a abrir los cantos delanteros, óptese por tres bolsillos y remátense en forma de medialuna. Y de encontrar el pantalón acertado la chaqueta que a la mañana acompañaba a un pantalón de vestir a la noche puede hacerlo a uno informal. Aunque no sea el artículo más adecuado para ello, evitemos aquellas chaquetas donde un ojal aparece cosido en otro color. Igualmente, si acudimos al sastre no le pidamos este detalle; diría muy poco de su pericia pues ningún buen sastre querría tener que coser ese ojal en otro color para llamar la atención sobre su trabajo.

5. Chaqueta de lino. Sí, aunque solo pudiéramos escoger cinco chaquetas, una debería ser de lino. Claramente no en el Reino Unido, pero sí en España, país donde durante al menos cinco meses esta chaqueta tiene toda su justificación. Mejor en tono tabaco que azul marino, pero sería entendible que de solo poder tener una esta fuera azul marino.

Aunque esta chaqueta, también las otras, la hayamos podido ver en fotos en su versión cruzada de tener solo una de cada mejor que sean de hilera sencilla. La versatilidad formal-informal será mayor pudiéndose vestir en un número mayor de ocasiones. Como es de imaginar, las chaquetas de lino mejor sin forro. Se trata de que nos vistan, no de que nos abriguen.

El Aristócrata