Estimados Aristócratas,
Un paréntesis en nuestra serie de artículos sobre la sastrería napolitana para hacernos eco de la triste noticia del cierre definitivo de la centenaria sastrería gallega Iglesias.
Aunque ya lo adelantó el sastre D. José Luis Iglesias al diario regional “La Voz de Galicia” hoy su homólogo nacional “El Mundo” lo ha confirmado definitivamente.
Por ello hemos querido en modo de tributo hacernos eco de ambos artículos y mandar desde estas páginas un gran abrazo en forma de agradecimiento y respecto a quien con su gran amor a esta profesión ha ayudado a situar a la sastrería española en un altísimo nivel.
D. José Luis Iglesias Rodríguez heredó el negocio que su bisabuelo, también sastre, inauguró en 1864 y desgraciadamente ha llegado el día en que su jubilación anuncia que después de cuarenta y cinco años dedicados a esta apasionante profesión se retira a descansar.
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“La Voz de Galicia”:La tienda más antigua de A Coruña, con permiso de la farmacia Villar, cerrará sus puertas definitivamente a finales de febrero.
José Luis Iglesias Rodríguez, bisnieto del fundador de la Sastrería Iglesias, considera que llegó el momento de la jubilación y, además, decidió donar los tesoros que conserva este singular establecimiento fundado en 1864, ¡hace 147 años! Es la más antigua de España.
«Hace nueve años que mi mujer me pregunta ??¿cuándo piensas jubilarte???. Le fui contestando ??el año que viene??, pero ahora resulta que mi esposa hace cuatro días que se jubiló. Esto cambia las cosas, y además paso de los 65 años, llevo 45 trabajando, y 41 cotizados», argumenta José Luis desde la centenaria sastrería-museo de Riego de Agua que hace tres años fue distinguida por la Real Academia de Bellas Artes.
«Quiero ser un jubilado feliz porque durante toda mi vida he sido consecuente conmigo mismo, como me enseñó mi padre». Pondrá así fin a más de siglo y medio de una historia que comenzó su bisabuelo cuando se vino a hacer la mili a A Coruña y lo convencieron para que montase una sastrería tras demostrar en el ejército su habilidad con las tijeras.
No regresó a su Lalín natal y empezó la leyenda. El local quedará vacío en semanas, pero ¿qué hacer con las maquinas históricas con las que se elaboraron guerreras, levitas o chaquetas? ¿Dónde guardar el libro de contabilidad de 1901? ¿En qué lugar conservar los patrones? José Luis lo tiene claro. «Los voy a donar».
«El día que me muera es posible que tiren con todo. Para mí este trabajo fue una pasión y no quiero arriesgar», apunta. Recibió la visita de Moncho Núñez, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, en el que pronto se mostrarán dos máquinas de comienzos de los años veinte, «una Gutmann para hacer ojales que está perfecta, hasta con la documentación y los planos, y otra Maimin de corte vertical, para cortar bloques de muchas telas», destaca Núñez.
José Luis está en contacto con la Concejalía de Cultura y el Museo Militar para ubicar los otros fondos. «La gente me aconsejó que subastase por Internet, pero yo he vivido de vender trabajos, no de vender una plancha auténtica», sentencia.
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“El Mundo”:Con casi 150 años de historia a sus espaldas y un “saber hacer” que ha vestido a varias generaciones, la sastrería Iglesias, “la más antigua de España” según su propietario, cierra sus puertas. Este templo referente de la moda ubicado en el centro de A Coruña y fundado en 1864 no encuentra relevo generacional.
Se despide con nostalgia de tiempos mejores y en un acto de valentía cede sus tesoros al Ayuntamiento y al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt). La artesanía como forma de vida cobra sentido entre las paredes centenarias de este local. “Nosotros hacemos diseño”, explica José Luis Iglesias, último descendiente de una saga familiar que hoy es ya una leyenda.
El germen fue su bisabuelo, “un sastre de Lalín que iba de casa en casa con la máquina de la cabeza a cambio de manutención”. Llegó destinado a A Coruña para hacer el servicio militar, comenzó cosiendo uniformes que se convirtieron en producto estrella de una sastrería establecida en el corazón viejo de la urbe. A su muerte dejó un capital de 50.000 pesetas de la época y tres viviendas.
El negocio era ya imparable en un momento donde “sólo había tres o cuatro sastres en España de su categoría”. Lo sucede el abuelo del actual regente, que vivió el gran momento de esplendor en los años 20. Por entonces, la sastrería daba trabajo a una veintena de personas y tenía delegaciones a lo largo de la geografía española, además de una escuela de formación.
Polifacético, disciplinado e inquieto, Iglesias admite que “en el año 58 este país me caía espantosamente gordo”. Emigró a París y en 1972 regresó a España. Entonces decide tomar las riendas de la sastrería y relevar a su padre en la firma.”Me das una alegría”, me dijo. “Me pude haber quedado en Francia pero me gustan los retos”, subraya.
Los sucesores del fundador trataron de mantener el principio de equilibrio que marcó su legado a pesar de los momentos difíciles y de las crisis como la de los 70 “que fue muy gorda y obligó a apretar costes”. Además, la especialidad en confección de trajes militares fue un “hándicap” negativo que obligó a José Luis a renovarse y ampliar público tras la muerte de su padre. “Aquí no hay publicidad, pero aún así yo al Corte Inglés le gané clientes”, admite.
Lleva 22 años trabajando sólo en su taller. “La sastrería se ha ido porque no hay quien trabaje. El oficio de sastre ha desaparecido”, cuenta con resignación. “En Galicia y en el norte había sastres muy buenos, incluso muchos que no tenían establecimiento propio”, recuerda.
Cada uno de sus trajes, que aún sigue cosiendo, cuesta 2.400 euros. En su elaboración José Luis invierte 12 días de trabajo en los que cuida los detalles al máximo. Las telas de la mejor calidad proceden de Reino Unido y Cataluña.
El diseño racionalista de la sastrería, que conserva su aspecto original, le valió un reconocimiento de la Real Academia de Bellas Artes. El local no es propio y aunque se ha planteado la posibilidad de convertirlo en museo nadie se quiere hacer cargo económicamente.
Al Archivo Histórico del Ayuntamiento le ha cedido una selección de litografías, láminas y patrones. La sastrería guarda patrones personalizados de todos sus clientes. La parte trasera del viejo inmueble esconde un taller con largas mesas donde un día cosían sin descanso sus empleados, hoy vacías. Allí sobreviven una máquina Guttman americana de hacer ojales de 1918, una Singer de la misma época o una Maimin de corte vertical que donará al Muncyt, pendiente de apertura en A Coruña.
El maestro muestra orgulloso el libro de la ‘Minister´s Cutting Academy’ de Londres, la academia de referencia en el arte de la sastrería donde se formó su padre, y que conserva como “la biblia” del oficio. En el escritorio, donde su abuelo cuadraba las cuentas del negocio, guarda reliquias inverosímiles como los negativos de los anuncios de publicidad que la sastrería proyectaba en los cines de Galicia. “Mi abuelo era fuerza viva en A Coruña”, admite orgulloso señalando una instantánea de su antepasado en la inauguración del tranvía de Sada.
Un busto de 1872 de cartón piedra observa fijamente al visitante. Es la parte desmembrada de un maniquí que fue guardia civil, cabo o general para mostrar las confecciones del taller. Un establecimiento elevado ya a la categoría de institución y que marcó un hito de elegancia y clase en la vestimenta de aquellos caballeros del siglo XX.
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He de reconocer que tras la lectura nuevamente de ambos reportajes me ha entrado un poco de morriña y he vuelto a ojear la obra maestra de Herrera- Hervas “Exacto, técnica de costura” donde a final del mismo se apunta:
“EN EL PROBADOR: Además de probar, use el probador para hablar y convencer al cliente de la necesidad social de vestir bien. Háblele de nuevos tejidos, Detállele cuidadosamente los puntos esenciales del traje que estén bien hechos. Usted hace bien las cosas pero, ¿las ve el cliente? ¿Disfruta el cliente igual que usted de la bondad de su corte? No le importe decírselo, que él note la diferencia de su trabajo cuidado, a otro que no lo es; que comprenda la dificultad de su artesano oficio y de esta forma valore su trabajo.”
Descanse de ese más que merecido descanso Maestro Iglesias.
El Aristócrata
19 comentarios
Otro día de luto. Que lástima. Es más que evidente que la profesión de sastre está condenada a desaparecer. Lo más triste no es que se pierda el buen gusto y la clase, algo irremediable en nuestra sociedad, sino que con cada sastre jubilado y no reemplazado, se pierden unos conocimientos y un quehacer que no volverá. Una sociedad que olvida el valor de la elegancia es una sociedad en decadencia.
Mi abuela Pura trabajó para la sastrería Iglesias muchos años.
Hace unos años pasamos a saludarle mi madre y yo. Sólo le conozco de aquella vez y me resultó un señor con mayúsculas.
Es una verdadera pena leer cosas como ésta. La verdad es que creo que esto deberían haberlo visto venir los grandes sastres. En España no se publicita de ninguna manera este arte, exceptuando por el boca a boca de los clientes que se aconsejan este sastre o este otro, ésto unido a lo que decía Don Jaime Gallo en un artículo anterior de que no hay estudios remunerados en este oficio, siendo un oficio que requiere muchos años de aprendizaje, y sumado también a que la sastrería española se va quedando poco a poco atrás con respecto a la italiana, más moderna (hablo simplemente de la belleza y elegancia que aportan y no de la calidad del trabajo), hace que las nuevas generaciones no vean ésto como algo atractivo. Es lo que creo necesario desde mi humilde opinión: más información y posibilidades de preparación para las generaciones que llegan, y ésto no lo dice alguien mayor, tengo veinte años y me apasionan la elegancia, la belleza y el buen gusto, aunque es verdad que más hacia el estilo italiano. El año que viene con 21, comenzaré una carrera universitaria, ya que por problemas personales he perdido tres años de estudio, si todo lo que he aprendido y las cosas que he visto gracias en gran parte a este blog se me hubiesen presentado hace dos o tres años, sin dudarlo habría intentado aprender este precioso oficio, ya con 21 y sin haber cogido una aguja en mi vida y los años de preparación que se necesitan es algo complicado, a esto es a lo que me refiero, hay que llegar a los jóvenes y abrirles los ojos hacia todo ésto para que la sastrería artesanal no se pierda.
Pablo Juncal
Hola Pablo,
Pienso que la sastrería es vocacional. No se ha de entender tanto como un negocio sino como una forma de vida. El que crea un negocio pensando que se va a hacer de oro fracasará. A través del trabajo y la constancia llega el éxito. Si crees que reunes esta pasión, ¡coge esa aguja que nunca es tarde para aprender! Yo tengo 21 años, acabando una carrera universitaria y sin miedo a afrontar cosas nuevas. Somos jóvenes, ¡aprovechémoslo!
Buen comentario, debería valorarlo, gracias.
¡Un saludo!
Estimado Aristócrata,
Es la primera vez que escribo un comentario en su blog, aunque vengo siguiéndolo desde hace ya mucho tiempo, y me gustaría felicitarle tanto por su blog como por su libro.
Como seguro muchos de sus lectores sabrán, desde enero no es posible acceder al blog Economía, Buen Vestir y Ocio sin invitación. Me preguntaba si usted o alguno de sus lectores había tenido el mismo problema, y había encontrado alguna solución para contactar con EconomíayOcio y poder acceder al blog.
Estoy seguro de que ambos blogs comparten un gran número de lectores y espero que entre los suyos alguien pueda ayudarme.
Muchísimas gracias
Un cordial saludo,
Mi mas sentido pesame. Es increible que con 5,5 millones de parados no encuentre seguidores. El Socialismo ha creado en nuestra sociedad ansiedad por el estatus, lo que hace creer a los jovenes que si no juegan en el Real Mandril o tienen un Ferrari son unos desgraciados, cuando todos los oficios son dignos y no el pelotazo tan cacareado por Botin, los felipistas y toda esa ralea.
Eso en Napoles no pasa, donde jovenes de 16 hacen ojales 10 horas al dia tan felices, como yo he podido constatar y no se avergüenzan como aqui de no tener un BMW o Mercedes.
En fin, que tristeza de pais el nuestro.
Francisco
Por cierto hoy a mi edad madura he comenzado mi primera camisa artesanal para un servidor, que es uno de mis sueños de la juventud.
No descarto aprender sastreria, pero para mi tambien, no para lucrarme de ella como estoy de acuerdo que tan solo es un camino hacia el fracaso.
La elegancia es un modo de vida innato, no se aprende como dice Orazio, el maestro sastre napolitano.
Por cierto que me han pedido en una conocida tienda de telas que esta por toda la geografia 50e por metro de un popelin basico que encima era para sabanas, no para camisas. Este mismo algodon en Napoles valdria 10 o menos . Por ese precio ( 50e) estan ya telas tan buenas que pocas camiserias usan. Una vergüenza todo lo que ocurre en nuestro pais.
Francisco
Estoy totalmente de acuerdo con usted señor Francisco, en este último mensaje. Por fin encuentro un punto de vista igual que el suyo, me alegro mucho.
Alberto.
Nos quedamos sin otro trozo de Bespoke en España.
Soy de la misma opinión que los anteriores comentaristas. La juventud Española tan proletaria ella, tan solidaria y tan de izquierdas, no quiere trabajar duro,no quiere responsabilidades ni esfuerzos laborales.
Como dijo hoy una persona en la radio, este país esta lleno de burgueses mileuristas. Así nos luce el pelo.
Un saludo.
¿Qué puedo hacer para hacerme mis propias camisas?
¿A dónde voy?
Creo que coser es un ejercicio que con el tiempo te hace crecer interiormente:paciencia, conocimiento de uno mismo, saber rectificar lo que ha salido mal. San Pablo, antes de ser el intelectual mas grande de la Historia, como todos los judíos, y, posteriormente los cristianos, aprendió un oficio que le mantenia independiente sin ser carga para nadie.
Sastres jóvenes, iniciándose tenemos en Madrid a Lander Urquijo. Para público treintañero está bastante bien. Muy seguidor de las tendencias del momento y buenos precios.
Anónimo, soy jubilado y quiero aprender a coser y, si puedo, hacer mis camisas. gracias
Yo me estoy haciendo mis propias camisas, comprense el libro shirtmaking en amazon. Lo malo es que esta en Ingles por si no saben pero se aprende mucho a copiar una camisa ya hecha y luego a hacer patrones desde cero.
De momento le estoy trasplantando el cuello de una camisa blanca con cuello horrible a uno abierto como los que uso, que estoy diseñando. A ver que tal me sale
Un saludo
Francisco
Si alguien tiene el libro que dice
HERRERA-HERVAS: Exacto. Técnica de costura. Barcelona.
Lo compro, gracias!
Que lindo artículo, pero a la vez es triste saber que esta profesión que ha estado presente por muchas décadas tiende a desaparecer en la actualidad.
Hola, gente!
Soy aprendiz de sastrería, estoy buscando el libro "Exacto,Tecnica de Costura de Herrara-Hervas", ¿alguien lo tendrá escaneado en pdf? Me gustaría mucho tenerlo, pero parece imposible de conseguir…
Saludos!
Mi correo es ser_gm@hotmail.com.ar
Cordial saludo, respetados ciber-visitantes.
Es muy lamentable y entristecedor, ver como esos oficios, esas profesiones, pero ente todo esas artes de antaño, de cuidado, pulcritud y detalle, están despareciendo. Desafortunadamente este fenómeno no es propio de España, en gran parte del mundo la industria y las nuevas tecnologías están desplazando a estos oficios de manofactura y artesanía.
Recuerden vivir con clase y elegancia , sin importar las circunstancias de la vida.
CRISTIAN DUۄA$.