BESPOKE XC: THE BESPOKE CAP

Hoy tanto profesionales como aficionados prefieren la gorra de béisbol para conducir sus deportivos a cielo abierto, pero hubo otra época donde era la gorra inglesa la más preciada por los [...]

Hoy tanto profesionales como aficionados prefieren la gorra de béisbol para conducir sus deportivos a cielo abierto, pero hubo otra época donde era la gorra inglesa la más preciada por los auténticos héroes del volante, héroes como Jo Siffert o Jackie Stewart. 

Aunque se pudiera pensar que carece de mucha lógica el hacerse este complemento a medida, lo cierto es que si quieres escoger una tela en concreto, unas determinadas medidas de visera, un ancho de trasera y un forrado específico tiene sentido, y mucho.

Muchos recordaréis a Benet Pluvinet quien hace tres años me hacía un conjunto de dos piezas que guardo con gran cariño. Ya por entonces me hizo una gorra que combinaba con parte de tela de la chaqueta y parte del pantalón. Pues quién mejor que él para encargarle la gorra inglesa con la que disfrutar de uno de mis hobbies preferidos: los coches clásicos. 

Benet, quien sigue cosiendo la totalidad de sus trajes a mano – siempre también cuellos y solapas -y por ello no hace más de 15 al año, tiene en las gorras artesanales otra de sus especialidades. De hecho, lo que comenzó como un pasatiempo – Benet suele vestir con gorra y se las hacía para él -, ha pasado a ser una parte clave en la oferta artesanal a sus clientes. Nunca he sido de gorra de béisbol por lo que nos olvidamos de los pilotos modernos y diseñamos la gorra recordando a aquellos otros grandes que con muy poca seguridad se jugaban la vida y eran auténticos rebeldes dentro y fuera de la pista, pilotos para los que las carreras eran su vida y las mujeres y las fiestas su pasatiempo preferido. 

El haber nacido en la época analógica quizás haya influido en que sean los coches, las motos, el deporte y la lectura a lo que dedicamos mi generación nuestro tiempo libre. Y quizás también fuese por ello por lo que muchos soñábamos de jóvenes en algún día conducir una moto o un coche de gran cilindrada.  Y a algunos incluso ese sueño se les hizo realidad. Siendo muy amigo de uno de esos afortunados, disfruto de sus coches hasta el punto de conducirlos como si fueran míos. Y para uno de ellos, concretamente para un Ferrari F430 Spider, es para el que hicimos esta gorra.

Más allá de fijar la medida, algo muy fácil de tener más gorras pues tallas y medidas de gorras coinciden al corresponderse con la medida de la cabeza, toca escoger otras cosas. Lo primero, y quizás más importante, es la propia forma de la misma. ¿Se quiere más armada sin que apenas se adivine la forma de la cabeza? o ¿se quiere sin forma alguna para que se adapte mejor a esta?. Igualmente, es importante, sobre todo en una gorra que debe ir sujeta para no salir volando, establecer el largo de la parte trasera. ¿Se quiere un botón en la parte superior media emulando aquellas gorras en las que esta está inspirada? ¿Se prefiere una tela más orientada a campo o a ciudad?

Empezando por el final, la tela escogida fue de inspiración ciudad, pensada en vestirse prácticamente solo con este coche; de hecho, queda en él guardada hasta la llegada de su propietario. La tela, de Holland & Sherry, busca combinar con algún detalle del coche. Personalmente pienso que este POW queda con el 430 mejor que otro tipo tartán escocés. Además, fijándonos en el tejido se podría pensar que gorra y coche fueron fabricados en la misma época, algo que ayuda con el mensaje de todo el conjunto. 

El botón central incide en dicho mensaje y lo poco armada de la misma a que, aún cuando puede resultar algo menos estética, se ajuste bastante mejor que de tener una forma ya concebida. La trasera es más extensa que lo que se puede ver en una gorra industrial al uso pues en esta hay que asegurar que el rebufo del aire no la arranque de la cabeza; algo ya comprobado y que funciona. Buscando la máxima frescura no tiene forro alguno en su interior lo que la hace súper ligera.

Hay bastantes detalles de artesanía. Lo más rápidamente apreciable son los dibujos casando en su parte central. Podría haberse fabricado toda la gorra con un trozo de tela, algo mucho más sencillo, pero no se hubiera podido jugar con los dibujos a nuestro antojo. Los vivos están cosidos a mano, así como el 90% de todo el trabajo. 

El detalle interior del cosido del escudo del Club Ferrari (al ir por dentro de la gorra solo lo ve quien la lleva) así como el modelo del coche en letra amarilla – el cuentarevoluciones en el coche viene en amarillo – ponen el broche a un proyecto que aúna artesanía, personalización y disfrute. 

PD Con este artículo hacemos 90 entradas dedicadas a prendas y complementos bespoke. 

El Aristócrata

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COMENTARIOS

6 comentarios

  1. Tengo que reconocer que no soy de gorras pero una vez dejado de leer prácticamente cualquier publicación de moda (son todas solo publicidad) encontrar artículos y productos que van más allá de la moda del momento es agradecido. Solo pediría que la periodicidad de los mismos fuera mayor.

    DM

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  2. Si, este Sastre es Benet Pluvinet Sola, de 3era. Generación familiar y si vas a su taller puedes ves su trabajo totalmente artesano. En su Instagram también se aprecia. Único!!!

    Javier A.

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