10 CONSEJOS PARA MEZCLAR LO CLÁSICO CON LO MODERNO

La timidez es la nota que mejor define la manera de vestir del hombre medio español. [...]

La timidez es la nota que mejor define la manera de vestir del hombre medio español. Para este lo más importante a la hora de escoger su vestuario es pasar desapercibido. Al contrario que la mujer, él busca no diferenciarse ni de sus conocidos ni de la manera de vestir más extendida en su lugar de trabajo o en su círculo de amistades. Por ello, escoge para sus trajes solo colores azul marino, y de vez en cuando, gris oscuro, así como los complementos indispensables para no destacar.

Qué duda cabe que como ya se dijo se puede ser muy elegante vistiendo un buen traje a medida azul marino, incluso si se combina con una camisa azul clara, una corbata oscura y unos Oxford negros. Sin embargo, si lo que se busca es dar un paso más y expresar con la ayuda de la ropa la personalidad y el gusto por vestir pronto nos aburriremos de esta sobria combinación. Igualmente, los conceptos elegancia y estilo no siempre van de la mano y la línea que separa el estilo de lo exagerado suele ser muy fina. 

Esto no significa que este estilo y la elegancia estén reñidos; es más, cuando ambos se fusionan acertadamente el resultado no deja indiferente. Pero para hacerlo acertadamente antes hay que conocer las normas básicas que aplican a la vestimenta masculina o como bien apuntaba Pablo Picasso “es necesario aprender las reglas como un profesional para poder romperlas como un artista”.

Las modas vienen y van y son muchos los que perecen frente a ellas.  Sin embargo, todavía hay personas que tienen una personalidad muy afianzada y hacen caso omiso a sus dictados. A estos hombres no les importa vestir prendas de una época pasada o incluso de otra que todavía esté por llegar. Repasemos diez prendas y complementos que de utilizarse correctamente representan un desafiante atrevimiento a lo que hoy se considera correcto. 

1-La Capa Española. Popularizada por el Duque de Béjar, la capa española alcanzó su máximo apogeo en el S. XIX de la mano de las clases sociales más altas. Confeccionada con lana de oveja se caracteriza por terminar por debajo de la rodilla y por su gran vuelo. Aunque el color más común sigue siendo el negro también se puede encontrar en azul oscuro. Si bien antes su uso no obedecía necesariamente solo a los actos más formales, hoy si se quiere dejar una nota de buen gusto úsese acompañando al frac o al esmoquin. Camilo José Cela, Federico Fellini, Pierce Brosman o incluso Jeff Bezos han sido algunas de las personalidades públicas responsables de la fama mundial de este abrigo “Hecho en España”. 

2-Los zapatos spectators. Aunque presentes en el armario del hombre desde el S. XIX, su popularidad le llega en la década de los años 20 del siglo pasado. Este tipo de zapato se caracteriza por tener dos colores con fuerte contraste entre ellos. Aunque en sus inicios la puntera y la talonera eran las dos partes que diferían en color con el resto del zapato, hoy se juega con las diferentes partes del zapato, pala, orejeras, puntera y talonera. Si en sus inicios los colores más populares eran el blanco/negro y el negro/blanco hoy se encuentra en prácticamente cualquier tipo de piel y color. Si queremos dejar una impronta de estilo vístase solo en verano, con trajes claros y siempre con luz solar. 

3-El cárdigan. Esta prenda en forma de chaleco puede cambiar totalmente el aspecto de un traje haciéndolo más formal o de vestirlo desaliñadamente imprimiéndole un toque dandi. Resulta imprescindible escoger un color que combine bien con el traje, con la camisa y la corbata. De errar en la elección parecerá que lo vestimos solo para huir del frio. Apuéstese por el algodón fino y desabotónese el primero y último botón. Al ser una prenda totalmente informal resulta importante vestirlo siempre acompañando a la chaqueta del traje y no de manera independiente. Prescíndase de aquellos que dejen visible su logo o marca y recordemos que si bien un cárdigan queda elegante con traje no así le ocurre igual con un jersey de pico. 

4-La Blazer. Aunque con el nombre de “blazer” o “americana” se denomina hoy a prácticamente cualquier tipo de chaqueta azul marino, la auténtica blazer es otra cosa. La aparición de esta chaqueta se atribuye al Capitán de la fragata británica H.M.S. Blazer quien en 1837 se presentó frente a sus marineros con una chaqueta azul oscura cruzada con botones dorados para recibir a la Reina Victoria. Esta chaqueta, aunque hoy se vea muchos menos que hace cincuenta años, sigue siendo uno de los mejores atrevimientos a los que sucumbir. Pero recuérdese que si se quiere ser cómplice de la tradición conviene asegurarse que dicha blazer sea azul marino, cruzada, sus botones de tono dorado y esté confeccionada en cachemira o pura lana virgen. Combínese con vaqueros y se conseguirá un aspecto muy especial. Hágase lo propio con un pantalón beis confeccionado en tejido cavalry y el look conseguido recordará al de un Lord inglés. Y si también se quiere presumir de ella en el lugar de trabajo nada como escoger un pantalón gris oscuro y unos zapatos Tassel.

5-Los calcetines con motivos. El huir de los calcetines negros con traje y de sport tiene sus límites y estos los encontramos en los motivos que acompañan a los de sport. Una cosa es escoger calcetines a franjas finas de colores más o menos oscuros y otra muy diferente es acompañar el traje con calcetines con dibujos más propios de otras edades. Esto aplica también a los calcetines sin dibujos, pero de colores llamativos como los amarillos o naranjas. Un calcetín rojo con un traje azul puede resultar estiloso en un entorno y momento dado. Sin embargo, un calcetín burdeos, verde militar, púrpura o granate aportará el mismo toque de estilo pero también de la seriedad que reclama el conjunto de corbata.

6-La pashmina. La pashmina es un acertado sustituto de la a veces poco ortodoxa bufanda. Sus ventajas frente a esta radican en los múltiples diseños y dibujos que adornan su tela. Al ser más larga que la clásica bufanda se puede jugar con ella enrollándose por el cuello según guste. Igualmente, de vestir con traje se puede introducir por dentro de la chaqueta consiguiendo, además de una protección extra contra el frío, un toque de estilo muy interesante. Los tejidos entre los que escoger son de lo más variados predominando las pashminas de lana. Sin embargo, el tacto de la cachemira y de la seda lo agradecerá particularmente el cuello. A pesar de que pueda parecer un complemento muy atrevido y no sean pocos los hombres los que sigan solo apostando por la clásica bufanda, lo cierto es que el estilo que aporta la pashmina tanto a los conjuntos de corbata como a los de sport es superior. 

7-Los vaqueros desgastados. Aunque este pantalón existía ya incluso antes de época de la América pre-colonial, fue a principios del S.XX cuando debido a la gran resistencia de su tejido proveniente de las lonas de las tiendas de campaña se populariza entre los trabajadores manuales, los mineros y los agricultores. Sus amplios y fuertes bolsillos les permitían guardar tanto los minerales encontrados como sus utensilios de trabajo. Sin embargo, la moda de los vaqueros rotos es mucho más reciente y aunque ha habido momentos donde dichos rotos se veían más incluso que la tela del pantalón, hoy se han moderado y aparecen más tímidamente y solo en lugares bien calculados. Si somos de los que pensamos que no tiene sentido comprar un pantalón roto podremos vestir nuestro vaquero desde con una camisa y unos full brogue hasta incluso con una americana azul. Si, por el contrario, creemos que esos rotos aportan un toque interesante al vaquero vístase con prendas puramente informales como camisetas y zapatillas de deporte. Al final conseguir armonía en el conjunto es clave para acertar.

8-Las zapatillas de deporte. Vestir acorde a la edad de cada uno es señal de madurez. No obstante, parece que muchos son de la opinión de que todo tiempo pasado fue mejor y se empeñan en competir con sus hijos vistiendo el mismo tipo de ropa. Las zapatillas de deporte son un buen complemento para cuando queremos vestir relajados y cómodos, pero no deberían ser el sustituto natural del zapato. Hoy marcas históricas resurgen para ofrecer a sus compradores de hace treinta años sus antiguos y emblemáticos modelos. Si bien hay zapatillas muy bonitas que incluso podrían ocupar el lugar del zapato en ciertos atuendos de sport, habría que, en pos de cierta discreción, huir de las marcas cuya principal diferenciación es la letra o el logo que aparece cosido en la zapatilla. Los modelos vintage más discretos aportan además un estilo retro que de combinarse adecuadamente con el resto de las prendas aportan al conjunto final un toque desinhibido e interesante. 

9-Las pulseras, anillos… Según el protocolo inglés el hombre solo debería tener como joyas la alianza de bodas, el reloj, el sello y el pasador de la corbata. Si bien hoy esto parece excesivo, tampoco habría que recargarse con excesivos adornos. Aunque la frase “menos es más” aplica muy acertadamente en la vestimenta masculina, hay complementos que permiten añadir una nota personal al conjunto. Por ejemplo, unos gemelos se antojan obligados con las camisas de doble puño y una botonadura joya con una camisa de esmoquin. Dicho esto, tampoco se debería caer en la tentación de “decorarse” con tantos amuletos y recuerdos se vayan acumulando con el paso de los años. Vistiendo de sport cuando llega el calor parte del cuello queda expuesto por lo que habría que evitar las cadenas gruesas de oro o de plata. Hoy no son pocos los hombres, incluso muchos que saben vestir, que adornan sus muñecas con tantas pulseras como parecen haber encontrado. Una pulsera trenzada de piel o una fina de tela puede imprimir un toque dandi al conjunto, pero con muchas de ellas se consigue el efecto contrario. Tampoco los maxi relojes de más 44mm aportan estilo alguno. 

10- Las iniciales en la ropa. Si hace unos años parecía obligado que las camisas, pantalones, cinturones, jerséis etc., presumieran de marca, hoy se ha dado acertadamente un paso atrás y se ha moderado tanto la presencia de logos como su tamaño. Hoy se vuelve a escoger el jersey por su calidad no por de una marca o un logo visible. Sin embargo, todavía son muchos los que ven en ciertas casas un grado de estatus y las escogen para posicionarse frente al exterior. Se prefiera o no contar con logo alguno, habría que evitar que la marca fuera demasiado visible. Una hebilla en un cinturón con una inicial no muy grande, un pequeño animal en el bolsillo monedero del pantalón o un logo en la suela del zapato marcan el límite entre lo elegante y lo vulgar. 

El Aristócrata

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COMENTARIOS

9 comentarios

  1. De acuerdo en casi todas las recomendaciones.

    Una pregunta: alguien sabe dónde puedo comprar una Blazer como la del Principe Carlos, pero ya hecha, no de sastre.
    Muchas gracias
    Albert

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  2. Una pregunta que siempre me ha escamado.
    ¿Es posible vestir una chaqueta twedd con vaqueros?
    Yo suelo hacerlo solo con pantalones chinos y en un entorno más sport o informal, pero siemore me queda la duda de si se puede hacerlo con vaqueros.

    Gracias y un saludo

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  3. Las chaquetas de Tweed son más de campo que de ciudad, pero en un ambiente informal esta combinación es hoy muy frecuente. Además, seguro que hay alternativas mucho peores.
    EA

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  4. Querido Aristócrata:

    Enhorabuena por esta entrada, tan sugerente y convincente como siempre.

    En relación al cardigan quisiera solicitarle consejo. Rara vez se encuentran en las tiendas los apropiados para vestir con chaqueta, todos ellos tienen siempre un toque industrial excesivo o presentan diseños extraños, en los que el botón superior casi llega hasta el cuello!

    ¿Podría realizarnos alguna sugerencia acerca de los establecimientos más adecuados para su adquisición?

    Muchas gracias.

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  5. ¿Algún consejo acerca de alguna tienda para adquirir un cardigan adecuado para vestir con chaqueta? Tristemente casi todos los que se ven presentan unos diseños en ocasiones extraños.

    Muchas gracias!

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  6. Buenos días,
    Hoy me gustaría dar una opinión a la pregunta de Cayo_Julio .

    Antes que nada dire como A.Machado en su poema Retrato, "ni un trasnochado Mañara ni un Bradomin he sido" . Por tanto tomese esta opinión como lo que es.

    Si tiene dudas, pongase la chaqueta de tweed con los vaqueros y vea como le queda. Preguntesé si la combinación le resulta chocante o por el contrario le parece acertada en usted.
    Recuerde que todo depende de la situación del lugar y de la personalidad. Podrá observar que hay personas que utilizan combinaciones que usted nunca usaría y que sin embargo a ellos les va fantasticamente bien. Por tanto un si o un no tajante puede ser una respuesta sencilla pero a su vez desacertada.

    Muchas personas me plantean la misma pregunta sobre el "oxford", es el zapato formal por excelencia. Desde luego en color negro y con una horma estilizada lo és, pero hecho en otras pieles y hormas relaja su aspecto formal y no su elegancia, pudiendo ser calzados con vaqueros si la situacion el lugar y la personalidad lo permiten.

    Un saludo
    Enrile

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