Mientras estaba intentando convencer a un buen amigo de la longevidad de los trajes a medida y repasábamos las etiquetas interiores, donde se refleja la fecha de cada encargo, mi amigo apuntó que no los más jóvenes parecían los mejor conservados.
Y tenía razón, pues trajes con apenas cuatro años de vida mostraban más el paso del tiempo que otros con diez. ¿El motivo? La tela. Aunque alguno pudiera gustarme más que otro, lo cierto es que los uso indistintamente sin beneficiar a ninguno de ellos. El uso de la plancha profesional es testimonial y todos descansan al menos dos semanas entre puestas. Es decir, el trato y el uso a todos es idéntico.
Nunca he tenido la costumbre de desprenderme de la chaqueta. Tampoco en el coche. Ni sentado frente al ordenador. Esto obviamente hace que la chaqueta sufra más. Sobre todo, la parte de antebrazos y codo. Un desgaste que en las telas más flojas se traduce en un efecto de roce o de pérdida del color de la tela.
Con las telas tipo esterilla o de punto, si bien no se da el efecto rozado, el uso continuado por lu lado da una la apariencia a la prenda de estar muy usada y parecer hasta vieja. Aunque este efecto, como nos contaba Javier Valencia al hablar de su paso por Turnbull & Asser, es apreciado y preferido por la clientela de dicha camisería, no a todo el mundo gusta.
En definitiva, es con el uso y el paso del tiempo cuando las telas muestran su verdadera cara – algo que también pasa pasa con los zapatos – y saberla escoger para no llevarnos sorpresas se convierte en fundamental. Más cuando vas a pagar por tu traje a medida un dinero importante.
Hace unos años hablábamos sobre los tipos de tela y cómo elegir la nuestra. En aquel artículo nos familiarizábamos con términos como súper 100´s, súper 180´s etc. Hoy, en cambio, toca hablar de algo mucho más sencillo y que todos podremos ver en nuestras sastrerías: los muestrarios de diferentes marcas, tanto las conocidas por todos como otras de reciente llegada a nuestro país. Muy probablemente, más para los que no somos expertos, la gran mayoría de ellas nos parezcan iguales. Con peso y composición similar difícil será poder adivinar la calidad de una u otra. El sastre siempre nos aconsejará y ante la duda nada como su conocimiento para terminar de decidirnos.
Sin embargo, de dejarnos llevar más por los ojos que por el tacto las sorpresas pueden ser desagradables. De ahí que siempre sea mejor decantarse por nombres conocidos: Loro Piana, Dormeuil, H&S, Scabal etc. que por nombres con menos recorrido. Desde mi experiencia, no son pocas las telas italianas, también alguna inglesa, de increíble diseño, pero de vida corta. Corta al menos en cuanto a a su aspecto en plenitud de facultades se refiere.
Una buena tela no debería deshilacharse, ni salirle bolas, ni arrugarse con facilidad (telas finas y tipo lino al margen), ni necesitar de plancha para recuperar su aspecto original. Tampoco el vuelo de las solapas debería desaparecer ni el bajo de la chaqueta seguir arrugado al levantarse de la silla y llevar ya andados unos cuantos metros. Con seguridad los que me estéis leyendo y llevéis vistiendo de sastre años podréis colaborar que no todas las telas, ni telares, envejecen con la misma salud.
Aunque el efecto usado es muy frecuente en las telas de menor calidad, el que la tela aparezca con el uso rozada en los lugares de mayor fricción es la clara muestra de que lo barato termina saliendo caro. Tengamos en cuenta que la tela no suele superar el 30% del precio total de la prenda (telas exclusivas aparte). Por ello, errar en la elección de la tela se traduce en tirar a la basura también el otro 70%.
Por todo ello, mejor hacer cierto esfuerzo económico en la tela – tampoco hay una gran diferencia entre el precio de los diferentes telares por lo que no estamos hablando de un extra-coste importante – optando por telares reputados y así asegurarse que se disfrutará del 100% del traje durante muchos años.
El Aristócrata
3 comentarios
Y se le olvida querido Aristócrata una cosa: las casas nicho difícil que conserven telas por años. Es decir, que si a los cinco años necesitas cambiar una manga de la chaqueta porque se te quemó con un cigarrillo olvídate!
La tintorería y la plancha se comen la ropa…Normalmente los míos pasan por la tintorería una vez por temporada, al finalizar ésta; pero lo normal es que el pantalón sufra la plancha (doméstica en todo caso) varias veces…y hay que hacerlo con cuidado. El coche machaca la ropa como pocas cosas y poco trabajo cuesta quitarse la chaqueta si el viaje va a durar más de un cuarto o media hora…y luego hay gente que perece que se come la ropa y los zapatos, hagan lo que hagan…
Saludos.
Me hice una americana preciosa azul marino en Langa con Joaquín allá por 2016. Cual fue mi sorpresa que a las semanas de usarla empezaron salir brillos por los codos y la zona del codo a la muñeca. Llamé a Joaquín y muy amablemente me ofreció ir a verlo. Estaba muy sorprendido.
El coste de la chaqueta fue de 1.500€