BESPOKE CXVII: TERCERA PRUEBA CHAQUETA DE MOTO, AGUSTÍN GARCÍA MONTERO

La temporada de bodas ha sido tan intensa que seguro que algún encargo de verano se estará terminando para otoño. Por ello, nuestra chaqueta de moto se guardó en el armario a la espera de que pasara este enorme aluvión de celebraciones.

Sin, aparentemente, una gran evolución desde la última prueba, sí se dejaron marcadas las correcciones necesarias para ya en una siguiente prueba ver la prenda terminada a falta de algún retoque. Entre los principales ajustes que se realizaron, mencionar la corrección del largo de manga. Al introducir una gran hombrera, hombrera que debe proteger en caso de caída, la manga se acortaba visiblemente. Igualmente, con la espaldera ya introducida en la espalda, la chaqueta se estrechaba necesitándose acomodarla a las nuevas medidas.

El objetivo de esta chaqueta es poderte desplazar en moto con cierto estilo y seguridad. Obviamente, no está pensada para recorrerse Europa con ella. Pero sí para recorridos más o menos cortos y urbanos. De hecho, fue precisamente pensando en estos últimos para lo que la mandamos hacer. Obviamente, los que montamos en moto somos perfectamente conscientes de que te puedes caer y hacer daño tanto yendo por la Castellana como por una carretera nacional. Y es por ello por lo que se añadieron a la chaqueta las mismas protecciones que las que tienen las chaquetas más técnicas. ¿Qué afea? Cierto, pero la seguridad gana la partida a la estética cuando de hacer kilómetros se trata.

Independientemente de que el verano haya podido hacer más o menos sus estragos, la chaqueta necesitaba soltarse para no molestar una vez montado en ella. La hechura de pie frente al espejo pudiera ser la correcta, pero sobre la moto todo cambia y necesitas medidas más amplias para no restarte libertad de movimientos. La protección de la espalda resultó fácil centrarla, no así las del codo. Si bien recto codera y codo encajaban perfectamente, no lo hacían al estirar los brazos sobre un manillar imaginario.

Hasta el cuello cuenta con entretela de cordura, entretela cuya parte exterior aparece cosida a máquina. El grosor y la resistencia del kevlar hace difícil conseguir un resultado estético de coserse a mano. Aunque en un próximo video nos lo explicará Agustín, las costuras de toda la chaqueta van cargadas y picado a centímetro, algunas veces nos hemos referido a ello como doble picado, con hilo de seda.

El aire de la chaqueta está tiene una clara inspiración en las primeras chaquetas de montar en moto. Grandes bolsillos pensados para introducir todo tipo de objetos y así liberar los bolsillos internos, bolsillos que, de llenarse con llaves, cartera y demás solo molestarían en movimiento. El cinturón, evita que la chaqueta se hinche de aire como también proteger los riñones del frío.  Los fuelles en ambas margas ayudan, y mucho, a poder acercar los brazos al manillar sin molestia alguna. Cierto que se podría haber añadido un fuelle central frente a los dos laterales. No obstante, los que tenéis chaquetas con dicho fuelle central habréis visto como al final siempre se abre, se estiren los brazos o no. Es como si dicho pliegue cogiera forma y ya nunca volviera a su posición original; exceptuado los momentos posteriores a la plancha.

No queríamos dejar pasar más tiempo sin contaros como evoluciona este proyecto. Cierto que quedan bastantes horas de trabajo para la siguiente prueba, pero nos asegura Agustín que estará lista para cuando el frío haga su aparición. Hablando de Agustín, es de agradecer que queden personas que como él se atrevan a llevar el arte sartorial a otro nivel o, si lo prefieren, que se atrevan a enfrentarse a desafíos que les hagan salir de su día a día más controlado.

El próximo domingo, Agustín nos contará detalladamente de manera técnica el trabajo realizado en esta prueba intermedia

El Aristócrata